creencias-alternativas-estudio-opinion-publica

Estudio de la Fundación BBVA sobre creencias y prácticas alternativas

Frente al ruido de la posverdad, el relativismo y negacionismo científico de algunas élites políticas y culturales, en la gran mayoría de la sociedad española está vigente una apreciación cultural y práctica de la ciencia y la racionalidad

En la última década han proliferado los argumentos en los medios de comunicación, en ensayos y en debates en instituciones públicas, acerca de un supuesto declinar cultural de la verdad, la racionalidad y la evidencia empírica, asociadas a y favorecidas por la ciencia, supuestamente sustituidas en el espacio público por la llamada posverdad (el relativismo que haría indecidible el valor de verdad de dos opiniones, creencias o teorías contrapuestas), el primado de las emociones frente al análisis racional de las cuestiones ordinarias y los grandes retos colectivos. Ese fenómeno, aunque no tiene su causa en el rápido crecimiento de las redes sociales digitales no moderadas o intermediadas y la crisis económica de los medios de comunicación convencionales, sí que se ha visto favorecido por una esfera pública en la que convergen numerosos canales de opinión, con estilos de afirmación de las creencias, opiniones y valores alejados de la discursividad, el razonamiento y la evidencia. Por ello, resulta del mayor interés ver si esos comportamientos detectables en las prácticas de las élites políticas y en los diagnósticos de comentaristas se han traducido en una erosión del díptico verdad (criterio epistemológico) y veracidad (virtud ética) en las percepciones y actitudes de la población, esto es, en la cultura general, o si, alternativamente, se trata de un fenómeno esencialmente encapsulado en las élites que hacen de la polarización y el fomento del populismo su modo habitual de operación en el presente.

3 febrero, 2025

Descarga

Gráficos principales del estudio

Descarga

Anexo: gráficos adicionales del estudio

En paralelo a ese fenómeno en la esfera pública ha aparecido una literatura técnica o académica que viene dando la mayor relevancia a prácticas cognitivas anteriormente tenidas por marginales o residuales frente al modelo de racionalidad clásico o ilustrado. Los humanos, según estos enfoques (algunos de los cuales han sido distinguidos con el Premio Nobel), seríamos “ávaros o míseros cognitivos” que, lejos de operar con un cierto aire de familia o similitud con el modo de proceder de la ciencia, a través del análisis de objetos y cuestiones claramente especificadas, en un constante diálogo crítico entre modelos y observaciones, operaríamos a través de atajos para entender y movernos en el mundo, en algunos casos enteramente de espaldas al conocimiento público validado de la ciencia, como en la estimación de riesgos. Sin perjuicio del valor de estos desarrollos a cargo de psicólogos cognitivos y otros científicos sociales, sus resultados acotados se han generalizado sin base suficiente, llevando a afirmar que estamos ante el declive de la racionalidad, de la apreciación y confianza en el conocimiento científico, lo que, a su vez, redundaría en el deterioro del debate racional o de la convivencia dialogada en sociedades democráticas y pluralistas.

Frente a esas lecturas posverdad, otros científicos sociales están abogando por la vigencia de la racionalidad. Entre quienes vienen ofreciendo una defensa de la racionalidad, apoyada en análisis y evidencia, destaca Steven Pinker, quien en su obra Rationality (2021) ha señalado que, al menos en una parte del mundo, tenemos “el lujo de [vivir] en una sociedad tecnológica avanzada con ciencia, historia, periodismo y una infraestructura de búsqueda de la verdad, incluyendo archivos, bases de datos digitales, instrumentos de alta tecnología, y comunidades de edición, comprobación de datos y revisión por pares”. Para ese psicólogo de Harvard, verdad y veracidad, además de formar parte de la práctica de la comunidad científica, están también vigentes en la cultura de la sociedad: a la gran mayoría de la gente le importa la verdad y valora el criterio ético de la veracidad.

Atendiendo a ese marco se ha llevado a cabo el “Estudio Fundación BBVA sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas”, que intenta estimar hasta qué punto la sociedad española aprecia o, alternativamente, se muestra indiferente, ante la verdad y el conocimiento validado y hasta qué punto se acoge a marcos alternativos al conocimiento validado en su toma de decisiones en ámbitos sensibles como el de la salud.

