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El equipo de Francesc Villarroya GombauEQUIPO DE INVESTIGACIÓN
Marta Giralt Oms, María del Rosario Iglesias Coll, Ana Planavila Porta, Ibon Redondo Angulo y José Miguel Gallego Escuredo, Universidad de Barcelona.
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DESCRIPCIÓN
La obesidad es un factor de riesgo cardiovascular, que induce daño cardiaco a través de efectos secundarios como el colesterol, el aumento de lípidos o la hipertensión. Pero su efecto nocivo se produce también mediante otros mecanismos menos conocidos: en particular, el corazón de la persona obesa sufre modificaciones en el metabolismo al utilizar las grasas como fuente principal de energía. Este desequilibrio metabólico se asocia a hipertrofia del corazón, una de las causas principales de la insuficiencia cardiaca.
El equipo que dirige Francesc Villarroya trabaja sobre una hormona, FGF21, de la que desde hace años se sabe que se produce en el hígado y tiene un efecto antidiabético, pues contribuye a que los tejidos utilicen más glucosa y esta no se acumule en la sangre. Hace dos años, y en un contexto de investigación básica, el equipo hizo “un hallazgo inesperado: descubrimos que la hormona la produce también el corazón, pero no para verterla al torrente sanguíneo, sino sobre todo como factor de autoprotección”, explica Villarroya.
El proyecto que ha recibido la Ayuda Fundación BBVA a Proyectos de Investigación plantea dos preguntas: Si la molécula FGF21 es tan importante en el metabolismo en general y, además, tiene efecto protector en el corazón, ¿es posible que sea este sistema el que esté fallando en el individuo obeso? Y si esto fuera así ¿se podría utilizar esta hormona como terapia para proteger a las personas obesas?
Para responder a estas preguntas se desactivará, mediante técnicas genéticas, la FGF21 en ratones y se comprobará si su corazón empeora al inducir la obesidad mediante una dieta rica en grasas. Además, a ratones obesos cuyo corazón esté empeorando se les administrará la molécula para comprobar si se recupera la función cardiaca o, al menos, se palia el daño.
“Si estas hipótesis se confirman, se identificaría el FGF21 como factor de tratamiento”, indica Villarroya. Se cuenta con la ventaja de que ya existe al menos un ensayo clínico en marcha con esta sustancia para el tratamiento de la diabetes, “lo que adelanta trabajo sobre seguridad, dosificación y estabilidad cara a realizar ensayos clínicos en protección cardiovascular”, señala.
Un fármaco de este tipo aportaría soluciones a lo que la Organización Mundial de la Salud considera una de las epidemias del siglo XXI. “Aunque adelgazar es la estrategia de primera línea para prevenir el riesgo cardiaco, los estudios internacionales revelan que la combinación de dieta, ejercicio físico y estilos de vida saludable funciona en menos del 10% de los pacientes obesos”, aclara Villarroya.
El investigador pone de relieve el impacto de la Ayuda Fundación BBVA: “Este proyecto afloró como una consecuencia lógica, de carácter traslacional y con un nítido impacto social de la investigación básica que realizamos en nuestro laboratorio de investigación, pero no lo podríamos llevar a cabo sin la aportación que esta convocatoria supone”.