U-Ranking 2021 analiza los importantes cambios en la oferta de grados en la ultima década
La oferta en las universidades se diversifica para ajustarse a la demanda de los estudiantes y la empleabilidad, pero un 46,8% de los nuevos grados tiene menos de 25 alumnos en primero
El Sistema Universitario Español (SUE) se caracteriza por la notable estabilidad de los rankings de rendimiento docente e investigador basados en un análisis de los recursos y resultados de sus universidades, pero eso no significa que no se estén produciendo cambios. Uno relevante es el que se desarrolla desde hace una década a través de la expansión de los mapas de titulaciones de cada universidad, en los que hay muchos nuevos grados y dobles titulaciones, pero bastantes menos extinciones. Se entiende por nuevas titulaciones, tanto las que ya existían pero se ofrecen por primera vez en una universidad concreta, como las de nueva creación en el conjunto del SUE y que representan una novedad en el conjunto del sistema.
17 junio, 2021
Dado que en la última década las universidades se han movido en un contexto de matrícula total a la baja, el aumento de las oferta ha implicado mayor competencia por el alumnado de nuevo ingreso y grupos más pequeños. De hecho, hay un gran número de grados, nuevos y antiguos, en los que ingresan pocos alumnos y que perduran, en ocasiones, con dudosa justificación. Las jóvenes universidades privadas, más activas en la creación de títulos porque están en fase de desplegar su oferta, padecen más que las públicas ese minifundismo formativo, pese a estar ganando cuota en el alumnado de los nuevos grados y en la matrícula total.
Una noticia positiva es que buena parte de los cambios en la oferta responde a señales que provienen del entorno social y económico de las universidades. Por un lado, -según la información que ofrecen las universidades públicas sobre la preinscripción- las titulaciones nuevas están mejor ajustadas a las preferencias de los estudiantes que las antiguas y el porcentaje de alumnos de las nuevas que estudia lo que desea es mayor. Por otro, la creación de títulos nuevos es más intensa en especializaciones que tenían problemas de inserción laboral y reaccionan para reducir sus debilidades, y también en otras que disfrutan de buenas oportunidades y quieren aumentar sus fortalezas.
La intensidad de los cambios en la oferta es notable en todas las ramas del saber -aunque mayor en la de Ciencias Sociales y Jurídicas- pero muy diversa por campos de especialización. Si se agrupan los grados en 26 familias, en algunas que cambian con intensidad se aprecian verdaderas reconversiones que responden a la necesidad de adaptarse a los transformaciones científicas, tecnológicas y profesionales en curso. Algunas de las familias que destacan en este sentido son la de estudios artísticos, la de ciencias de la administración o la de informática y telecomunicaciones, recurriendo para ello tanto a la creación de nuevos grados con perfiles hasta ahora inexistentes como al uso frecuente de fórmulas multidisciplinares, mediante la creación de dobles grados.
Las universidades muestran diversidad también en la intensidad y perfiles de sus cambios en la oferta docente, análogamente a lo que es habitual en otros ámbitos, como su especializacion o sus resultados docentes y en investigación e innovación. U-Ranking considera esa diversidad usando veinte indicadores al construir el índice sintético que clasifica a las instituciones en función de su rendimiento global, y también los rankings de rendimiento docente y de actividad investigadora e innovadora. Un rasgo permanente de las ediciones ya publicadas de U-Ranking es que la orientación a la investigación es mucho más nítida en las universidades públicas, que también encabezan la clasificación global, pero en los resultados docentes destacan las privadas. Ambas se muestran activas en la reorientación de las ofertas docentes, pero las privadas más.
La novena edición de U-Ranking, elaborada por la Fundación BBVA y el Ivie, corrobora la tendencia de los resultados de años anteriores y la notable estabilidad de las universidades en sus posiciones, pero estas no están exentas por completo de variaciones. El proyecto ha sido dirigido por los profesores Francisco Pérez, director de Investigación del Ivie, y Joaquín Aldás, profesor investigador del Ivie —ambos catedráticos de la Universitat de València— en colaboración con Rodrigo Aragón, María Moraga e Irene Zaera, técnicos de investigación del Instituto. U-Ranking 2021 analiza 72 universidades españolas, 48 públicas y 24 privadas -2 más que la anterior edición-, y ofrece un perfil de los resultados de cada institución.
A partir de la herramienta incluida en la web www.u-ranking.es el usuario puede construir su propio ranking como base para elegir estudios entre los cerca de 3.500 grados oficiales evaluados de un conjunto de universidades que representan el 98% del SUE. La herramienta web ofrece el rendimiento de cada universidad en las titulaciones elegidas, así como las notas de corte del curso 2020-2021 y los precios públicos por crédito matriculado de los grados oficiales que se analizan. Se incorpora además información adicional sobre la empleabilidad de los cerca 1.800 grados para los que hay datos disponibles.