Este estudio basado en una encuesta no es un test formal de racionalidad-irracionalidad de la sociedad, sino un conjunto de medidas acerca de la vigencia cultural de valores y criterios de racionalidad y apreciación de la ciencia frente a otros marcos conceptuales y doctrinas, algunos de ellos en planos o esferas bien distintas, sin colisión directa con la ciencia, otros, en cambio, autopresentados como alternativa al conocimiento científico.

La información empírica se ha obtenido a través de una encuesta telefónica a una muestra de 2.013 individuos, representativa de la población española de 18 y más años. El trabajo de campo ha sido realizado por Imop-Insights en diciembre de 2024. El diseño del cuestionario y el análisis de los datos se ha llevado a cabo por el Departamento de Estudios Sociales y Opinión Publica de la Fundación BBVA.

Antes de ofrecer un mapa detallado de los resultados, cabe anticipar que los datos que se presentan a lo largo de estas páginas muestran una pauta dominante de amplia apreciación cultural de la ciencia y la racionalidad. La verdad es altamente apreciada y la ciencia es tenida como el conocimiento más objetivo y fiable, con capacidad para explicar la mayoría de las cosas.

Las doctrinas y narrativas religiosas operan como marco de referencia en dominios restringidos, sin representar hoy alternativa a la ciencia. Además de ello, una serie de piezas creenciales tradicionales de la religión católica han pérdido gran parte de su influencia social como creencias.

La creencia en la magia y las brujas, propias de sociedades premodernas, tienen un peso marginal. Creencias alternativas o negacionistas de la ciencia o la evidencia, vinculadas algunas de ellas a movimientos conspirativos más o menos recientes, como la que asevera que seres extraterrestres han visitado la Tierra, que el ser humano no ha llegado realmente a la luna, así  como la visión terraplanista, tienen también una presencia marginal.

Prácticas o tratamientos de salud sin base científica como el reiki o el ayurveda son enteramente desconocidos para un amplio segmento de la población y, en otros casos, como la homeopatía, son tenidos como tratamientos complementarios, no alternativos a la medicina convencional basada en la evidencia, que goza de un altísimo nivel de confianza y un posicionamiento privilegiado en términos de reconocimiento de su efectividad para el abordaje de problemas de salud.

Percepción de la naturaleza racional del ser humano 

La visión dominante de la naturaleza del ser humano es la de un ser racional. Tres de cada cuatro españoles comparten esa percepción, mientras que uno de cada cuatro cree, por el contrario, que los humanos somos seres irracionales.

Esta visión sobre la naturaleza racional de los seres humanos es trasversal a todos los segmentos sociodemográficos. De quienes sostienen la minoritaria visión opuesta, aumenta algo entre los más jóvenes (el 30% frente al 15% entre los de 65 y más años) y entre quienes tienen estudios primarios (el 29% frente al 15% de quienes tienen estudios terciarios).

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

El potencial explicativo de la ciencia

Existe confianza generalizada en el potencial explicativo de la ciencia: dos de cada tres ciudadanos creen que la gran mayoría de las cosas importantes pueden ser explicadas por la ciencia ahora o podrán serlo en el futuro, frente a uno de cada tres que cree que hay muchas cosas importantes que la ciencia no puede ni podrá explicar.

El segmento más escéptico sobre el potencial explicativo de la ciencia se incrementa entre los mayores de 65 años, los que tienen estudios primarios, quienes expresan un alto nivel de religiosidad y aquellos que se posicionan ideológicamente en el extremo de la derecha o rechazan definirse en términos ideológicos. La valoración del poder explicativo de la ciencia, por su parte, aumenta  entre quienes se ubican en la izquierda, tienen mayor el nivel de estudios y un más bajo nivel de religiosidad.

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

La verdad y la ciencia. El potencial práctico de la ciencia

Hay acuerdo general respecto a los atributos cognoscitivos de la ciencia, siendo percibida como el conocimiento más objetivo (media de acuerdo de 8,0 en una escala de 0 a 10), fiable (7,4), con capacidad de separar lo que verdadero de lo que es falso (6,9).

