Adrián Pérez Diéguez

Adrián Pérez Diéguez tenía en mente estudiar matemáticas, pero una conversación casual en una feria de empleo poco antes de hacer los exámenes de Selectividad le dio la idea de estudiar Ingeniería Informática. Fue en una estancia Erasmus en Suecia donde cursó una asignatura sobre arquitectura de procesadores, que fue «el germen de su tesis».

Durante el doctorado, que realizó en la Universidad de A Coruña, se centró en la aceleración de operaciones informáticas complejas en las que tienen que procesarse grandes volúmenes de datos, además de conseguir que estas herramientas sean sencillas para que personas no expertas en supercomputación puedan ejecutar sus operaciones.

El jurado le ha otorgado uno de los premios por sus aportaciones a la computación de altas prestaciones, que permiten procesar grandes volúmenes de datos mediante la adaptación de algoritmos para su ejecución en arquitecturas heterogéneas.

«Hemos desarrollado una herramienta que permite la resolución de problemas complejos, pero recurrentes en distintas áreas de la ciencia y la ingeniería, de manera que la persona que lo use pueda, de forma automática, aprovechar al máximo la capacidad del dispositivo donde sea ejecutado —señala el joven investigador—. Es como darle unas operaciones a una calculadora, que te devuelve el resultado de manera muy rápida sin que tengas que preocuparte por cómo se ha implementado por debajo».

Una de las aplicaciones de esta tecnología son las simulaciones científicas del sector médico para estudiar la evolución de un tumor, cuyos resultados se pueden tener, hoy en día, en menos de una hora. «Todo esto se consigue, por un lado, con máquinas más potentes y, por otro, programando específicamente para estas máquinas», explica.

Aunque mantiene su actividad docente e investigadora en el Grupo de Arquitectura de Ordenadores en la Universidad de A Coruña, también es integrante del equipo de Marketing Digital de Zara.com (Inditex).

Un reconocimiento como este le impulsa a seguir adelante «con más ilusión y alegría», y también siente que es para todo el «bagaje de gente» que hay detrás, como directores de tesis, profesores o compañeros: «La investigación no es de una única persona, sino de un conjunto de circunstancias y personas que hay alrededor de ella».