José Capmany Francoy

«Hoy en día no solo cuenta la calidad del servicio, sino además el consumo de energía», afirma José Capmany, «y para eso la fotónica es una tecnología ideal». Esta es la disciplina en la que el catedrático de la Universitat Politècnica de València ha centrado su investigación, y que ha sido reconocida por la Comisión Europea como una de las tecnologías habilitadoras fundamentales. Con el despliegue de las comunicaciones 5G y las generaciones que vengan más adelante, explica el científico premiado, se hace necesario desarrollar tecnologías que procesen más información de manera más rápida y con un menor consumo energético.

La investigación de Capmany ha consistido precisamente en diseñar mecanismos para lograr una transición eficaz entre la parte inalámbrica y la parte cableada de estas redes de comunicaciones. Estos mecanismos se basan en circuitos integrados de luz que, según señala, son los más adecuados para pasar de una parte a otra de la red. Este trabajo también podrá servir para complementar la electrónica con otras tecnologías de apoyo, así como para desarrollar mejores sensores.

El científico también ha trabajado en el internet de las cosas, la industria 4.0 y la fotónica integrada programable, cuyas aplicaciones van desde la inteligencia artificial hasta la computación cuántica.

Capmany es licenciado y doctor en Ciencias Físicas e ingeniero y doctor ingeniero de Telecomunicación. Autor de centenares de publicaciones de alto impacto y de 19 patentes, se define como un «físico tardío», que llegó a esta disciplina por querer trascender las fronteras de la ingeniería. «Los ingenieros vemos los sistemas tecnológicos como cajas negras, y yo siempre he tenido curiosidad por ver lo que ocurre dentro de ellas».

Ha recibido galardones como el Premio Nacional de Investigación Leonardo Torres Quevedo y, además, ha transferido sus hallazgos al mercado, creando dos empresas de base tecnológica. Una de ellas es líder mundial en el diseño de chips, y la otra, creada en 2020, pasó de tener un par de empleados a treinta en los últimos dos años. Por todo ello, el jurado ha destacado que Capmany «combina la excelencia científica con la creación de empresas exitosas en el diseño de circuitos fotónicos de propósito específico y chips ópticos programables».

El premio le resulta «individualmente muy satisfactorio», aunque destaca que es el resultado de una labor de equipo: «Una persona sola nunca va a ninguna parte. Junto a mí hay un equipo de personas que son fuera de serie; por eso desearía que el reconocimiento se extendiese a todo el grupo».