NOTICIA En la Fundación Joan Miró

Inauguración de la exposición “Lee Miller y el surrealismo en Gran Bretaña”

Jaume Freixa y Francisco González, presidentes de la Fundación Joan Miró y la Fundación BBVA respectivamente, han inaugurado en Barcelona la exposición “Lee Miller y el surrealismo en Gran Bretaña”. La muestra, la primera sobre el papel de la fotógrafa norteamericana en el movimiento surrealista, se podrá visitar desde el 31 de octubre hasta el 20 de enero de 2019.

29 octubre, 2018

Tras un recorrido por las salas de la exposición, Jaume Freixa ha entregado a Francisco González una hora de algarrobo en bronce, similar a la que el propio Miró llevaba siempre con él, en reconocimiento a sus dieciocho años al frente de la Fundación BBVA durante los que ha mantenido un apoyo continuado a la Fundación Miró. Se trata, en palabras de Freixa, “de un símbolo que pretende propagar el espíritu mironiano y que nos remite a la importancia de los pequeños gestos y de los objetos más sencillos. Es una algarroba. Una algarroba de bronce, pero una algarroba. Todos sabéis la importancia de la naturaleza y del paisaje de Mont-roig para Miró. El lazo con el BBVA nació bajo un olivo y se esparcirá con el fruto de otro árbol muy simbólico en el universo mironiano, el algarrobo”.

El presidente de la institución catalana ha celebrado que desde hace 30 años se mantenga con la Fundación BBVA “un compromiso con el arte, un compromiso con la cultura. Incluso me atrevería a decir que, con su apoyo, el BBVA inventó el concepto de responsabilidad cultural corporativa antes de que existiera. Lo hicieron con nosotros y lo han seguido haciendo de forma ejemplar a través de su programa de mecenazgo. Hallaron la fórmula para que las entidades financieras fuesen arte y parte del panorama artístico”.

Por su parte, Francisco González ha agradecido la entrega del símbolo así como las tres décadas de colaboración entre ambas instituciones “Jaume Freixa ha tenido un papel fundamental en el éxito de la Fundación Miró y aprecio de verdad su cercanía con nuestro Grupo y conmigo personalmente. Me siento muy honrado de haber podido colaborar con esta casa, plenamente satisfecho por el grado de entendimiento que hemos tenido con su equipo y con las instituciones públicas, Ayuntamiento de Barcelona y Generalitat, que dan apoyo a la Fundación Miró”.

La exposición Lee Miller y el surrealismo en Gran Bretaña reconstruye uno de los polos más importantes de la compleja trama surrealista. A través de la lente privilegiada de la fotógrafa norteamericana Lee Miller (1907-1977) –embajadora del movimiento en territorio londinense junto a su pareja, el artista Roland Penrose‒, la muestra revela las conexiones creativas y las colisiones productivas que relacionaron a los artistas británicos de los años treinta y cuarenta del siglo pasado y el conjunto de la red surrealista internacional.

El proyecto es una producción de The Hepworth Wakefield en colaboración con la Fundació Joan Miró y ha sido comisariado por Eleanor Clayton, de la institución británica. La versión ampliada que se presenta en Barcelona ha contado con la contribución de Martina Millà, Teresa Montaner y Sònia Villegas, jefa de Programas, jefa de Colecciones y conservadora de la Fundació, respectivamente.

De un modo similar a lo acontecido durante la Primera Guerra Mundial en Barcelona, cuando un grupo de artistas europeos buscaron refugio en la ciudad ‒episodio que la Fundació Joan Miró abordó en 2014 con la muestra Barcelona, zona neutral 1914-1918‒, Lee Miller y el surrealismo en Gran Bretaña explora la implantación del movimiento en la escena británica durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial y hasta principios de los años cincuenta del siglo pasado.

La muestra es la primera exposición que investiga específicamente el papel ejercido en este proceso por la fotógrafa Lee Miller. Con su figura como eje vertebrador, la exposición se despliega en capítulos cronológicos que ofrecen una amplia selección de obras y autores, y permiten adquirir un conocimiento más profundo del impacto del surrealismo en el Reino Unido así como de la significación de la ola británica en la evolución y la historia del movimiento. Los nueve ámbitos de la muestra se configuran en torno a la apasionante biografía de Miller que, habiendo sido modelo y musa, cosechó una exitosa carrera como fotógrafa, pionera en conectar los campos del arte, la moda y el periodismo con una inconfundible mirada surrealista.

