Durante el último cuarto del siglo XX se ha producido un enorme avance en nuestra comprensión del universo. De hecho, por primera vez en la historia ha sido posible abordar algunas cuestiones cosmológicas de una manera científica, basada en observaciones contrastables, tales como la evolución y el contenido del universo. Hoy creemos que el universo ha pasado por una etapa singular hace unos 13.700 millones de años conocida como Big Bang, a partir de la cual ha evolucionado hasta la situación actual.
La etapa del Big Bang hace que exista una conexión profunda entre física de partículas y cosmología: en una etapa muy inicial, el universo estuvo formado por partículas elementales interaccionando entre sí a altísimas energías. Lo ocurrido en esa etapa afecta de manera crucial a la evolución posterior del universo. No obstante, durante los últimos quince años las observaciones experimentales nos indican que la materia formada por las partículas elementales conocidas representa solamente el 5 por ciento del contenido del universo. El 25 por ciento aproximadamente está formado por algún tipo de materia, distinta a la conocida, a la que se denomina materia oscura, cuyos efectos detectamos a través de su interacción gravitatoria. El otro 70 por ciento es un componente un tanto sorprendente, al que llamamos, a falta de otro nombre, energía oscura.
En la charla se explicarán algunos de los conceptos anteriores, poniendo especial énfasis en la manera en que se realizan las observaciones. Asimismo se explicarán aspectos tecnológicos de los experimentos en cosmología. Es importante destacar que muchos de los experimentos actuales en este campo los llevan a cabo personas con experiencia previa en física de partículas, por un lado, y en astrofísica, por otro. El cómo estas dos culturas se mezclan es además interesante desde el punto de vista sociológico, por lo que es un aspecto que el ponente abordará también.