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El CERN presenta en la Fundación BBVA las tecnologías del futuro que buscarán materia oscura
En el mayor acelerador de partículas actualmente en marcha en el mundo, el LHC en el CERN, cerca de Ginebra, acaba de comenzar el último año de operaciones antes de lo que los físicos llaman el Segundo Gran Apagón (Long Shutdown 2, LS2), una parada técnica de varios años para mejorar la máquina. Mientras tanto, sigue el análisis del aluvión de datos recabados los pasados dos años, datos en los que podrían ocultarse descubrimientos que ayuden a resolver grandes misterios, como qué es la materia oscura, o incluso que sorprendan del todo a los físicos. Con este telón de fondo, los físicos del CERN Mar Capeáns, Jefa del Grupo de Gestión de Proyectos del Departamento de Tecnología; y José Miguel Jiménez, director del Departamento de Tecnología, han inaugurado este jueves 17 de mayo el ciclo de conferencias del CERN y la Fundación BBVA.
16 mayo, 2018
“El LHC es una máquina de descubrimiento, y en cualquier momento puede haber un gran sorpresa; es imposible predecir cuándo, estamos ante lo desconocido”. Así responde la física del CERN Mar Capeáns a la pregunta de cuándo será el próximo gran hallazgo que genere el mayor acelerador de partículas actualmente en marcha en el mundo, el LHC.
En esta gran máquina del CERN, un túnel subterráneo de 27 kilómetros situado cerca de Ginebra, las partículas subatómicas chocan entre sí mientras viajan casi a la velocidad de la luz, y de cada colisión nacen otras partículas que ayudan a entender de qué está hecho el universo y cómo se formó. Hace apenas unos días ha comenzado el último año de operaciones del LHC antes de una parada de varios años para mejoras técnicas, y justo ahora Capéans, jefa del Grupo de Gestión de Proyectos del Departamento de Tecnología, y José Miguel Jiménez, director del Departamento de Tecnología, han inaugurado el IV ciclo de conferencias del CERN y la Fundación BBVA .
El ambiente en este comienzo de temporada “es muy bueno, estamos atentos a los posibles resultados que nos pueda desvelar el LHC, y concentrados en la preparación de la gran parada técnica del 2019-2020”, describen Capeáns y Jiménez. “La prioridad es maximizar la cantidad de datos que podamos obtener antes de la parada de dos años”.
Durante su primer ciclo de operaciones, en 2012, el LHC obtuvo el que es por ahora su mayor resultado: la detección de la partícula que explica la masa de las demás partículas, el bosón de Higgs, muy celebrado porque era la única de las partículas predichas por el llamado Modelo Estándar que faltaba por detectar. El Modelo Estándar ofrece a día de hoy la mejor explicación sobre el funcionamiento de tres fuerzas fundamentales que percibimos en la vida cotidiana -la fuerza electromagnética, la fuerza nuclear débil y la fuerza nuclear fuerte-. Pero esta gran teoría no lo explica todo: no dice cómo integrar la gravedad con esas tres fuerzas, ni explica el contenido del 95% del universo, compuesto de materia y energía oscuras, ambas de naturaleza desconocida.
“Me encantaría que el próximo gran descubrimiento del LHC explicara qué es la materia oscura; ese es mi gran sueño”, dijo Capeáns. “Tenemos teorías que dicen que el LHC podría detectar nuevas partículas candidatas a ser esa materia oscura, y desde luego es uno de los grandes objetivos del LHC en estos próximos años, como lo es para la física de partículas y la cosmología”.
En su conferencia Capeáns y Jiménez explicaron el “vigoroso plan de I+D” impulsado por el CERN para estudiar las nuevas tecnologías necesarias para desarrollar la máquina heredera del LHC: un acelerador para dentro de como mínimo dos décadas y que, idealmente, debería ser más potente pero no mayor en tamaño: “La idea es tener más energía, en menos tamaño. Se trata de dar un salto cuántico, ganar un factor 10, 20 o 100 en la energía sin incrementar los costes”, explica Jiménez.
Para eso son indispensables tecnologías “rompedoras”, radicalmente distintas de las existentes hoy: “Hay dos maneras de generar más energía: o aumentando el tamaño, o aumentando el poder de las nuevas tecnologías para alcanzar más energía. Y sabemos que seguir mejorando lo que tenemos no sirve. Necesitamos nuevas aproximaciones para lograr algo más rentable para todos, necesitamos algo nuevo”.
Sobre la situación de España en el CERN, como Estado Miembro, Jiménez ha señalado que es ahora “excelente, la mejor”. Según sus datos, hay actualmente algo más de 1.100 españoles que utilizan las infraestructuras o trabajan en el CERN, y de ellas casi la mitad está en nómina de este organismo. Supone “una mejora de casi un 30 por ciento en los últimos cinco años”, dijo Jiménez. También los niveles de retorno industrial son adecuados.
Sin embargo, el número de científicos de centros de investigación españoles que usan las infraestructuras del CERN descendió durante la crisis, y aún no se ha recuperado, como recordó el director del departamento de Tecnología del CERN: “Sobre la participación de los institutos españoles en calidad de usuarios de las infraestructuras del CERN, lo único que me gustaría decir es que sería bueno recuperarse del impacto de la crisis, sería útil para España poder sacar más provecho a estas infraestructuras, y a mí me gustaría ver un incremento de esta presencia. Tenemos un poco más de 400 usuarios, pero teniendo en cuenta la cuota [que España paga al CERN como Estado Miembro] podríamos hacerlo mejor y todo el mundo se beneficiaría”.
Las próximas citas de este ciclo de conferencias serán el 8 de octubre y el 12 de noviembre en la sede de la Fundación BBVA.