Rendimiento de las universidades españolas
La Universidad Pompeu Fabra repite en el primer puesto de U-Ranking en la edición 2021, pero por primera vez no aparece en solitario en esta posición, sino que comparte este liderazgo con la Universidad Carlos III de Madrid y la Universitat Politècnica de Catalunya. A este grupo de cabeza le sigue el integrado por la Universitat Autònoma de Barcelona y la Politècnica de València. Por detrás se sitúa un bloque de siete universidades entre las que se incluyen las primeras instituciones privadas del ranking, la Universidad de Deusto y la Universidad de Navarra, acompañadas por la Autónoma de Madrid, la Universidad de Cantabria, la Politécnica de Madrid, la Universitat de Barcelona y la Universitat Rovira i Virgili.
El ranking de rendimiento compara los resultados que obtiene cada universidad por unidad de recursos utilizados (humanos y financieros). Los rendimientos de las universidades de distinto tamaño son directamente comparables debido a que los indicadores, o son directamente porcentajes y por lo tanto ya están relativizados (tasa de éxito, tasa de abandono, % de estudiantes de postgrado), porque son independientes al tamaño, como las notas de corte, o porque cuando no lo son se relativizan por el tamaño: profesores doctores por cada 100 alumnos, presupuesto por alumno, recursos públicos competitivos captados por profesor doctor.. En este ranking global de rendimiento las universidades públicas ocupan 10 de los 12 primeros puestos. Sin embargo, si se consideran por separado dos grandes ámbitos de actividad, la docencia, por un lado, y la generación de conocimiento mediante la investigación y la innovación, por otro, los resultados no son los mismos. El dominio de las universidades públicas se refuerza en el ámbito de la investigación y la innovación, pero en docencia las universidades privadas son mayoritarias en los primeros puestos. Entre las 8 instituciones que lideran el ranking docente, aparecen tres públicas (la Universidad Carlos III de Madrid y las politécnicas de Catalunya y València), junto a cinco privadas: la Universidad de Navarra, Universidad Europea de Madrid, Internacional de La Rioja, Nebrija y Ramon Llull. El rendimiento global de las universidades privadas en el ámbito de la docencia se sitúa once puntos por encima de la media de las universidades públicas.
Por el contrario, el rendimiento de los centros públicos en investigación e innovación es 47 puntos mayor que el de las privadas, en promedio. El ranking de investigación e innovación lo encabezan tres universidades públicas catalanas. La Universitat Pompeu Fabra ocupa la primera posición, seguida de la Universitat Autónoma de Barcelona y la Universitat Politècnica de Catalunya en segundo y tercer lugar, respectivamente. La Universidad de Deusto, la primera privada por su rendimiento en investigación e innovación, aparece tras diez instituciones públicas.
En suma, las universidades públicas superan la media en investigación –aunque dentro de ese ámbito los rendimientos son muy heterogéneos en el SUE- mientras que las universidades privadas, muy alejadas de la media en investigación, la superan en rendimiento docente, una actividad en la que hay mucha más homogeneidad de resultados en el conjunto del SUE.
Evolución de los grados
Los resultados de U-Ranking a lo largo de los años son bastante estables, pero las universidades cambian continuamente y las decisiones que van adoptando inciden poco a poco en sus resultados. Uno de los aspectos en los que las instituciones han ido acumulando cambios importantes es el mapa de titulaciones. La oferta de grados incide en la adaptación a la demanda, la asignación de los recursos y el rendimiento docente. En la última década, la oferta acumula muchos cambios que responden a distintos factores: el proceso de maduración de las nuevas universidades, la captación del alumnado potencial, la mejora de la empleabilidad de los titulados y la adaptación de la formacion a los cambios científicos, tecnológicos y profesionales en curso.
Por la importancia de este tema, U-Ranking 2021 incluye un análisis específico de los cambios en la oferta de grados desde el curso 2010-2011, que contempla su intensidad en los distintos campos del saber, sus modalidades, las diferencias entre los centros públicos y privados, y la atención prestada a la adecuación de esa oferta a las preferencias de los estudiantes y al mercado de trabajo.
Considerando como nueva titulación la que ofrece por primera vez una universidad -aunque en otra ya existiera-, en diez años la oferta de grados ha crecido un 44,4% en España a un ritmo medio anual del 3,8%. Entre el curso 2010-2011 y el 2020-2021 se incorporaron 1.760 nuevos títulos que, junto a la extinción de 629, arroja un saldo de 1.131 títulos más en el último curso que en el de partida. El ritmo de creación de nuevas titulaciones es casi tres veces mayor que el de extinción, lo que explica el incremento global registrado y eleva al 40,9% el porcentaje de titulaciones actuales que son de reciente creación. La mayoría de los nuevos títulos ya existían en el SUE, pero hay 190 –entre grados y dobles grados- que son de nueva creación.
