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Laura Rodríguez Arriaga

PREMIO DE FÍSICA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE FÍSICA - FUNDACIÓN BBVA

Premio Investigador Joven en Física Experimental

2019

Recibe el Premio Investigador Joven en Física Experimental "por contribuciones con una gran proyección de futuro e impacto internacional a la física experimental de la materia condensada blanda, un área científica interdisciplinar con múltiples aplicaciones en físico-química, biología y ciencia de materiales."

CONTRIBUCIÓN

Discurso de agradecimiento

Laura Rodríguez Arriaga

A la hora de elegir carrera, todo el mundo le decía que estudiase una ingeniería. Sin embargo, ella no tenía vocación. «Siempre he tenido más interés en entender cómo funcionan las cosas que por hacerlas funcionar», señala Laura Rodríguez Arriaga (Madrid, 1981), y por eso decidió estudiar Química en la Universidad Complutense de Madrid y, mientras hacía la tesis doctoral, simultanearla con la licenciatura de Física.

Desde entonces, su trayectoria científica se ha desarrollado en el campo de la física experimental de la materia blanda, un área en la que se aúnan la física, la química, la biología y la ciencia de materiales. Así, «por sus contribuciones a esta área científica multidisciplinar, por sus múltiples aplicaciones en físico-química, biología y ciencia de materiales, con una enorme proyección internacional», el jurado ha decidido otorgarle el Premio a Investigador Joven en Física Experimental, además de destacar la «gran proyección de futuro» de su trabajo.

Tras doctorarse, se trasladó al Laboratoire de Physique des Solides de la Universidad París-Sur como investigadora posdoctoral, donde estudió sistemas coloidales, como son las espumas para cualquier tipo de aplicación. «Allí medíamos las propiedades físicas de esas espumas para generar otras con la mayor estabilidad posible», explica la premiada, que trabajó con parámetros como el tamaño de las burbujas evitando la difusión de aire, o con su termodinámica para hacerlas más estables.

Posteriormente se trasladó a la Universidad de Harvard (Estados Unidos), donde se centró en desarrollar nuevas técnicas microfluídicas aplicadas al estudio de vesículas, unas gotas estabilizadas por una doble capa de líquidos, similar a la membrana celular. «Consiste en controlar el flujo de fluidos a través de canales que tengan dimensiones micrométricas y, de este modo, generar gotas de emulsión de jerarquía, como gotas de agua y aceite, donde incremento el orden jerárquico para poder desarrollar plantillas de nuevos materiales», indica la  investigadora. Gracias a esta técnica, las vesículas sirven como modelo para entender las propiedades mecánicas de las membranas celulares y, así, pueden encapsular, con alto grado de eficiencia, cualquier material.

En la actualidad, es profesora contratada doctora en el Departamento de Química Física de la Universidad Complutense de Madrid. De cara al futuro, su proyecto se encamina hacia el desarrollo de vesículas que se conviertan en células artificiales, a las que quiere dotar de capacidad de movimiento o de transferir proteínas.