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Miguel Anaya Martín

PREMIO DE FÍSICA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE FÍSICA - FUNDACIÓN BBVA

Premio Investigador Joven en Física Experimental

2024

Investigador Ramón y Cajal de Materia Condensada en el Instituto de Ciencia de Materiales de la Universidad de Sevilla

CONTRIBUCIÓN

Discurso de aceptación

Miguel Anaya Martín

«La clave del éxito en la investigación en física es hacerse las preguntas adecuadas para los problemas más importantes que uno pueda encontrar », afirma Miguel Anaya Martín. El investigador Ramón y Cajal de Materia Condensada en el Instituto de Ciencia de Materiales de la Universidad de Sevilla ha sido galardonado por su investigación en el campo de los materiales optoelectrónicos. Estos materiales se caracterizan por recoger la luz y convertirla en una corriente eléctrica —como ocurre en una celda solar— o realizar el proceso contrario, es decir, generar luz a partir de la corriente eléctrica —como en un dispositivo LED—. La investigación de Anaya se centra en entender cómo se comportan estos materiales en la nanoescala para optimizar sus propiedades a la hora de integrarlos en dispositivos relacionados con la sostenibilidad y la medicina.

“Hemos desarrollado materiales que absorben la luz de manera optimizada y se pueden emplear en celdas solares. También optimizamos la absorción de rayos X en detectores para radiografías o tomografías computarizadas”

«En el campo de la energía hemos desarrollado materiales que absorben la luz de una manera optimizada para dar lugar a una corriente eléctrica. Podemos utilizar estos materiales, por ejemplo, en celdas solares, para aprovechar la energía renovable del sol», explica. «En medicina, en lugar de la luz del sol, tratamos de optimizar la absorción de rayos X para generar una imagen con ellos. Así es posible desarrollar detectores para radiografías o tomografías computarizadas que permiten mejorar el diagnóstico y la monitorización de enfermedades».

Además, investiga para lograr que estos materiales sean no solo económicos y fáciles de fabricar, sino que también sean flexibles, ligeros y de bajo volumen, de modo que los dispositivos que se fabriquen con ellos sean más versátiles: «Uno se puede imaginar materiales más ligeros para celdas solares, que por tanto se puedan colocar no solo en los tejados, sino encima de los coches o de los aviones, o que vayan al espacio y den energía a las estaciones espaciales del futuro».

Son precisamente las aplicaciones las que guían el trabajo de Anaya: «Intentamos que todo lo que hacemos en el grupo de investigación que dirijo tenga un impacto en la vida cotidiana de las personas, más bien a medio que a largo plazo». Para lograr este objetivo, sostiene, es fundamental saber encontrar conexiones entre las distintas ramas del conocimiento, desde la física, la química o las matemáticas hasta las humanidades.

«Yo veo esencial el papel que jugamos los físicos en combatir el cambio climático: no solo en la generación y el uso de la energía, sino también en cómo la guardamos. Son cuestiones cruciales hoy en día y van a ser vitales para que podamos evolucionar de manera sostenible», concluye.