El premio reconocerá contribuciones plasmadas en tesis doctorales que, “desde la innovación, la creatividad, la originalidad y la rigurosidad científica  (…) utilicen las tecnologías de la información u otras técnicas, herramientas, metodologías computacionales y procesos de automatización avanzados, o estén relacionadas con el ecosistema digital, y presenten una elevada capacidad para hacer avanzar el conocimiento producido en las disciplinas humanísticas”, se lee en las bases.

A él podrán concurrir autores cuyo trabajo de investigación se haya defendido en una universidad española, con independencia de la nacionalidad y lugar de residencia del investigador. No existe límite de edad para presentarse a la convocatoria y en esta primera edición -y en consideración al impacto de la pandemia de COVID-19 en el funcionamiento normal de las instituciones- se concederá un único premio a la mejor de las tesis doctorales defendidas en los años 2019 y 2020. En convocatorias subsiguientes, el premio se concederá a la mejor de las tesis doctorales defendidas en el año inmediatamente anterior al de la convocatoria.

Las candidaturas se podrán presentar hasta el próximo 22 de diciembre y un jurado constituido por especialistas con amplia trayectoria en este campo las evaluará teniendo en cuenta su aportación a la generación de nuevo conocimiento resultante de la hibridación entre metodologías computacionales y digitales y problemáticas intelectuales, epistemológicas y críticas del campo de estudio. El galardón está dotado con 3.000 euros y su entrega se llevará a cabo en un acto público en el que se presentarán y discutirán los resultados de la tesis doctoral premiada.

Un punto de inflexión

Para Nuria Rodríguez Ortega, presidenta de la Sociedad Internacional de Humanidades Digitales Hispánicas (HDH), “este premio es un punto de inflexión para una disciplina que está en plena efervescencia. Aunque en España la investigación en humanidades digitales se remonta a finales de los años 80 del siglo pasado, desde 2010 ha conocido una eclosión muy significativa: en 2012 se fundó la HDH por el interés de distintos grupos de investigación en trabajar de manera más coordinada y generar sinergias, en 2013 se celebró el primer congreso bienal -que la próxima semana vivirá su quinta edición- y un indicador elocuente de la pujanza de esta disciplina es que actualmente hay en España diez másteres oficiales sobre humanidades digitales”.

Uno de los rasgos más reconocibles de la disciplina es su transversalidad y su riqueza, tanto en herramientas computacionales como en objetos de estudio. A Rodríguez Ortega le resulta difícil escoger entre la diversidad de ejemplos: “En lingüística se utiliza inteligencia artificial, ‘machine learning’ y el procesamiento del lenguaje natural para hacer análisis de sentimiento con grandes volúmenes de información; en cultura artística se aplica visión por computadora para analizar imágenes a gran escala y encontrar elementos en común en materiales sin conexión aparente; en el ámbito del patrimonio cultural y la arquitectura se está utilizando fotogrametría, modelado 3D o técnicas informáticas de reconstrucción; en cartografía se están empleando sistemas de información geográfica para recopilar, gestionar y analizar datos que permiten conocer cómo se producen los procesos culturales desde el punto de vista geográfico con capas que ofrecen distintas dimensiones de lectura e interpretación…”.

Los proyectos impulsados por las Ayudas a Equipos de Investigación Científica en Humanidades Digitales, un programa que la Fundación BBVA convoca anualmente desde 2014, revelan la versatilidad que reina en este campo: desde el uso de drones en prospección arqueológica, hasta el empleo de inteligencia artificial para recomponer las melodías perdidas del canto litúrgico hispánico, pasando por el estudio del cambio climático a través de cuadernos de bitácora históricos o la investigación y hallazgo de pecios mediante técnicas que permiten búsquedas textuales y masivas en manuscritos de los siglos XV y XVI, sin olvidar proyectos educativos como el desarrollo de videojuegos para impulsar las habilidades comunicativas de personas con síndrome de Down.

Un premio que contribuirá a la consolidación de la disciplina

Sin embargo, el campo afronta “el reto de su institucionalización”, afirma Rodríguez Ortega, quien es también catedrática de Historia del Arte en la Universidad de Málaga. “En los países anglosajones existen no solo másteres, sino numerosos grados en Humanidades Digitales y muchas universidades han creado laboratorios dedicados específicamente a esta materia. En España, no tenemos siquiera un área y eso es problemático, pues al ser un campo muy transversal cuesta ubicar y evaluar el trabajo de investigación que se lleva a cabo”.

Por este motivo, “la HDH acaba de publicar un documento de recomendaciones sobre cómo evaluar y reconocer los resultados de investigación en humanidades digitales que hemos remitido a todas las agencias de evaluación, incluida la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA)”, señala.

El Premio a la Mejor Tesis Doctoral ahora instituido marca un hito en ese camino, detalla la presidenta de HDH: “Que una entidad con el peso de la Fundación BBVA en el impulso del conocimiento, y que desde hace años apuesta decididamente por las humanidades digitales a través de sus Ayudas a Equipos de Investigación Científica, quiera aliarse con la HDH para dar un premio que reconoce trabajos de investigación doctorales es un paso decisivo para la institucionalización y el reconocimiento del campo como un área de investigación en sí misma”.

El galardón constituye, además, “un aliciente para los jóvenes investigadores, que muchas veces se sienten desmotivados porque no saben muy bien dónde se les va a ubicar y cómo se les va a evaluar por estar en ese territorio de nadie que desde el punto de vista administrativo son las humanidades digitales”.

Por otra parte, una convocatoria de este tipo contribuirá a trazar con mayor precisión el mapa de la investigación en el área y permitirá que afloren proyectos que actualmente pasan inadvertidos. “Por nuestra experiencia sabemos que las tesis doctorales en Humanidades Digitales están aumentando, pero hoy es imposible saber con precisión cuántas se generan. Teseo, la base de datos de referencia, no tiene una etiqueta que permita identificarlas como tales. Así que el efecto convocatoria del premio ayudará a conocer mejor la investigación en curso e incluso a que investigadores que tal vez no son conscientes de que están trabajando en este área transversal descubran que su proyecto encaja en las humanidades digitales”, señala la presidenta de la sociedad.