Rubén Campoy García
PREMIO DE INVESTIGACIÓN MATEMÁTICA VICENT CASELLES
Premios Vicent Caselles
2020
Universitat de València
CONTRIBUCIÓN
Rubén Campoy García investiga en problemas en los que se busca un punto de intersección entre varios conjuntos. Un ejemplo sencillo son los sudokus. En un sudoku los conjuntos son cuatro: las restricciones de las filas, las de las columnas, las de las cuadrículas y las de los números que vie- nen dados; en la intersección de los cuatro grupos están las soluciones. El algoritmo Douglas-Rachford, creado a mediados del siglo pasado, ayuda a encontrar soluciones en estos problemas. La tesis doctoral de Rubén Campoy consistió en modificar este algoritmo para encontrar no los puntos de intersección en sí, sino las soluciones más próximas a estos puntos.
Creó así el nuevo algoritmo Aragón-Artacho Campoy, bautizado con su nombre y el de su director de tesis, un trabajo que ha generado ya un alto número de publicaciones. «¿Orgullo por tener un algoritmo con mi nombre? —se pregunta el galardonado—. Bueno, desde luego nosotros cuando lo publicamos no lo nombramos así, pero llamó la atención en la comunidad de mi área y empezaron a citarlo con ese nombre».
El algoritmo tiene aplicaciones en otras áreas de la matemática, como la combinatoria, y también en otras ciencias. «Nosotros nos ocupamos de la parte teórica, pero en los congresos nos enteramos de aplicaciones —explica Campoy—. En medicina, por ejemplo, se usan estos algoritmos para preparar sesiones de radioterapia; en física, para reconstruir la estructura de ciertas moléculas».
Campoy se licenció en la Universidad de Alicante, hizo el máster en la Universidad Carlos III de Madrid y su tesis en la Universidad de Murcia. Actualmente, tras realizar una estancia como investigador posdoctoral en la Universidad de Massachusetts Lowell (EEUU), es profesor ayudante doctor en la Universitat de València.
Entre el máster y el doctorado trabajó siete meses como analista de precios para una empresa privada. «Quería probar el trabajo en una compañía antes de dedicarme al mundo académico, pero echaba de menos la creatividad de las matemáticas. La verdad es que la investigación matemática engancha».
Este premio supone, en palabras de Campoy, «un impulso tremendo en un trabajo que es muy frustrante: pasas mucho tiempo sin conseguir nada. Y también es un reconocimiento para las matemáticas ante la sociedad».