Alberto Rodríguez Vázquez

«A menudo se piensa que para tener éxito en matemáticas se necesita ser un genio, pero yo creo que hay una componente mucho más grande de trabajo duro», afirma Alberto Rodríguez Vázquez. Graduado y doctor por la Universidade de Santiago de Compostela, es Marie Skłodowska-Curie Fellow en el Departamento de Matemáticas en la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica), donde estudia ciertos espacios de la geometría llamados espacios simétricos excepcionales que se dan en dimensiones mucho más elevadas que las tres que conocemos en el mundo real. «Se llaman así porque ocurren de forma esporádica: solo hay cinco», explica. 

Aunque las aplicaciones de su trabajo no son su  fuente de motivación, el investigador destaca que  «a la hora de explicar teorías físicas como la relatividad general de Einstein, necesitamos espacios  que tengan curvatura, y, si queremos reconciliar  esta teoría con la mecánica cuántica, necesitamos  espacios con más dimensiones. Por eso los espacios con los que yo trabajo nos aportan una visión  específica de nuestro papel en el mundo». Además, recalca que le gusta trabajar en problemas que requieren de técnicas procedentes de mu chas áreas distintas de las matemáticas, y en este  sentido su trabajo también tiene abundantes implicaciones para resolver problemas de otros ámbitos de la disciplina.  

Alberto Rodríguez se interesó por las matemáticas  en el instituto gracias a dos profesores, de física y  de matemáticas, que le hicieron ver que «las ma temáticas no son algo estanco; siempre hay nuevas preguntas que uno se puede hacer». Como investigador, le motiva «la sensación tan positiva cuando consigo resolver problemas que otras  personas ya han intentado descifrar durante mu cho tiempo» y, también, la faceta social: «A veces  se piensa que los matemáticos estamos solos pensando en nuestros problemas, pero es todo lo contrario. Los matemáticos hablamos mucho con otros  matemáticos, hacemos buenas amistades dentro  de las matemáticas, y una cosa que me encanta es  resolver problemas con otras personas», comenta.  Eso sí, añade, «para que este trabajo te resulte agra dable, tienes que tener mucha curiosidad y te tienen que gustar mucho las matemáticas». 

Más allá de sus aplicaciones en la tecnología o  como soporte teórico para otras ciencias, Alberto  Rodríguez considera que «a veces no se da la suficiente importancia a las matemáticas en sí mis mas, y es algo que hay que defender. Las matemáticas son parte de nuestra cultura, son una forma  de arte milenaria y colectiva que es patrimonio de  toda la humanidad».