La amplia mayoría cree que la ciencia permite conocer el funcionamiento del cerebro y, también, aunque con menor rotundidad, la mente y los pensamientos (Ver Diapositiva 1 del Anexo).

En consonancia con la apreciación positiva de la capacidad explicativa de  la ciencia, predomina claramente el desacuerdo respecto a que “el conocimiento más fiable es el de la gente común y no el de los expertos o científicos” (media de acuerdo de 3,7 en una escala de 0 a 10, en la cual el 57% se coloca en las puntuaciones de 0 a 4).

Por otra parte, predomina un completo desacuerdo respecto a que “las únicas verdades son las de los libros sagrados” (media de 2,0, con un 79% que se sitúa en las puntuaciones de desacuerdo de 0 a 4 y el 67% en el extremo de 0 a 2) (Ver Diapositiva 2 del Anexo).

Si del estatus cognitivo de la ciencia se pasa al potencial práctico para el abordaje de cuestiones de la mayor importancia, desde la salud a las cuestiones medioambientales y el progreso continuo de la sociedad, las percepciones ampliamente compartidas tienen una nítida valencia positiva.

Un caso que sirve de test crucial de la aceptación de la visión científica del mundo es el del cambio climático, sometido a constantes ataques culturales y políticos desde hace más de una década. Pues bien, existe amplio consenso en considerarlo como un fenómeno científicamente probado (media de acuerdo de 7,8), al tiempo que la gran mayoría está en desacuerdo en considerarlo como un invento creado por grupos interesados (2,7). Las opiniones están divididas al considerar que “siempre ha habido cambio climático como ocurre ahora” (5,1) (Ver Diapositiva 3 del Anexo).

Al mismo tiempo, existe un amplio acuerdo en atribuir el origen del cambio climático a la actividad humana (el 67%), mientras que es bajo el segmento de quienes creen que se trata de un proceso natural de la Tierra (18%) y el de quienes creen que se debe a ambas cosas (14%).

La visión sobre el origen antropogénico del cambio climático se acentúa entre las mujeres, los jóvenes, quienes tienen un nivel bajo de religiosidad, quienes se identifican ideológicamente con la izquierda y entre quienes confían en mayor medida en el valor explicativo de la ciencia. Por el contrario, quienes lo conciben como un proceso natural de la Tierra asciende casi a un tercio entre quienes se identifican ideológicamente con las posiciones más extremas de la derecha  (Ver Diapositiva 4 del Anexo).

Confianza en instituciones y profesiones centrales de la sociedad moderna

En convergencia con la alta valoración del conocimiento científico, al preguntar por la confianza en diferentes instituciones de las sociedades modernas, los componentes del tríptico medicina, ciencia y tecnología obtienen los niveles más altos de confianza. En el caso de las dos primeras, más del 80% expresan, además, confianza con la mayor intensidad (puntuaciones de 8 a 10).

Con menor intensidad, pero de manera clara, los españoles también expresan un alto nivel de confianza en la democracia, las leyes y el mercado, mientras que, en el otro extremo, la confianza en la religión se sitúa en un nivel muy bajo.

Si de la confianza en los campos o instituciones acabadas de mencionar se pasa al mapa de la confianza en los grupos profesionales, los asociados al conocimiento son los que suscitan mayores niveles de confianza: los médicos, los científicos y los psicólogos. Muy por debajo del umbral de confianza, los astrólogos y homeópatas, y con puntuaciones aún más bajas, los sacerdotes (Ver Diapositiva 5 del Anexo).

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

Un mapa diferenciado de cientificidad de campos y actividades

Los atributos de la ciencia como conocimiento objetivo, de alta capacidad explicativa y poder de resolución de problemas prácticos no se atribuyen por igual a todos los campos de la ciencia, si bien en todo caso se sitúan claramente por encima de la confianza en prácticas “alternativas”.

