El jurado, presidido por el compositor Luis de Pablo, y con José Amer, director del área de promoción del repertorio clásico de la Fundación Autor, en calidad de secretario, ha estado integrado además por José Ramón Encinar y José Miguel Rodilla –directores titulares de las Orquestas de la Comunidad de Madrid y de la región de Murcia, respectivamente –; el también director José Luis Temes y Fabián Panisello, presidente de Pluralensemble, asociación camerística con la que la Fundación BBVA mantiene un convenio para la realización de ciclos de conciertos.

El Premio de Composición AEOS–Fundación BBVA está considerado como uno de los más importantes a nivel nacional e internacional, tanto por su cuantía (18.000 euros) como por la difusión de la obra galardonada en las temporadas habituales de las orquestas que integran la AEOS. La Fundación BBVA se incorpora en esta quinta edición a la organización de este concurso.

Nacido en Benissa (Alicante) en 1965, Javier Santacreu Cabrera ha estudiado composición con Javier Darias, ampliando su formación entre otros con Antón García Abril, Cristóbal Halffter y Tomas Marco. Miembro del colectivo de Compositores de la Escola de Composició y Creació d’Alcoi (ECCA), cuenta con el Premio de Composición para Música de Cámara Ciutat d’Alcoi (1991) y el Reina Sofía de Composición para Orquesta (1998) por su obra Oniris, Música del Somni. Finalista de los Premios de Composición de la SGAE en 1990, 1993 y 1995, la mayor parte de su obra está editada y registrada en numerosos discos, de los que él mismo destaca Javier Santacreu, Música del Somni y el cuento infantil Gatipedro, grabado por la Orquesta Sinfónica de Galicia.

Una obra al margen de tendencias

A pesar la gran calidad de las 45 obras presentadas, la decisión de distinguir la de Javier Santacreu ha sido unánime. El Jurado ha valorado el modo en que el compositor es capaz de expresar en esta obra exactamente lo que quiere, al margen de tendencias. Ésa es la razón que lleva a Santacreu a destacar, en palabras de Luis de Pablo, “de lo que podríamos llamar las líneas maestras de una cierta vanguardia. El autor ha buscado, y ha encontrado, la seguridad del trazo, sin entrar en un camino que empieza a ser ligeramente académico”. En su opinión, Santacreu “nos muestra el valor de la persona que expresa en música su propio lenguaje”.

En De la Belleza Inhabitada se ha valorado, fuera de lo meramente musical, su escritura, bien pensada para allanar el trabajo de la Orquesta a la hora de materializar la obra.