Licia Verde
PREMIO DE FÍSICA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE FÍSICA - FUNDACIÓN BBVA
Medalla de la Real Sociedad Española de Física
2024
Directora científica del Institut de Ciències del Cosmos, Universitat de Barcelona
CONTRIBUCIÓN
«Cuando empecé a leer a los seis o siete años, alguien tuvo la brillante idea de regalarme un libro sobre el cielo», recuerda Licia Verde. «Hablaba de las nubes, del clima, de las aves, de los aviones… y en el último capítulo hablaba del universo. Ahí se me abrió la mente y me pregunté: ¿Cómo puede uno aprender sobre eso sin poderlo tocar, sin poderlo ver? Desde ahí, me interesé por la cosmología». Hoy es directora científica del Institut de Ciències del Cosmos de la Universitat de Barcelona (ICCUB) y recibe la Medalla de la Real Sociedad Española de Física por sus contribuciones al estudio del origen, la composición y la evolución del universo.
«A lo largo de mi carrera he tenido la suerte y el privilegio de lograr hallazgos cosmológicos y verlos en mi ordenador antes que nadie», afirma. Por ejemplo, ha realizado medidas muy precisas de la composición del universo, de su edad y de la historia de su expansión. «Son medidas estadísticas —explica—, porque no hay ninguna teoría que diga que cierta galaxia se va a formar en tal lugar concreto. Por eso, la conexión entre las observaciones a las escalas más grandes con los principios físicos que gobiernan el universo a esa escala se tiene que realizar de manera estadística».
A pesar de los éxitos que ha logrado, reduciendo significativamente la incertidumbre sobre medidas clave del universo, la investigadora galardonada recuerda que al campo de la cosmología le queda un reto decisivo por resolver: comprender qué son la materia oscura y la energía oscura, dos componentes que aún se resisten a la explicación científica pero que son fundamentales en la teoría física que mejor describe el universo.
Verde recuerda que, aunque sus descubrimientos no encuentren aplicación social inmediata, la ciencia básica es fundamental para el avance tecnológico. «No hay ciencia aplicada sin ciencia básica», resume, y añade: «Podría decir también que no hay ciencia básica sin ciencia aplicada, porque para construir grandes telescopios se necesita la ingeniería».
En cualquier caso, considera que la investigación en cosmología «nos enseña que somos una pequeña partícula de polvo en este universo tan grande, y aun así somos privilegiados de poder vivir ahí y también de poder entender y estudiar todo el universo». Es más, apunta, «para estudiarlo necesitamos el pensamiento crítico. Necesitamos el método científico, porque podemos aprehender información muy precisa de algo que no podemos ver ni tocar. El método científico es tan potente que nos permite aprender estas cosas y hacer la conexión de lo infinitamente grande con lo infinitamente pequeño».