Vasily Kandinsky

NOTICIA La muestra se puede visitar hasta el 23 de mayo de 2021

El Guggenheim Bilbao y la Fundación BBVA presentan ‘Kandinsky’, un recorrido por la obra de un renovador que propugnó el poder transformador del arte

El Museo Guggenheim Bilbao y la Fundación BBVA presentan ‘Kandinsky’ , una completa exposición de pinturas y obras sobre papel de Vasily Kandinsky, procedentes principalmente de los fondos de la Solomon R. Guggenheim Foundation de Nueva York. La muestra recorre la obra y evolución artística de uno de los principales renovadores de la pintura de comienzos del siglo XX, precursor de la abstracción y reconocido teórico de la estética. Estará abierta al público hasta el 23 de mayo de 2021.

19 noviembre, 2020

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Imágenes de la exposición

Nacido en Moscú en 1866 y fallecido en Neuilly-sur-Seine (Francia) en 1944, la trayectoria de Kandinsky es un empeño por liberar a la pintura de sus vínculos con el mundo “natural”, que le llevará a descubrir una nueva temática basada exclusivamente en la “necesidad interior” del artista, preocupación que le acompañará a lo largo de toda su vida. Esta exposición, comisariada por Megan Fontanella, ilustra la evolución de la carrera del artista, dividida en cuatro secciones geográficas que recorren los períodos clave de su desarrollo artístico.

La primera de ella es Múnich, pues aunque Kandinsky estudió derecho y economía en Rusia, en 1896, tras hallar inspiración en una exposición de Impresionismo francés y en la ópera ‘Lohengrin’ de Richard Wagner, viaja a Múnich para dedicarse al arte. Es una época (1904-1907) de viajes por toda Europa y el norte de África junto a su compañera, la artista alemana Gabriele Münter, en la que a los ejercicios neoimpresionistas iniciales suceden paisajes bávaros multicolores con elementos compositivos propios del grabado y, a partir de 1909, obras con un estilo cada vez más expresionista, que se aleja de la representación de escenas naturales y se inclina por historias apocalípticas. Algunos de los motivos  recurrentes de su trabajo, como el caballo y el jinete, simbolizan su cruzada contra los valores estéticos convencionales y su anhelo de un futuro más espiritual a través del poder transformador del arte. Siguiendo con su pugna contra las normas de la figuración, Kandinsky está convencido de que el color, la forma y la línea pueden traducir la “necesidad interior” del artista en afirmaciones universalmente comprensibles, ofreciendo una visión regeneradora del futuro.

Mientras vive en Múnich, Kandinsky lidera los grupos de la vanguardia más importantes de la ciudad, como La falange (Phalanx) y la Nueva asociación de artistas de Múnich (Neue Künstlervereinigung München), y publica varios tratados fundamentales, como ‘De lo espiritual en el arte’ . En 1911 funda junto con Franz Marc Der Blauer Reiter (El jinete azul), una heterogénea sociedad de artistas interesados en el potencial expresivo del color y de la resonancia simbólica (a menudo espiritual) de la forma. Para 1913 ya quedan sometidos a la línea y el color los temas recurrentes en su obra, como el caballo y el jinete, las colinas onduladas, las torres y los árboles. A medida que sus contornos caligráficos y formas rítmicas revelan cada vez menos rastro de sus orígenes figurativos, Kandinsky comienza a desarrollar la abstracción y a formular lo que denomina “el oculto poder de la paleta”.

Dominios cósmicos: de Rusia a la Bauhaus

Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, en 1914 Kandinsky se ve obligado a abandonar Alemania debido a su nacionalidad rusa y se establece en su Moscú natal, donde la vanguardia busca formular un lenguaje estético universal a través de las formas geométricas. Tras romper su relación con Gabriele Münter y sus lazos con otros colegas alemanes, Kandinsky observa los experimentos de sus coetáneos rusos, pero se da cuenta de que el enfoque objetivo y basado en la producción de estos no se corresponde con su propia búsqueda artística de la espiritualidad.

En 1922 regresa a Alemania con su esposa Nina y comienza a impartir clases en la Bauhaus, la escuela de arte y diseño aplicado fundada por el arquitecto Walter Gropius y patrocinada por el estado. Kandinsky descubre allí un entorno favorable a su convicción de que el arte puede transformar al individuo y a la sociedad. Continúa investigando la correspondencia entre el color y la forma y sus efectos psicológicos y espirituales, y las formas geométricas, que utiliza en planos superpuestos, llegan a dominar su vocabulario pictórico. Este cambio se debe, en parte, a la influencia del tipo de obra que había visto en Rusia. Kandinsky continúa distanciándose, sin embargo, de lo que considera el arte “mecanicista” de los constructivistas y el arte “puro” de los suprematistas como Kazimir Malevich, insistiendo en que incluso las formas más abstractas poseen contenido expresivo y emocional. Para Kandinsky, el triángulo encarna acción y agresividad; el cuadrado significa paz y calma; y el círculo, el reino de lo espiritual y lo cósmico.

Es en este momento cuando su obra llama la atención del coleccionista Solomon R. Guggenheim, quien junto con su esposa Irene y su asesora artística Hilla Rebay, le visitan en su estudio de la Bauhaus de Dessau en 1930 y adquiere la monumental ‘Composición 8’ (1923) además de otras piezas. Kandinsky continúa impartiendo clases en la Bauhaus hasta 1933 en que la escuela es clausurada debido a la presión del Gobierno nazi.

Mundos minúsculos: París

Así es como Kandinsky se traslada a París y pasa los últimos once años de su vida en el barrio de Neuilly-sur-Seine. Es un período muy prolífico pese a la inestabilidad política y la posterior escasez. El artista experimenta con materiales (por ejemplo, combinando arena y pigmento) y su vocabulario formal presenta una paleta más suave y formas biomorfas. Las intrincadas composiciones de esta fase se asemejan a mundos minúsculos de organismos vivos, claramente influidos por su contacto con el Surrealismo, con el arte de Jean Arp y Joan Miró, y por su interés por las ciencias naturales, especialmente por la embriología, la zoología y la botánica. Muestra predilección por los tonos pastel (rosa, violeta, turquesa y dorado) que recuerdan a los colores de sus orígenes rusos.

En su último período, Kandinsky sintetiza elementos anteriores de su carrera, de su paso por la Bauhaus y de la práctica de sus coetáneos. Trabaja en formatos de gran escala y emplea fondos oscuros reminiscentes de sus lienzos expresionistas y de sus obras sobre leyendas rusas. También incorpora motivos que aluden a Paul Klee y a los surrealistas que siguen en activo en París, pese a su resistencia a asociarse con estos últimos. En ‘Alrededor del círculo’ (1940), se manifiesta esta influencia en la intrincada y dinámica composición de lúdicas formas biomorfas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, las autoridades alemanas confiscan la obra de Kandinsky y la de otros pintores modernos, declarándola como “arte degenerado”. Los estalinistas de la Unión Soviética clausuran museos y envían las pinturas de Kandinsky a los almacenes. El artista fallece en 1944 a la edad de 78 años, dejando tras de sí una prolífica obra.

El industrial y fundador del Museo que ostenta su nombre, Solomon R. Guggenheim, empieza a coleccionar el trabajo de Kandinsky en 1929, y su entusiasmo por el arte moderno le lleva a inaugurar en Nueva York en 1939 el Museo de pintura no objetiva (Museum of Non-Objective Painting), precursor del Museo Solomon R. Guggenheim. Hoy en día, la Fundación Guggenheim posee más de 150 piezas de este artista fundamental.