Carlos Mudarra Díaz-Malaguilla

Carlos Mudarra Díaz-Malaguilla (Madrid, 1990) disfruta buscando conexiones dentro del amplio edificio matemático: «Encuentro interesante de las matemáticas el hecho de que sus distintas ramas se conectan entre sí. A veces, con herramientas o técnicas de una de las ramas puedes resolver problemas muy complejos de otras». Precisamente, el trabajo que le ha hecho merecedor del Premio Vicent Caselles está siendo aplicado, según sus propias palabras, «de manera inusualmente rápida» en otras áreas. Mudarra, investigador posdoctoral en la Universidad de Aalto (Finlandia), es doctor en Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid, donde también se licenció. Investiga en análisis matemático y, en particular, en «problemas de extrapolación, que esencialmente tratan de determinar, dado un conjunto finito o infinito de puntos o de datos en un cierto espacio, si podemos encontrar una función, una gráfica, que pase por todos estos puntos y que además tenga determinadas propiedades de regularidad o geométricas, como por ejemplo la convexidad».

Su tesis doctoral ha consistido —dicho en términos más técnicos— en resolver problemas relevantes de aproximación y extensión diferenciable de funciones convexas en espacios de Banach. Algunos de esos problemas se formularon en los años treinta del siglo pasado, y han atraído el interés de grandes matemáticos en las últimas décadas. Y señala: «Ahora hemos visto cómo los  resultados que hemos obtenido pueden ser útiles para demostrar teoremas en otras áreas de la matemática, como la geometría diferencial, el análisis funcional y las ecuaciones diferenciales, entre otros».

Para Mudarra, la complejidad de las matemáticas siempre ha sido un aliciente, un reto al que produce satisfacción enfrentarse, en especial si se resuelve. Y destaca lo que en su opinión es una cualidad personal valiosa a la hora de investigar en matemática, la paciencia: «Un matemático debe ser tenaz y paciente. Como en cualquier labor investigadora, puede pasar mucho tiempo hasta que se averigua cómo superar los obstáculos del problema en que estás trabajando».

Con el Vicent Caselles, «un reconocimiento motivador al trabajo de cuatro años», cree que no solo los jóvenes investigadores, sino también las matemáticas en general, ganan visibilidad.