Lee Miller y el surrealismo en Gran Bretaña expone casi doscientas piezas, y enlaza una extensa representación de la obra fotográfica de Miller con dibujos, pinturas, objetos y esculturas de algunos de los nombres clave del círculo surrealista internacional como Max Ernst, Leonora Carrington, Man Ray, Yves Tanguy, Henry Moore, Eileen Agar, Roland Penrose, Salvador Dalí, Paul Nasch, Giorgio de Chirico o Joan Miró. No en vano Miró, referencia del momento en la escena británica, mantuvo un contacto permanente con este círculo y estableció una estrecha relación con el matrimonio Penrose, que culminó, en 1964, con una gran exposición monográfica en la Tate Gallery.

Para su presentación en la Fundació Joan Miró, la muestra ha sido ampliada además con dibujos, pinturas y fotografías de artistas como Pablo Picasso, Maruja Mallo, Francis Picabia, Àngel Planells o Dora Maar, que estuvieron presentes en las grandes exposiciones surrealistas de Londres, especialmente en la Primera Exposición Internacional del Surrealismo de 1936. El proyecto aporta también abundante documentación en torno a las principales exposiciones surrealistas en Gran Bretaña así como a las publicaciones y canales por los cuales se difundió el movimiento.

El inicio de la muestra se sitúa en los primeros años de Lee Miller en París. Después de haber comenzado como modelo fotográfica en Nueva York, en 1929 Miller se traslada a la capital francesa con la intención de convertirse en aprendiz del fotógrafo surrealista Man Ray, de quien acabará siendo pareja, musa y colaboradora. En 1930, Miller tiene ya su propio estudio fotográfico y se convierte en miembro de pleno derecho de la escena surrealista parisina, como demuestran las fotografías que se presentan en este ámbito. Sus retratos de torsos femeninos de aquella época se muestran junto a la escultura de Man Ray Object of Destruction (1929; reconstrucción, 2004), un metrónomo intervenido en el cual el ojo de Lee Miller marca el tempo.

A medida que la situación política se hace cada vez más difícil en la Europa continental de entreguerras, Londres se convierte en el destino de muchos artistas surrealistas. Miller -junto con el que después será su marido, Roland Penrose- desempeñó un papel significativo en el movimiento surrealista británico de los años treinta. En 1936, Penrose formó el comité organizador para la Primera Exposición Internacional del Surrealismo en Londres, celebrada en New Burlington Gardens y vista por más de veintitrés mil personas. Se exhibe en este ámbito una destacada serie de obras de aquella exposición histórica, o contemporáneas a ella, como el cuadro A la hora del observatorio ‒ Los amantes de Man Ray, en el que aparecen los labios de Lee Miller flotando en el cielo sobre un paisaje desconocido, así como otros paisajes oníricos firmados por Yves Tanguy o Àngel Planells y por artistas locales como Tristam Paul Hillier o Paul Nash. El ámbito acoge también, entre otros, los dibujos surrealistas de Francis Picabia y Salvador Dalí, así como importantes piezas de otros artistas de referencia para el grupo surrealista británico como Giorgio de Chirico, Pablo Picasso, Maruja Mallo o Joan Miró, de quien se expone la tela Composición con personajes en el bosque incendiado (1931), en franco diálogo con el óleo Aries (1935), del pintor británico John Banting.

En 1937, Penrose orquesta un encuentro entre una serie de artistas y escritores en la casa de su hermano en Cornualles al que bautiza, con mordacidad, como «repentina invasión surrealista». Las fotografías de Miller y Man Ray que documentan a Penrose, Paul y Nusch Éluard, Leonora Carrington, Max Ernst y E.L.T. Mesens durante esta aventura creativa se muestran en esta sala junto con obras de arte que destacan los motivos compartidos por todos estos artistas y su diálogo creativo, como se aprecia en los collages de Eileen Agar, Roland Penrose, Humphrey Jenning o la propia Miller.

