Ceremonia de entrega de la edición de 2024
Los galardonados con los Premios de Informática celebran el poder transformador de la revolución digital y asumen la responsabilidad de afrontar sus riesgos
La ceremonia de los Premios de Informática 2024 ha celebrado el poder transformador de la revolución digital como motor de progreso y fuente de acceso al conocimiento para toda la sociedad. Los galardones, otorgados por la Sociedad Científica Informática de España (SCIE) y la Fundación BBVA, han reconocido la excelencia de seis jóvenes científicos, las trayectorias de tres investigadores sénior y el trabajo de una empresa que ha desarrollado aplicaciones basadas en el procesamiento del lenguaje natural en múltiples ámbitos.
22 octubre, 2024
“Los investigadores que reconocemos hoy son modelos de talento, creatividad y esfuerzo en la generación de conocimiento, hombres y mujeres que están contribuyendo con su trabajo a dar forma a la que es sin duda la tecnología más potente, transformadora y versátil en la historia de la humanidad”, ha afirmado la directora de Relaciones Institucionales de la Fundación BBVA, Silvia Churruca, durante el discurso que ha pronunciado en la ceremonia.
La informática, ha recalcado Churruca, “ya ha tenido sobre nuestra sociedad un impacto de una magnitud sin precedentes” y el desarrollo de la inteligencia artificial indica que “su potencial transformador va a ser todavía mucho mayor en los próximos años”. Sin embargo, esta tecnología “conlleva importantes riesgos y por tanto la enorme responsabilidad de afrontarlos”, a través “del diálogo y la colaboración entre los investigadores informáticos y los de las ciencias sociales y las humanidades, con el objetivo común de que los futuros avances se desarrollen en base a normas éticas y a una legislación internacional que beneficie al conjunto de la sociedad”.
“Los premiados, como expresión particularmente destacada del trabajo de la comunidad de investigadores en Informática, son sin duda la mejor garantía de que nuestro país pueda participar en el modelado de una disciplina tan transformadora, en lugar de meramente consumir tecnología ideada en otras sociedades y sufrir los impactos indeseados de desarrollos en los que no hemos participado”, ha concluido Churruca.
Por su parte, el presidente de la SCIE, Francisco Quiles, ha resaltado “la excepcional calidad científica de todos los premiados”, señalando que “este acto simboliza el merecido homenaje a todos los esfuerzos y sacrificios personales” realizados durante su trayectoria profesional. “Tenéis la responsabilidad de ser el ejemplo para futuras generaciones de informáticos e informáticas”, ha resaltado Quiles. “Vosotros representáis una muestra de nuestro mejor presente y futuro”.
Galardonados por su creatividad, originalidad y excelencia
En la modalidad de Investigadores Jóvenes en Informática, los galardonados son: Manuel Carranza García, profesor ayudante doctor en el Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Sevilla; Daniel Martín Serrano, investigador posdoctoral en el Departamento de Informática e Ingeniería de Sistemas de la Universidad de Zaragoza; Flor Miriam Plaza del Arco, investigadora posdoctoral en el Departamento de Informática, grupo de investigación MilaNLP, de la Universidad Bocconi (Milán, Italia); Lucía Pons Escat, profesora ayudante doctora de Informática de Sistemas y Computadores en la Universitat Politècnica de València; Carlos Rodríguez-Pardo, investigador posdoctoral en el Politécnico de Milán (Italia), el Centro Euro-Mediterráneo para el Cambio Climático (CMCC) y el Instituto Europeo de Economía y Medio Ambiente del RFF-CMCC (EIEE); y Pedro Miguel Sánchez Sánchez, investigador posdoctoral en el Departamento de Ingeniería de la Información y Comunicaciones de la Universidad de Murcia.
Los galardonados con los Premios Nacionales de Informática son: Antonio Vallecillo Moreno, catedrático jubilado de Lenguajes y Sistemas Informáticos en la Universidad de Málaga (Premio José García Santesmases); Alicia Troncoso Lora, catedrática de Lenguajes y Sistemas Informáticos en la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla (Premio Aritmel); David López Álvarez, profesor titular en el Departamento de Arquitectura de Computadores de la Universitat Politècnica de Catalunya (Premio Ramón Llull); la empresa alicantina 1MillionBot (Premio Ángela Ruiz Robles).
La responsabilidad de impulsar los beneficios sociales de la informática
En los discursos que han pronunciado tras recibir sus premios, los jóvenes galardonados han hecho referencia a las dudas que suscita hoy en día su disciplina, poniendo en valor el papel de la comunidad investigadora a la hora de afrontarlas. “Actualmente, la informática, y en especial la inteligencia artificial, corren el riesgo de ser vistas como amenazas”, ha afirmado Carlos Rodríguez-Pardo. “Las preocupaciones sobre su contribución a las desigualdades, la desinformación, el calentamiento global o su impacto en el mercado laboral están más presentes que nunca. Como investigadores, es nuestra responsabilidad garantizar que nuestra disciplina sea un motor de progreso social, siendo conscientes de sus riesgos, pero enfocados en su enorme potencial para crear un mundo más justo, democrático, y sostenible”. Su investigación se ha centrado en mejorar el realismo y la eficiencia de las imágenes generadas virtualmente, así como reducir la intervención manual necesaria para crearlas.
