1MillionBot

«La inteligencia artificial es una tecnología de propósito general que se ha definido como la nueva electricidad», afirma Andrés Pedreño Muñoz, fundador y presidente de 1MillionBot. «Estamos en una sociedad donde hay un exceso enorme de información, cada vez más compleja y especializada, y por eso los humanos necesitamos a las máquinas para poder procesarla y asimilarla». Desde esta óptica, la empresa alicantina galardonada con el Premio Ángela Ruiz Robles ha impulsado el desarrollo de tecnologías de procesamiento de lenguaje natural, «potenciando la innovación y el emprendimiento en el desarrollo de aplicaciones de alto impacto», en palabras del jurado.

Fundada en 2018, en solo seis años 1MillionBot se ha convertido en una compañía de referencia en este sector, liderando el desarrollo de asistentes virtuales basados en inteligencia artificial para ofrecer servicios de atención al ciudadano no solo de administraciones públicas españolas (ministerios, gobiernos autónomos y ayuntamientos), sino también de organismos internacionales como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en países de Latinoamérica, África y Asia.

Durante la pandemia de la covid-19, sus ingenieros diseñaron un chatbot programado para responder a las dudas de los ciudadanos sobre la enfermedad en base a los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud. «Tuvimos que enseñar a una máquina a que respondiera muy rápidamente a las preguntas más frecuentes desde todas las plataformas digitales posibles —recuerda Pedreño—, y esto nos permitió ganar un concurso internacional convocado por la Organización de las Naciones Unidas».

La tecnología desarrollada por 1MillionBot también se ha aplicado para programar asis-tentes virtuales capaces de responder a pre-guntas sobre temáticas de alto interés social como la violencia de género y la salud sexual, así como para ayudar a personas mayores a tomar sus medicamentos. Además, en el ámbito educativo, la empresa galardonada ha liderado el desarrollo de agentes conversacionales para dar apoyo a estudiantes que ya se han instalado en más de treinta universidades.

Por todo ello, pese a los temores que suscita la inteligencia artificial, Pedreño reivindica su enorme potencial para beneficiar a la sociedad sin negar sus peligros: «Yo pongo el símil del fuego. Los humanos que lo descubrieron fueron valientes, aprendieron a dominarlo y eso les empoderó. Con la inteligencia artificial tenemos ese mismo reto: no debemos acobardarnos, sino asumir algunos riesgos, conocerla bien, y a partir de ahí, evidentemente, hacer una regulación efectiva basada en los valores éticos fundamentales».