Una noche del lluvioso verano de 1816, en Villa Diodati, cerca del lago de Ginebra, Mary Wollstonecraft Shelley concibió la historia que hoy conocemos como Frankenstein, o el moderno Prometeo. Nada hacía augurar que aquel modesto cuento de fantasmas, escrito cuando su autora tenía apenas diecinueve años, pudiera convertirse en uno de los mitos más perdurables del mundo occidental. Un mito que saltó de la novela al teatro y luego al cine, hasta enlazar con los medios visuales y digitales de la actualidad.
Más aún, aquel relato que hizo fortuna en la cultura popular traspasó también sus fronteras y hoy se estudia en los más diversos programas académicos, desde la historia de la ciencia a la filosofía, la ética, la crítica literaria feminista o la historia política. Algo que sin duda habría divertido e intrigado a Mary Shelley. Esta conferencia trata de explorar el porqué y el cómo de esa insólita capacidad de Frankenstein para multiplicar sus significados, transcendiendo su época histórica y enlazando con las inquietudes más contemporáneas. Al fin y al cabo, cada época construye sus propios clásicos y como escribió un sabio, pionero de la teratología, “Los monstruos son necesarios, son la mejor forma de estudiarnos a nosotros mismos”.