“Es normal que las tecnologías generen preocupación en la sociedad porque hemos visto que crecen a un ritmo vertiginoso”, ha abundado Flor Miriam Plaza del Arco, que investiga precisamente en identificar y mitigar sesgos y estereotipos en los modelos de lenguaje como ChatGPT, además de en detectar los discursos de odio en las redes sociales. “Los discursos de odio son un problema social, y trabajo para promover un entorno digital más seguro y respetuoso. La investigación en informática no solo genera un impacto social significativo, sino que también es un motor de innovación que impulsa la transformación digital y la economía”.
Durante la ceremonia se han valorado además las propuestas para abordar los desafíos propios de la inteligencia artificial. 1MillionBot ha sido la empresa galardonada con el Premio Ángela Ruiz Robles, y su fundador y presidente Andrés Pedreño ha abogado por una implantación responsable pero decidida de esta tecnología: “Tenemos que asumir algunos riesgos, conocerla bien y, a partir de ahí, hacer una regulación efectiva”, ha propuesto, argumentando que “estamos en una sociedad donde hay un exceso enorme de información, cada vez más compleja y más especializada. Aunque los humanos nos empoderemos y tomemos el mando, necesitamos a las máquinas y necesitamos la computación para asimilar y tratar toda esta información”.
La informática como herramienta para afrontar los desafíos actuales
Los jóvenes galardonados también han resaltado la importancia que sigue teniendo la investigación en informática para resolver algunos de los problemas más acuciantes del mundo actual, como la crisis ambiental. Lucía Pons Escat investiga para mejorar el rendimiento y la eficiencia de los procesadores como los que contienen nuestros ordenadores y también los grandes centros de datos. La premiada ha expuesto que “en un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, la gestión de los recursos de los servidores actuales es fundamental para abordar desafíos como la eficiencia energética, la escalabilidad de las infraestructuras digitales, el crecimiento del volumen de datos o la ciberseguridad. La informática es vital en nuestra sociedad, es el sustento”.
Manuel Carranza García ha puesto el foco sobre las soluciones que puede aportar la tecnología a retos como el calentamiento global y la seguridad vial. Su investigación, que se enmarca en el campo de la inteligencia artificial, trata precisamente de mejorar la seguridad de los vehículos autónomos y de detectar y predecir fallos en plantas solares y eólicas. “En un mundo cada vez más digitalizado, la capacidad de desarrollar tecnologías que mejoren nuestra calidad de vida es más relevante que nunca”, ha afirmado. “La informática no solo impulsa la innovación, sino que también nos proporciona herramientas esenciales para enfrentar los desafíos globales, desde el cambio climático hasta la seguridad vial”.
Por su parte, Pedro Miguel Sánchez Sánchez, cuya investigación se centra en identificar los riesgos en la seguridad de los dispositivos conectados por el internet de las cosas, ha incidido en el papel que debe jugar la transferencia de conocimiento para promover que la informática produzca beneficios tangibles para la sociedad: “La informática no es solo código y algoritmos; es una herramienta poderosa que transforma la sociedad. Así, es clave para resolver problemas en salud, medio ambiente, educación o defensa. La investigación es, sin duda, el motor que impulsa estos cambios, y es nuestra responsabilidad como científicos asegurarnos de que sus beneficios lleguen a toda la sociedad. La transferencia entre la academia y la industria es clave para que los avances científicos se traduzcan en aplicaciones prácticas que beneficien a la sociedad en su conjunto”, ha destacado.
Una fuente de acceso al conocimiento sin precedentes
Los galardonados también han puesto de manifiesto el inmenso valor del conocimiento generado por la investigación científica. Así lo ha afirmado Alicia Troncoso Lora, que ha recibido el Premio Aritmel por sus contribuciones en el área de la inteligencia artificial, principalmente en el desarrollo de algoritmos de predicción de datos temporales: “La investigación en informática es un motor clave para el progreso”, ha declarado. “Invertir en ciencia, y en particular en informática, es apostar por un futuro más inclusivo, sostenible y eficiente. La investigación nos permite resolver problemas complejos y, al mismo tiempo, generar nuevas oportunidades para la innovación y el crecimiento económico. El conocimiento es, sin duda, el recurso más valioso del siglo XXI”.
