La crisis demográfica es ya un lugar común en España, con tintes de urgencia política, incluso dramatismos apocalípticos. La gran paradoja es que la práctica unanimidad del diagnóstico carece de fundamentos más allá de los moralismos y sensacionalismos basados en los indicadores más primarios sobre natalidad o cambio de la pirámide. Los analistas que predican el suicidio o el invierno demográfico no son demógrafos sino propagandistas con un mensaje antiquísimo, intemporal, que ahora recogen y magnifican unos medios sedientos de impacto inmediato. En esta sesión se hace un examen ponderado y amplio sobre la situación demográfica de España, sus causas y su evolución previsible, con especial atención a la perspectiva longitudinal de los ciclos de vida generacionales. Como se observa, el análisis demográfico riguroso no solo introduce matices en el alarmismo interesado hoy imperante; en realidad lo desmiente, para revelar un balance indudablemente positivo de lo conseguido por la población española hasta llegar a la situación presente.
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