El despegue del pensamiento abstracto, la discursividad y la lógica, la curiosidad por explorar analíticamente el mundo natural y social, la mente y los valores, la reflexión sistemática sobre el papel y el diseño de las instituciones, la valoración del conocimiento como herramienta y elemento constitutivo de la humanidad tienen su cuna en el mundo clásico y su influencia, a través de lo que se ha etiquetado como “la tradición clásica”, llega hasta el presente, unas veces en primer plano, otras operando en el subsuelo conceptual de nuestro modo de vida, desde la ciencia a la ética y la cultura y la arquitectura institucional.

El foco en la generación y difusión del conocimiento científico de frontera característico del programa de trabajo de la Fundación BBVA estaría incompleto sin una atención significativa a las Humanidades y dentro de éstas a los Estudios Clásicos, un campo que, además de una elevada productividad científica -con muy débil apoyo público- permite abrir una ventana en el siglo XXI para el público interesado a un universo mental, cultural e institucional enormemente interesante en sí mismo y útil para entender nuestra trayectoria y horizonte de posibilidades. Con ese sentido se ha creado el Programa Logos de apoyo a la investigación y su difusión a la sociedad, con una convocatoria competitiva de ayudas y una dotación de 1.200.000 euros. En el proceso de evaluación “por pares” de los más de cien proyectos presentados, la Fundación BBVA ha contado con la colaboración de una organización emblemática del campo, la Sociedad Española de Estudios Clásicos.

La comunidad académica e investigadora de Estudios Clásicos es, entre nosotros, una de las más potentes áreas de las Humanidades, con una dilatada trayectoria de fructíferas escuelas y linajes investigadores, fuertemente internacionalizada y que hace uso de las herramientas analíticas y tecnológicas más avanzadas. Como resultado, además de publicaciones especializadas en revistas y obras de referencia, ha contribuido a generar un riquísimo conjunto de ediciones en castellano de autores clásicos a disposición del público interesado. Ello es, además, especialmente valioso al haberse mantenido una sólida tradición de Estudios Clásicos, altamente eficiente en relación a los escasos recursos disponibles y a pesar de las políticas públicas que han ido reduciendo progresivamente su presencia en los niveles de educación no-universitarios. Afortunadamente el público mantiene vivo el interés por el mundo clásico y su contribución a nuestro presente, como se aprecia por el éxito de difusión de obras del mundo clásico promovidas por algunos medios de comunicación y editoriales.

Como afirma Jesús de la Villa, presidente de la Sociedad Española de Estudios Clásicos, “por la calidad de nuestras publicaciones, y nuestra presencia en proyectos y congresos internacionales, España está entre los cinco países más importantes del mundo en este tipo de estudios”. Una manifestación de ello es que varios proyectos seleccionados en la convocatoria Logos estén dirigidos por investigadores y centros españoles, a los que se han asociado académicos y especialistas de departamentos de referencia de universidades de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y México.

El área objeto del programa Logos de Estudios Clásicos incluye la lengua, la cultura e historia de Grecia y Roma en la antigüedad y su influencia hasta el presente en la civilización occidental. Es un área pluridisciplinar, abarcando la lengua, la lingüística, la literatura, la filosofía, la ciencia, el arte, la arqueología, la historia, las instituciones y el derecho, así como otras creaciones culturales.

El nombre de este programa de ayudas a los Estudios Clásicos es Logos, un concepto central de la civilización clásica, denotando discurso-lenguaje y razón-argumento. El programa incluye también investigaciones sobre el dominio de lo irracional y emocional, presentes en el mundo clásico, como envés del pensamiento y la conducta racional.

 “Los Clásicos, más necesarios que nunca”

“Los estudios clásicos nos ayudan a entender lo que somos hoy. El comportamiento humano reproduce patrones, y el estudio del mundo clásico nos ofrece muchos de estos modelos”, explica de la Villa. “En el mundo clásico se fraguan los fundamentos de nuestra sociedad occidental: el modelo económico, político, las instituciones”.

“Lo que es típico nuestro es la apertura de mente, la libertad de pensamiento, la curiosidad como impulsora del modelo científico, y eso tiene su origen en el mundo clásico”, añade. “El modelo científico nació con los griegos, que planteaban preguntas y trataban de resolverlas siguiendo un método inductivo-deductivo. Los estudios clásicos son más necesarios que nunca ahora, precisamente porque la ciencia y la técnica avanzan más que en ningún otro momento de la historia. Hemos de incorporarlos a nuestra sociedad de manera armónica, teniendo en cuenta nuestro modo de ver el mundo definido a través de la ética”.

Por su parte, Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA ha señalado cuál es el sentido del programa Logos, recordando que “Aristóteles abre el capítulo primero de su Metafísica con la tesis fundamental de que ‘todo ser humano, por naturaleza, desea conocer’. La apuesta por el conocimiento, el basar nuestra interacción con el mundo natural y el diseño de nuestras instituciones sociales, no de manera directa, sino dando un rodeo por el conocimiento, atreviéndose a crear retículas conceptuales, teorías y modelos, entendidas como las lentes más potentes para guiarnos en el mundo, son de cuna griega y del mundo clásico. Esa reivindicación del conocimiento en un mundo particularmente rico y complejo como el del presente, saturado por la tecnología, es el fundamento que el programa Logos quiere apoyar, mostrando además la diversidad de sus manifestaciones, desde la lengua al arte, la filosofía y la literatura, la ciencia y el universo de los valores, sin cuya contribución agregada nuestras posibilidades individuales y colectivas se estrecharían de manera dramática”.

Evaluación por pares en dos pasos

La selección de los proyectos se ha realizado mediante un proceso de evaluación por pares en dos pasos:

1.- Evaluación de cada uno de los proyectos por 157 evaluadores propuestos por la Sociedad Española de Estudios Clásicos, asignados a los correspondientes proyectos en atención a la cercanía disciplinar al objeto formal del proyecto.

2.- Valoración colegiada por una comisión evaluadora de la Sociedad Española de Estudios Clásicos, teniendo a la vista las evaluaciones del paso 1 y la asignación presupuestaria global de esta convocatoria de ayudas.  Esta Comisión ha estado integrada por María Paz de Hoz García-Bellido, profesora titular de Griego en la  Universidad Complutense de Madrid; Antonio López Fonseca, catedrático de Latín en la Universidad Complutense de Madrid; Fernando Quesada, catedrático de Arqueología en la Universidad Autónoma de Madrid; y Jesús de la Villa, catedrático de Griego en la Universidad Autónoma de Madrid.