De una lista de 15 áreas, la mayoría de ellas disciplinas científicas y otras prácticas que, sin serlo, en ocasiones se presentan como científicas, resultan tres agrupaciones, atendiendo a la correlación de los ítems de cada grupo o factor:

  • Ciencias de la naturaleza y de la vida, incluyendo física, matemáticas, ingeniería, biología, medicina. Existe un acuerdo prácticamente universal respecto a su cientificidad.
  • Ciencias sociales, incluyendo la psicología, sociología, economía, consideradas también como científicas, aunque con valores más bajos o menor consenso.
  • Campos como la acupuntura, quiropráctica, astrología y homeopatía, en los que las valoraciones sobre su cientificidad aparecen divididas.

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

 

El cambio de estatus de la religión y sus narrativas

Las creencias religiosas se sitúan en un plano enteramente distinto de las de base científica, siendo adquiridas primariamente en la familia y a través del contexto social y cultural, especialmente en el caso de aquellas religiones que disfrutan de un peso diferencial o cuasihegemónico en la sociedad. Pocas décadas atrás existían colisiones significativas entre narrativas religiosas y teorías científicas, si bien estaban confinadas a unas pocas zonas de contacto (la creación del universo, la teoría de la evolución, la visión del embrión humano de unos pocos días). Hoy, por lo general, ciencia y religión coexisten sin especiales problemas en las sociedades democráticas y pluralistas. En paralelo, ha ido desarrollándose un proceso de secularización, resultado no solo del avance científico, sino de otros cambios en los valores y estilos de vida.

Las creencias religiosas tienen en la actualidad una influencia limitada en la sociedad española, habiendo perdido gran parte de su peso como marco de referencia para la toma de decisiones incluso entre quienes se sienten vinculados a ellas. En ese sentido el cambio en el estatus de la religión es una de las manifestaciones del intenso proceso de cambio económico, social y cultural de las tres o cuatro últimas décadas.

Aunque algo más de la mitad de los españoles dice pertenecer a una religión (el 53%) y, dentro de ese grupo, el 86% declara pertenecer a la religión católica, el nivel de religiosidad de la población española es muy bajo (media de 3,7 en una escala de 0 a 10, con casi el 40% en la posición más baja de la escala (0-2). (Ver Diapositiva 6 del Anexo).

Algunos elementos creeenciales tradicionales de la religión tienen un nivel de aceptación bajo. Casi la mitad de los españoles cree en la existencia de Dios, el 38% cree en el pecado y alrededor de un tercio cree en la vida en otro mundo después de la muerte, los milagros, el cielo y los libros sagrados. Un segmento más pequeño de alrededor del 20% cree en la reencarnación, el demonio y en el infierno.

La mayoría está de acuerdo en que “la religión no da respuesta hoy a cuestiones importantes de la vida”, estando en desacuerdo en que “la ciencia destruye las creencias religiosas”, pero están divididos acerca de “la coexistencia sin problemas de la ciencia y la religión” (Ver Diapositiva 7 del Anexo).

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

Respecto a una creencia de la narrativa religiosa en colisión potencial con la ciencia, como es el origen del universo o el origen del ser humano, el estudio refleja que los españoles se decantan claramente por la visión ofrecida por el conocimiento científico. El 78% cree en la explicación evolucionista del origen de los seres humanos y sólo el 33% cree que el universo fue creado por Dios o por un ser supremo espiritual (Ver Diapositiva 8 del Anexo).

Importancia de la razón en la toma de decisiones, junto a la experiencia y a las emociones

La gran mayoría de la población adulta en España atribuye una gran importancia a la hora de tomar decisiones importantes a la experiencia y el sentido común (un 94% manifiesta que se guía por esos criterios). Junto a la experiencia previa, aparecen en un lugar predominante la información científica (82%) y el análisis racional de la situación (77%).

Con un peso también muy alto, aparecen aspectos distintos, en principio compatibles con la racionalidad, como  los sentimientos y emociones (el 77% declara guiarse mucho o bastante por ellos), la intuición (75%) y, en menor medida, la primera impresión (55%).

