Juan Carlos Felipe-Navarro

La investigación de Juan Carlos Felipe-Navarro trata de ayudara los ordenadores a encontrar soluciones a un determinado tipo de ecuaciones. Un ordenador podría tardar demasiado tiempo en encontrarlas sin conocer de antemano qué propiedades tienen: «No sería lo mismo pedirle que nos encuentre una aguja en un pajar que decirle que nos encuentre la aguja en la caja de la costura», compara el investigador.

Las ecuaciones que estudia Felipe-Navarro son ecuaciones en derivadas parciales y están detrás de diversos fenómenos en química, física o economía. Poder simular estos fenómenos por ordenador «ahorra mucho dinero», explica el matemático, al evitar la necesidad de realizar experimentos «muy costosos» en el laboratorio. Para explorarlas propiedades matemáticas de estas ecuaciones, Felipe-Navarro combina estrategias de análisis matemático con trabajo numérico y computaciones algebraicas. El catedrático de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) Xavier Cabré se muestra «muy impresionado» por su habilidad.

Sin embargo, el premiado lamenta que «la sociedad, a veces, no es capaz de valorar este tipo de investigación». Aunque concede que la pandemia de la covid ha aumentado el valor social de la investigación científica, defiende el valor de las matemáticas más allá de sus aplicaciones. Investigarlas es «fundamental», sostiene, incluso «en algunas ramas que se hacen solo por amor a la ciencia».

Felipe-Navarro comenzó a interesarse por las matemáticas de niño: «No me conformaba con lo que hacíamos en clase. En casa me gustaba seguir resolviendo problemas de matemáticas, problemas donde hubiese que dedicar más tiempo a pensar y menos a seguir recetas». Decidió dedicarse a la investigación durante el Grado en Matemáticas e Ingeniería Aeronáutica en la UPC, completando el máster y el doctorado en la misma universidad.

Ahora trabaja en la Universidad de Helsinki y afirma que la investigación en matemáticas en España es de calidad. «Tiene mérito porque las condiciones distan bastante de las de otros países. No tienes la misma tranquilidad si tienes que estar trabajando mientras buscas un compañero de piso porque no te puedes permitir vivir solo», denuncia, y añade que la falta de estabilidad «dificulta el hecho de poder formar una familia». El investigador también acusa la diferencia entre la universidad y otros sectores que, por sus mejores condiciones, acaban absorbiendo gran parte del talento matemático.

El investigador considera que este premio es «una motivación más para seguir trabajando en el futuro» y agradece el papel de las personas con las que ha trabajado: «sin ellos no habría llegado a estos resultados».