INVESTIGADOR PRINCIPAL
EQUIPO DE INVESTIGACIÓN
Juan Carlos Illera Cobo (Universidad de Oviedo); Juan Pedro González Varo (Universidad de Oviedo); Beatriz Rumeu Ruiz (Universidad de Oviedo); Marcos Miñarro Prado (SERIDA); Gemma Palomar García (Jagiellonian University, Polonia); Nicolás López Jiménez (Sociedad Española de Ornitología SEO/Birdlife); Cristina de Castro Díaz (Universidad de Oviedo); Antonio López Orta (Universidad de Oviedo).
ENTIDAD ASOCIADA
DESCRIPCIÓN
Con este trabajo se persigue identificar especies clave en sistemas agrícolas relacionados con la producción de alimentos. Para ello trabajarán con pumaradas, las plantaciones de manzano de sidra de Asturias, un cultivo muy tradicional y amigable con el medio ambiente, además de ser un sistema de producción muy tradicional: se lleva a cabo en fincas pequeñas, está poco intensificado. Alrededor de estas fincas nacen de forma natural sebes, unos setos silvestres, y también colindan con bosques seminaturales donde hay muchas especies autóctonas.
Estas fincas de manzano tienen una comunidad de aves muy diversa, la gran mayoría insectívora que se alimenta de plagas de manzano (por ejemplo, pulgones y orugas de la manzana). “Sabemos que hay muchas especies de aves insectívoras silvestres que ejercen un papel real como protectores de plagas”, señala Daniel García, el investigador principal.
Estas aves también se alimentan de los frutos de las sebes, cuyas semillas defecan posteriormente y hacen que funcione el ciclo de regeneración de las plantas, además de fomentar el mantenimiento natural de esos setos. “Son controladoras de plagas y dispersan semillas”, añade.
“Nosotros queremos montar una red de interacciones para saber qué aves se comen a qué insectos y a qué frutos de las sebes para, posteriormente, identificar qué especies son más importantes para las dos funciones”, explica García.
Para crear dicha red deben identificar qué come cada ave, tanto frutos como insectos. Para esto último, lo más complicado, analizarán los restos del ADN de los insectos que encuentren en los excrementos de los pájaros. “Una vez que se monte la red, podremos identificar la especie más importante para el sistema, pero también podremos hacer experimentos in silico”, indica el investigador.
Estos experimentos consisten en simulaciones por ordenador para las que recrearán la red e irán, de forma virtual, extinguiendo especies para comparar cómo se mantienen las funciones de la red. “Simulamos qué pasa cuando determinadas especies se pierden”.