Aurora González Vidal

«Cuando inicié los estudios de grado en Matemáticas, no sabía para qué servía un ordenador más allá de las herramientas ofimáticas», recuerda Aurora González Vidal. «Tampoco sabía lo que era la programación —continúa—, porque no tenía referentes». Sin embargo, las prácticas que realizó en su último año de grado le abrieron la puerta al mundo de los datos y no hubo vuelta atrás. Es investigadora posdoctoral Margarita Salas en el Grupo de Sistemas Inteligentes y Telemática de la Universidad de Murcia, actualmente realiza una estancia de larga duración en el ITI-CERTH de Salónica, Grecia.

Su investigación se enmarca en el internet de las cosas, una rama de la inteligencia artificial, y está enfocada hacia el ahorro de recursos. Por ejemplo, ha realizado propuestas para agricultura inteligente en las que analiza imágenes satelitales para mejorar el riego y ahorrar agua. También ha estudiado las malas hierbas en los cultivos con el fin de enfocar el uso de fertilizantes y evitar la fertilización masiva.

Otras investigaciones de González Vidal se han centrado en la predicción de la disponibilidad de aparcamientos, perfilado de usuarios de aire acondicionado o predicción de consumo energético. Además, su trabajo ha tenido repercusión más allá del ámbito académico, ya que ha participado en proyectos de transferencia de conocimiento con empresas.

Con todo, es muy consciente de las potenciales amenazas que conlleva esta tecnología en cuanto a su seguridad. «Los aparatos del internet de las cosas parecen inofensivos, pero pueden presentar riesgos muy graves», advierte. Por eso, su grupo de investigación ha abierto una nueva línea de trabajo centrada en detectar ciberataques. «Nos enfocamos en la privacidad al compartir los datos procedentes de sensores como termómetros o detectores de iluminación, elementos fundamentales en el internet de las cosas», comenta.

González Vidal destaca la importancia de continuar investigando en este campo, aunque denuncia que las condiciones en España no son las mejores. «El trabajo, el esfuerzo y los resultados muchas veces no van acompañados de una estabilidad y unas condiciones favorables en cuanto al trabajo», observa, y añade que la continua necesidad de justificación de gastos y búsqueda de financiación resta tiempo para realizar experimentos: «Nos deja en una posición un poco delicada».

El premio que recibe, destaca la científica, «es una pieza más de ese camino hacia la estabilidad en esta carrera que es la investigación informática». Para ella, significa un reconocimiento no solo para su trabajo, sino también para el de su grupo. «Estoy realmente honrada de recibirlo», recalca.