A finales de ese mismo año, Penrose y Mesens organizan la exposición Surreal Objects and Poems, una muestra centrada en dos de los procedimientos principales a través de los cuales los surrealistas ponían en jaque la realidad. Una reproducción de la escultura de objetos ensamblados que Lee Miller expuso en aquella ocasión (la original está desaparecida) se muestra ahora en esta sala junto a otros objetos de la muestra, o contemporáneos a ella, como el busto de Eileen Agar Ángel de la Misericordia (1934), el Teléfono afrodisíaco (1936) de Salvador Dalí o la Máquina de escribir onanista I (1940) de Conroy Maddox.

En 1938, E.L.T. Mesens se hizo cargo de la gestión de la London Gallery y editó el primer número del London Bulletin. Como queda patente en el siguiente ámbito, en esta publicación, que sirvió de foco para la actividad surealista en Gran Bretaña y se convirtió en un centro para las fuerzas progresistas en un momento de tensiones crecientes en Europa, aparecieron numerosas fotografías de Lee Miller.

La última exposición del grupo, Surrealism Today, se inauguró en la galería Zwemmer de Londres en junio de 1940. En ella se mostraban las imágenes de Miller sobre el plan decorativo de la granja francesa de Max Ernst y Leonora Carrington junto con las fotografías de viaje que había tomado en Rumania, Libia y Egipto. Estas imágenes se expusieron junto a obras de Henry Moore, Edith Rimmington y Roland Penrose, relaciones que se reproducen en el sexto ámbito de la muestra.

Los reportajes de Miller para las ediciones británica y estadounidense de Vogue durante la Segunda Guerra Mundial llevaron su mirada surrealista a nuevos territorios. Trabajando con personajes como David E. Scherman, Miller movió al espectador a la reflexión con sus imágenes sobre los apartamentos secretos de Hitler y las desgarradoras atrocidades de la vida cotidiana en tiempos de guerra. En esta galería se muestra una nutrida selección de las fotografías de Miller para Vogue, unas imágenes que revelan un ojo surrealista perdurable capaz de cruzar los límites de la moda y el fotoperiodismo.

Después de la guerra, Miller se estableció con su pareja, Roland Penrose, y su hijo en una granja de Sussex conocida como «Farley’s», y continuó su práctica como fotógrafa. Desde allí, el matrimonio siguió ejerciendo también su papel como catalizador del movimiento surrealista. Protagonizan esta sala una serie de fotografías cómicas de artistas como Max Ernst, Henry Moore y Dorothea Tanning en Farley Farm, que formaron parte del último gran reportaje de Miller publicado en Vogue en 1953.

Tanto en su faceta comercial como en la periodística y artística, Miller regresaba a menudo sobre la cabeza como motivo surrealista. En 1953, Miller contribuyó a la exposición Wonder and Horror of the Human Head, celebrada en el Institute of Contemporary Arts de Londres y de la que se recuperan algunas de sus fotografías en esta sala. Llamando la atención sobre la influencia del género en la mirada, y encontrando sorprendentes relaciones en un material visual muy diverso, el enfoque radical de Miller prefiguró la fusión del arte elevado y la cultura popular que posteriormente definiría el pop art.

Lee Miller y el surrealismo en Gran Bretaña se completa con un programa de actividades específico y una publicación que incluye el texto comisarial de Eleanor Clayton y dos ensayos más que desarrollan aspectos concretos del proyecto. En primer lugar, Hillary Floe, comisaria adjunta en The Hepworth Wakefield, examina el papel de las publicaciones surrealistas en la difusión y evolución del movimiento. Por su parte, Patricia Allmer, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Edimburgo y una de las mayores especialistas en el surrealismo, analiza la mirada femenina de Lee Miller en su faceta de comisaria de la exposición Wonder and Horror of the Human Head.

La fascinación que ejercen la obra y la persona de Lee Miller no ha dejado de crecer con el paso del tiempo. Aunque se la suele presentar como una figura singular y aislada, la exposición revela que esta mujer pionera estuvo imbricada en la red de artistas que contribuyó a cambiar el rumbo de la historia del arte en el siglo XX. Lee Miller y el surrealismo en Gran Bretaña cuenta la historia de un momento cultural apasionante: por primera vez, las fotografías de Miller y sus colaboraciones con los artistas surrealistas más importantes se presentan al lado de las obras de estos, proporcionando una visión a la vez panorámica y caleidoscópica de una de las escenas artísticas más vibrantes del siglo pasado.