Otro vector de importancia en el proceso de toma personal de decisiones es la influencia social a través de varias facetas y cristalizaciones. En particular, las opiniones del grupo de pertenencia o allegados (64%) son tenidas en cuenta, pero, al menos declarativamente, no lo que piensa la mayoría de la sociedad (15%). Otro factor relevante lo constituyen las costumbres y tradiciones (53%). En un punto medio, casi la mitad de los españoles declara tener en cuenta en sus decisiones las recomendaciones de las autoridades (49%). Las creencias religiosas (23%) y las convicciones políticas (25%) quedan relegadas a un lugar de menor importancia, quizás porque muchas de las decisiones personales desbordan las esferas de la religión y la política.

Se declara también atribuir un valor modesto a la información proporcionada por los medios de comunicación (23%) y todavía menor a las redes sociales (11%).

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

En el siguiente esquema se presentan los diferentes aspectos agrupados en dimensiones según la importancia que, en términos declarativos, le adjudican a cada uno de ellos.

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

El factor más analítico, aunque predominante en todos los segmentos, asume un mayor peso en la toma de decisiones entre los hombres, los jóvenes, en la población con mayor nivel de estudios y menor nivel de religiosidad. También se trata de un factor al que le otorgan mayor importancia quienes se inclinan ideológicamente hacia la izquierda. Por su parte, el plano de los sentimientos y emociones, también importante trasversalmente, se acentúa entre las mujeres.

Los jóvenes otorgan mayor importancia a lo que piensan sus allegados, mientras que la importancia atribuida a las costumbres y tradiciones se acentúa entre los grupos de mayor edad, entre quienes tienen un menor nivel de estudios, mayor religiosidad y entre quienes se identifican ideológicamente en mayor medida con la derecha (Ver Diapositiva 9 del Anexo).

La mayoría de la población no se acoge a creencias alternativas

En un marco mental de apreciación de la razón y de la ciencia, la gran mayoría de los ciudadanos rechazan que los astros y planetas influyan en lo que les pasa a las personas en su vida diaria (el 30% declara que cree en esto ). Prácticas de sociedades premodernas, asociadas a la superstición, como la creencia en la magia o en las brujas o que el número 13 da mala suerte, tienen una aceptación muy baja.

En cuanto a enfoques alternativos en el campo de la salud, como la creencia en los curanderos para tratar enfermedades graves, apenas alcanza un 13%.

Algunas creencias alternativas vinculadas a un magma conspirativo, como la visita de extraterrestres a la tierra (30%), que el ser humano no ha llegado a la luna (el 83% cree que ha llegado y el 14% que no) o que la tierra es plana (4%), esta última con seguimiento en sociedades como la norteamericana, apenas tienen presencia en la sociedad española.

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

Los perfiles de las diferentes creencias

La narrativa religiosa y algunas de sus piezas creenciales están claramente asociadas a la identificación ideológica. Quienes se sitúan en el extremo de la derecha del arco ideológico son quienes en mayor medida creen en la existencia de Dios, el pecado o el infierno. El otorgarle un menor valor explicativo a la ciencia también se vincula con una mayor aceptación de estas creencias religiosas.

Cuando se trata de una creencia religiosa en potencial colisión con la ciencia, como el evolucionismo, el perfil se modifica: la visión evolucionista del origen del ser humano se acentúa entre los hombres, los jóvenes, con un mayor nivel de estudios, baja religiosidad y entre quienes se identifican ideológicamente con la izquierda.

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

Los segmentos que creen en mayor medida en algunos elementos de teorías conspirativas, como que los extraterrestres han visitado la Tierra o que el ser humano no ha llegado a la luna, aparecen asociados a un menor nivel de estudios, una ideología más orientada hacia el extremo de derecha, un menor nivel de confianza interpersonal y un mayor escepticismo sobre el poder explicativo de la ciencia.

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

Creencia y seguimiento de prácticas o tratamientos alternativos a la medicina convencional

Además de las creencias alternativas a la ciencia, existen algunas prácticas alternativas vinculadas a la salud que no están validadas por el conocimiento científico.

La existencia de tratamientos alternativos a la medicina convencional, como la homeopatía, el reiki o la reflexología no son tenidas por la mayoría de la población como un recurso de elección  para el tratamiento de problemas de la salud, siendo además algunos de ellos desconocidos para colectivos muy amplios, como es el caso del ayurveda (el 68% no sabe lo que es) y, en menor medida el reiki (el 37%) o la reflexología (el 30%).

