Marithania Silvero Casanova
PREMIO DE INVESTIGACIÓN MATEMÁTICA VICENT CASELLES
2019
Universidad de Huelva
CONTRIBUCIÓN
Los matemáticos mantienen conversaciones que duran décadas o incluso siglos. Por ejemplo: el estadounidense Louis Kauffman, de la Universidad de Illinois en Chicago, expuso en 1983 que dos familias de lo que los matemáticos llaman nudos —la familia de nudos alternativos y la de nudos alternantes— eran en realidad la misma. Contrariamente, Marithania Silvero Casanova (Huelva, 1989), más de treinta años después en su tesis doctoral, leída en 2015 en la Universidad de Sevilla, demuestra que existe al menos un nudo que pertenece a una familia, pero no a la otra, lo que refuta la conjetura. ¿Se tomó Kauffman a mal que demostraran que estaba equivocado?: «En absoluto, me dio la enhorabuena; creo que se alegró de tener una respuesta al problema», declara Silvero Casanova, que tras su resultado inició una colaboración con Kauffman que aún mantiene.
Para explicar qué es un nudo en matemáticas, se puede recurrir a los nudos comunes: «Si hacemos un nudo con una cuerda y pegamos sus extremos, obtenemos una idea aproximada del concepto matemático de nudo. Decimos que dos nudos son iguales si podemos transformar uno en el otro deformando la cuerda, pero sin romperla», expone Silvero Casanova, profesora ayudante doctora en la Universidad de Huelva.
La teoría matemática de nudos clasifica estos objetos matemáticos y estudia su estructura en distintas dimensiones. Esta área nació en el siglo XIX, impulsada por la creencia del físico y matemático Lord Kelvin de que los átomos eran manifestaciones de nudos en el éter, la sustancia que, según se creía, llenaba el universo. Así, el hidrógeno vendría a ser un tipo de nudo, el oxígeno otro, etcétera. Según esta teoría, clasificando los nudos se acabaría creando una tabla de elementos químicos.
Para clasificar nudos, los matemáticos usan unas herramientas llamadas invariantes. Silvero Casanova ha dedicado la mayor parte de su investigación a uno de estos invariantes, llamado homología de Khovanov.
La teoría de nudos ha mostrado su utilidad en muchas otras disciplinas, desde la biología molecular —para entender la estructura tridimensional de las proteínas— a los nuevos materiales —para describir las curiosas propiedades de los llamados materiales topológicos—. A Silvero Casanova, no obstante, le mueve el mero deseo de saber: «La ciencia básica es la que amplía los límites del conocimiento. Es importante por el mismo motivo por el que lo es conocer el mundo en que vivimos», afirma.