María Ángeles Gil Álvarez

María Ángeles Gil Álvarez creció en una familia de matemáticos en ciernes. A su padre, maestro, “le encantaban” las matemáticas, y sus hermanos precedieron a María Ángeles al escoger la estadística como carrera. De ella esperaban un cambio, pero “llegué a la estadística y me pareció tan bonita…. Me gustan mucho las matemáticas, el análisis… pero es que la estadística combina aspectos teóricos con aplicaciones, y yo le doy mucha importancia al hecho de que casi todo es interpretable, y los conceptos fundamentales tienen detrás una filosofía… Cuando vi eso, ya no hubo manera de meterme en la otra especialidad que había entonces en Valladolid, donde estudié”.

Desde 1992 es Catedrática de Estadística e Investigación Operativa en la Universidad de Oviedo, en la que se doctoró en matemáticas en 1979 y donde ha desarrollado toda su investigación, salvo un periodo en la Universidad de California en Berkeley (EEUU).

Sus principales contribuciones se centran en el análisis de datos llamados fuzzy, que ella describe como información que “no necesariamente se expresa con números, sino que son valoraciones humanas, como el grado de acuerdo que tengo con cierta política, o el grado de certeza sobre algo, o de satisfacción, o de acuerdo con una determinada proposición”. Para tratar esa información en su área se recurre a los conjuntos fuzzy, creados por Lotfy A. Zadeh, Premio Fronteras del Conocimiento en 2012.

Para Gil Álvarez, la estadística está “en todo”. Y por eso lamenta la falta de conocimiento general del público respecto a la estadística: “Tiene un lenguaje tan coloquial que quienes no son expertos se atreven con frecuencia a hacer comentarios sin saber”. El otro inconveniente, en su opinión, es la proliferación de programas que parecen ofrecer información estadística de manera sencilla: “Estos programas parece que lo aguantan todo, metes cualquier dato y mientras el ordenador no explote, ya está. Pero a lo mejor esa técnica requiere unas condiciones, y tienes que comprobarlas previamente, porque si no, hay errores”.

Este “mal uso o abuso” de técnicas estadísticas genera mala información, que alimenta el tópico de las mentiras estadísticas. “Pero no, la estadística no miente nunca”, dice Gil Álvarez. “Se puede usar bien o no, se puede interpretar bien o no, pero no miente. Y luego hay que saber que en estadística todo es relativo”.

Gil Álvarez coordina el Grupo de Investigación SMIRE+CoDiRE de la Universidad de Oviedo, líder internacional en la investigación en estadística con datos fuzzy. Es autora de numerosas publicaciones, y editora de revistas de su especialidad de alto impacto. Entiende la Medalla de la SEIO no solo como un reconocimiento a su trabajo, sino como “una gran muestra de cariño” de su comunidad.