El Premio José Luis Rubio de Francia, dirigido a jóvenes matemáticos de hasta 32 años, españoles o que hayan realizado su trabajo en España, está dotado con 3.000 euros y además conlleva una start-up grant de 35.000 euros financiada por la Fundación BBVA, para apoyar la investigación de la persona galardonada durante tres años.

El trabajo de Claudia García se refiere a ecuaciones diferenciales parciales no lineales (EDP) como la ecuación de Euler en 2 dimensiones o la denominada surface quasi-geostrophic equation (gSQG). “Las ecuaciones con las que trabajo describen el movimiento de fluidos como el agua, por ejemplo, en corrientes de ríos y océanos, para dar significado matemático a problemas que provienen de la física”, explica.  Los resultados de la joven investigadora se han publicado, individualmente o con coautores, en revistas de primera línea.

Cuando la corriente de un río se topa con una roca que interrumpe su camino, el agua gira alrededor de la roca formando un vórtice distribuido en dos calles que interactúan entre sí. Lo mismo ocurre a gran escala con las corrientes oceánicas cuando atraviesan una isla, como se observa, por ejemplo, en la isla de Madeira. Es lo que se conoce como vórtice de Von Kármán, cuyo comportamiento matemático predijo el ingeniero húngaro y estadounidense Theodore von Kármán en los años 80. Sin embargo, esta investigación pasó desapercibida y apenas tuvo repercusión.

Ecuaciones para estudiar tormentas en Saturno y Júpiter

Cuatro décadas más tarde, García retomó el trabajo de Von Kármán y dio con una demostración rigurosa de que su predicción era cierta. Motivada por «dar significado matemático a problemas que provienen de la física», afirma la científica, su investigación se centra en las ecuaciones que describen el movimiento de fluidos como el agua: incompresibles y sin viscosidad.

Además de las corrientes de los ríos y los océanos, su trabajo ha permitido entender qué ocurre en una región de la superficie de Saturno, donde se forma un hexágono «lleno de vórtices», explica la premiada: «En el centro de un torbellino hay una gran fuerza y vorticidad que hace que el fluido gire. Esto es lo que ocurre en el hexágono de Saturno y también, por ejemplo, en Júpiter». Más allá de la física, la investigación de García López puede tener implicaciones en biomedicina, ya que el movimiento de una célula inmersa en un fluido es matemáticamente similar al de la mezcla de dos fluidos como el agua y el aceite.

La Dra. García es “una joven investigadora brillante con notables aptitudes para comprender y trabajar problemas complejos”, que además ha demostrado su capacidad para “desarrollar enfoques novedosos para cuestiones específicas que pueden ajustarse a una variedad de ejemplos y contextos generales”, en palabras del jurado que le ha concedido el Premio Rubio de Francia.