La incidencia de prácticas o tratamientos alternativos es baja y esporádica, siendo muy residual el porcentaje que las utiliza habitualmente. Destaca la homeopatía utilizada por un 21% (19% de forma esporádica y un 2% de manera habitual). Le sigue la reflexología con un 14% (12% y 2%), el reiki con un 8% (7% y 1%) y el ayurveda un 3%.

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

En conjunto, el 31% de los españoles ha utilizado al menos esporádicamente alguna de estas cuatro prácticas, siendo de tan solo un 4% el porcentaje que los utiliza habitualmente (Ver Diapositiva 10 del Anexo).

Entre los que han recurrido a alguno de estos tratamientos, la mayoría lo ha hecho como complemento a tratamientos médicos convencionales o para prevenir y mantener la salud, siendo marginal el porcentaje que los ha utilizado como sustitutos de tratamientos médicos (Ver Diapositiva 11 del Anexo).

La casi totalidad de los españoles afirma que frente a un problema grave de salud, recurriría a los servicios del sistema de salud. Ello no implica que emerjan algunas reservas hacia la medicina convencional, como su recurrencia excesiva a los medicamentos. Predomina el desacuerdo, sin embargo, respecto a que la medicina convencional esté desligada de las necesidades del paciente (más de un tercio sí está de acuerdo con esta idea).

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

Respecto a los tratamientos de salud alternativos, la amplia mayoría de los españoles expresa un alto nivel de desacuerdo en cuanto a su mayor efectividad respecto a la medicina convencional (media de 3,2 en una escala de 0 a 10). Las opiniones están más divididas, aunque también predomina el desacuerdo, respecto a que estos tratamientos deberían ser cubiertos por la seguridad social (4,8), que hay tan buenos profesionales en la medicina alternativa como en la convencional (4,6) y que estos tratamientos alivian los efectos secundarios de los tratamientos convencionales (4,3). Prevalece el acuerdo respecto al efecto placebo que tienen los tratamientos alternativos de salud.

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

Las vacunas y la psiquiatría resultan confiables

Además de la confianza general en la medicina, los españoles confían en la utilidad de los tratamientos ofrecidos por la psiquiatría y se valora muy positivamente el papel de las vacunas.

Por otro lado, prácticas complementarias, como la meditación o el yoga, aunque practicadas por segmentos acotados (el 28% y el 16% respectivamente), obtienen un posicionamiento favorable entre los ciudadanos y generan un alto nivel de confianza en cuanto a su utilidad para el bienestar general. La acupuntura y, especialmente, la homeopatía merecen un bajo nivel de confianza.

Estudio de opinión pública sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Fundación BBVA 2025

La confianza en las vacunas y la psiquiatría es trasversal y se acentúa aún más entre los más jóvenes, los que tienen estudios superiores, bajo nivel de religiosidad, creen en el poder explicativo de la ciencia y se declaran ideológicamente de izquierdas. La meditación genera más confianza entre las mujeres y en relación inversa a la edad, mientras que la confianza en la homeopatía es mayor también entre las mujeres y los adultos de 45 a 64 años (Ver Diapositiva 12 del Anexo).

Ficha técnica

  • Ámbito geográfico del estudio: España
  • Universo: población general de 18 años y más.
  • Método: encuesta telefónica asistida por ordenador
  • Tamaño y distribución de la muestra: 2.013 casos. Distribución de la muestra aleatoria y con selección del individuo según cuotas de sexo y edad.
  • Error de muestreo:  ±2,2 puntos porcentuales para el conjunto de la muestra para para p=q=50 % y un nivel de significación del 95%.
  • Fecha de realización del trabajo de campo:  diciembre de 2024
  • El trabajo de campo ha sido coordinado y ejecutado por Imop Insight.
  • El diseño del cuestionario y el análisis de los datos se han llevado a cabo por el Departamento de Estudios Sociales y Opinión Pública de la Fundación BBVA.