El valor de este recurso radica precisamente en los avances sociales a los que da acceso, como ha recordado Daniel Martín Serrano: “La informática tiene una cosa muy importante y es que nos conecta, no sólo entre nosotros para comunicarnos, sino también con el conocimiento. Hoy en día la informática es la puerta a una cantidad de conocimiento que jamás antes había estado disponible, y creo que una sociedad con acceso al conocimiento es una sociedad mejor siempre y cuando se sepa usar ese conocimiento”. El premiado investiga para entender cómo las personas observan y exploran los entornos virtuales con el objetivo de crear mejores experiencias, por ejemplo en el caso de los cirujanos que utilizan simuladores para ensayar la realización de operaciones.
La necesidad de orientar el desarrollo de la tecnología con valores éticos
Para asegurar que todos estos beneficios potenciales de la informática se traduzcan en mejoras reales, es clave también investigar sobre la educación en esta disciplina, tal y como ha defendido David López Álvarez: “Los profesionales de la ingeniería informática liderarán procesos de cambio en un mundo con muchos retos tecnológicos, económicos, ambientales, sociales… Estas personas deben ser formadas de acuerdo a lo que dicen las evidencias y por profesorado que conozca la informática, las dificultades particulares del aprendizaje de la informática y las mejores metodologías para formar a estos profesionales, profesionales que han de ser personas críticas, emprendedoras y creativas. Y esto se consigue promoviendo la investigación en la educación de la informática”. El galardonado ha recibido el Premio Ramón Llull por su empeño en fortalecer la educación en ingeniería informática, no solo desde el punto de vista técnico sino también filosófico y humanístico.
En definitiva, es necesario enmarcar la tecnología dentro de las demás facetas de nuestra sociedad, como ha argumentado Antonio Vallecillo Moreno. El investigador ha recibido el Premio José García Santesmases por impulsar y liderar la investigación y transferencia en ingeniería del software. “Vivimos en un mundo tecnológicamente hipertrofiado que está deshumanizando nuestras relaciones y destruyendo el espíritu crítico de nuestros ciudadanos”, ha afirmado. “Debemos pensar más allá de los aspectos técnicos de estas tecnologías y reflexionar sobre su impacto en la sociedad. Si permitimos que la tecnología avance sin un propósito claro o sin la educación adecuada, podríamos terminar en esos escenarios distópicos que tanto se han descrito. Es esencial que lideremos este cambio tecnológico, porque, de lo contrario, será la tecnología la que nos lidere y controle a nosotros”.
Sobre los Premios SCIE-Fundación BBVA
Los Premios de Investigación Sociedad Científica Informática de España (SCIE)-Fundación BBVA fueron creados en 2017 con el objetivo de reconocer la creatividad, originalidad y excelencia de los científicos que están impulsando la investigación de vanguardia en este campo tan fundamental de nuestro tiempo. Comprenden dos modalidades: los Premios Investigadores Jóvenes en Informática reconocen anualmente a seis científicos menores de 30 años que trabajen en España, autores de las mejores tesis doctorales en el área; y los Premios Nacionales de Informática, concedidos por la SCIE desde 2005 y entregados conjuntamente con la Fundación BBVA desde 2018, que se otorgan a investigadores, entidades públicas y privadas que han dedicado su labor al estudio, fortalecimiento y divulgación de la Informática.
Esta alianza con la SCIE –que aglutina a 10 asociaciones y sociedades científicas en el campo de la informática– para reconocer y visibilizar el talento de los investigadores en esta disciplina se une a las otras tres familias de galardones que la Fundación BBVA otorga, también anualmente, en colaboración con otras tantas sociedades científicas españolas: los Premios de Investigación Matemática Vicent Caselles con la Real Sociedad Matemática Española (RSME), los Premios de Física con la Real Sociedad Española de Física (RSEF) y los Premios de Estadística e Investigación Operativa con la Sociedad Española de Estadística e Investigación Operativa (SEIO).
Jurado
El jurado ha estado presidido por Mario Piattini Velthuis, catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos y director del grupo de investigación Alarcos en la Universidad de Castilla-La Mancha; e integrado por: Verónica Bolón Canedo, profesora titular de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidade da Coruña, y académica de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España; María José Escalona Cuaresma, catedrática de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Sevilla; Inmaculada García Fernández, catedrática de Arquitectura y Tecnología de Computadores e investigadora del Grupo de investigación High Performance Computing & Applications en la Universidad de Málaga; Luis Magdalena Layos, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad Politécnica de Madrid, presidente electo de la IEEE Computational Intelligence Society y vicepresidente de la Asociación Española para la Inteligencia Artificial (AEPIA); Gracia Ester Martín Garzón, catedrática de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la Universidad de Almería; Lourdes Moreno López, profesora titular de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad Carlos III de Madrid y presidenta de la Asociación Interacción Persona-Ordenador (AIPO); Antonio Plaza Miguel, catedrático de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la Universidad de Extremadura; Francisco Quiles Flor, catedrático de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la Universidad de Castilla-La Mancha y presidente de la Sociedad Científica Informática de España (SCIE); y Antonio Ruiz Cortés, catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos y director de la unidad de excelencia SCORE en la Universidad de Sevilla.