Luis Costero Valero

«Un centro de datos promedio consume la misma energía que 25.000 casas», resalta Luis Costero Valero, y añade que el 30 por ciento de esa energía se destina solo a enfriar los equipos. «Entonces, mi investigación se basa en cómo podemos reducir este consumo sin perjudicar al rendimiento». Aunque los servidores actuales ya emplean algunas técnicas para moderar su consumo energético, hay margen de mejora, y ahí se enfoca el trabajo del Costero.

«Hay técnicas que son muy fáciles de aplicar ahora mismo», explica, «que funcionan muy bien pero solo para casos muy específicos». Por otro lado, «las técnicas más novedosas basadas en  inteligencia artificial prometen muy buenos resultados, pero todavía requieren intervención humana». La investigación de Costero se ha centrado en aplicar ambas vías a sistemas reales y ha dado lugar a soluciones que podrían implementarse en plataformas comerciales.

Su vocación surgió desde la infancia: «Era el típico niño al que le gusta desmontar todo, montarlo, ver cómo funcionan por dentro las cosas…». Ese interés por «trastear» le acabó llevando a estudiar el doble grado en Matemáticas e Ingeniería Informática en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Realizó el máster y el doctorado en Ingeniería Informática en la misma universidad y, después de trabajar en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) durante un año, regresó como profesor ayudante doctor al Departamento de Arquitectura de Computadores y Automática de la UCM.

Se inició en la investigación gracias a su directora de tesis, Katzalin Olcoz, cuyas clases en el último año de grado llamaron la atención de Costero. Se interesó por trabajar con ella y saber qué se podía hacer más allá de la asignatura, y ella lo animó a comenzar su carrera investigadora: «Me convenció para hacer la tesis con ella, y después se sumaron mis otros dos directores, Francisco Igual y Paco Tirado, que también me ayudaron mucho».

Costero considera que la situación de la investigación en España es «excelente en cuanto a contenidos: cada día surgen líneas muy innovadoras», y destaca el alto nivel de los científicos de nuestro país en el campo de la informática. Sin embargo, en su opinión sería necesario que los salarios de la universidad incrementaran para igualarse a los que ofrecen las empresas. «Ahora mismo es muy difícil competir con las condiciones salariales de las compañías», denuncia.

Para el investigador, el premio «es una alegría enorme, un reconocimiento a tantos años de trabajo, para mí y para toda la gente que me ha rodeado». Sobre todo, le anima a «seguir investigando, seguir creando y descubriendo».