Jessica Rodríguez-Pereira, Burcu Balçık, Marie-Ève Rancourt y Gilbert Laporte

Cuando se produce un desastre natural, el tiempo que transcurre hasta que llega la ayuda básica para los afectados puede marcar la diferencia en el número de supervivientes. Por ello, en los países propensos a sufrirlos existen las redes de preposicionamiento, almacenes donde se guardan materiales básicos para tenerlos a mano y hacer una rápida distribución cuando sean necesarios.

Los países del Caribe cuentan con una red de preposicionamiento que funciona de manera colaborativa. El equipo formado por Jessica Rodríguez Pereira, investigadora Ramón y Cajal en la Universitat Politécnica de Catalunya; Burcu Balçık, catedrática de Ingeniería Industrial en la  Universidad de Ozyegin (Turquía); Marie-Ève Rancourt, catedrática en el Departamento de Logística y Gestión de Operaciones de HEC Montreal (Canadá); y Gilbert Laporte, catedrático emérito en el Departamento de Ciencias de la Decisión de HEC Montreal, ha desarrollado una herramienta que determina dónde situar los almacenes y cómo distribuir el reparto de sus costes entre los países que se benefician de ella.

Su funcionamiento se basa en los principios de los seguros. «Cuando tienes un seguro de salud, se paga una prima en función del sexo, la edad y lo que se espera que vas a gastar. En nuestro caso, es en función del riesgo y de la capacidad para pagar la prima: la organización que gestiona la red puede decidir qué importancia le da a cada factor, y la herramienta dice lo que debería pagar cada país. Se puede modificar qué peso se le da a cada parámetro en función de lo que va a usar y del nivel económico», explica Rodríguez Pereira.

Para asegurarse de que el reparto de los costes se hace de forma justa y transparente, la herramienta se basa en dos principios de la teoría de impuestos. «Uno es la equidad horizontal: dos individuos que tienen las mismas características van a pagar lo mismo. El otro es la vertical: aquellos participantes que disponen de más recursos pueden pagar más. Además, es transparente; se utilizan siempre datos públicos», aclara.

Esta herramienta puede adaptarse a otros ámbitos donde se necesite hacer un reparto de costes. «La dificultad estaría en cómo definir que algo es justo —señala la investigadora—, que en nuestro caso se definía por la capacidad de pagar y el riesgo».

Rodríguez Pereira lamenta que la estadística y la investigación operativa sean disciplinas desconocidas por el público general, ya que pueden tener un impacto muy importante en el contexto actual del cambio climático y la escasez de recursos: «Es fundamental disponer de herramientas que nos permitan tomar decisiones de manera eficiente, basadas en aspectos científicos y con resultados eficientes».