La puesta en marcha de nuevos grados se produce con fuerza tanto en las universidades públicas como en las privadas. Sin embargo, aunque el volumen total de nuevos títulos es mayor en las primeras, con 717 nuevos grados en una década, las privadas han experimentado un crecimiento relativo mayor debido, en buena medida, a que gran parte de ellas han sido creadas hace poco tiempo y están desplegando su mapa de titulaciones. Las universidades privadas han aumentado sus títulos hasta casi el millar (999), frente a las 584 del curso 2010-2011, lo que supone un crecimiento del 41%. Este saldo es el resultado de un mayor ritmo de creación de grados pero también mayor intensidad de cierres que las públicas que, en ambos sentidos, se mueven más lentamente. Actualmente, del total de las titulaciones que ofrecen las instituciones privadas, el 62,4% son de nueva creación (este porcentaje es mayor que el incremento global en el periodo porque se han extinguido bastantes títulos). En el caso de las públicas, han expandido su oferta desde 1.963 grados a 2.680, un 27% más. El porcentaje de nuevas sobre el total se sitúa en el 33,4%.
Estas diferencias entre las universidades públicas y privadas no se deben tanto a su titularidad sino a su distinta antigüedad, algo que se refleja también en el modelo de nueva titulación que más se elige para aumentar la oferta. Las privadas y, en general, las de creación reciente recurren más a la creación de nuevos grados, mientras que las públicas, que cuentan con ofertas más consolidadas, optan más por recombinar titulaciones ya existentes, con la creación de dobles grados. En total, en el periodo se han creado 987 grados y 773 dobles grados.
El nacimiento de nuevos títulos se ha producido en un periodo caracterizado por el descenso de un 6,2% en el número de estudiantes de nuevo ingreso en el conjunto del SUE desde el curso 2013-2014 (no existen datos anteriores disponibles, válidos para el análisis realizado), que ha implicado un aumento de la competencia por captar al alumnado. Las privadas han estado durante la última década desplegando su nueva oferta con más intensidad que las públicas, lo que ha podido contribuir a que su matrícula creciera un 40% en este periodo, pese a la demografía adversa. En contraste, la matrícula de las públicas ha caído un 13%, aunque continúan captando el 81,4% del alumnado universitario que ingresa.
Otra consecuencia del incremento de grados y el descenso del alumnado es la proliferación de títulos con escaso número de estudiantes. En el curso 2020-2021 existían en las universidades presenciales del SUE 891 titulaciones, el 25,8% del total, cuya matrícula de nuevo ingreso se sitúa por debajo de los 25 alumnos. Es preocupante el porcentaje y también que tienda a crecer en los últimos años. De esas titulaciones con pocos estudiantes, 537 se imparten en centros públicos y 354 en centros privados, lo que representa el 20,5% y el 42,8% de la oferta de grados en las universidades presenciales públicas y privadas, respectivamente. Son porcentajes muy elevados que aumentan todavía más en el caso de los nuevos títulos, entre los que los grados con menos de 25 alumnos suponen el 46,8% y el porcentaje no tiende a reducirse. Resulta cuestionable el coste y la dispersión de esta parte de la nueva oferta, pero no es menos preocupante que entre las titulaciones iniciales perduren desde hace tiempo porcentajes de estos minigrados significativos (12,8% en las públicas y 31,6% en las privadas).
La proliferación de pequeñas titulaciones representa un doble problema de posible incremento de costes y riesgo de calidad. Si la escala es muy pequeña los costes de la formación aumentan y debe subir el precio (las tasas en las públicas) o la subvención, o se necesita encontrar fórmulas para abaratar la formación. Una forma de contener los costes es que los profesores den muchas clases, de diversas materias, pero en ese caso aparece un riesgo de ofertar enseñanzas muy diversificadas pero impartidas por profesorado poco especializado. Otra forma de encajar los costes de las microtitulaciones por parte de las universidades -más frecuente en universidades grandes y públicas- es considerar que parte (o la totalidad) del profesorado es fijo, y los gastos de personal los tendría la universidad de todos modos debido a que las plantillas son rígidas. Es posible que en ciertos casos los costes de ese profesorado se justifiquen por la intensa actividad investigadora, aunque la docente sea escasa, pero en otros casos no es así, porque es sabido que el rendimiento investigador del profesorado es muy desigual.
Asi pues, el problema es complejo y requiere un tratamiento a nivel de cada institución, pues hay mucha casuística. Pero los datos presentados indican que existen muchos grados por debajo de un umbral muy bajo (25 alumnos en primero) y, aunque puede haber razones para mantener alguno de esos títulos (por ejemplo, que en España hubiera formación de ciertos especialistas, al menos en una universidad, o por ser una derivación de otra mayor), en otros casos probablemente no está justificado que permanezcan.
Adaptación de los nuevos grados a las preferencias del alumnado y al mercado
La modificación de la oferta de titulaciones tiene entre sus objetivos principales la adaptación a las preferencias del alumnado para atraerlo, y también la atención a las señales de empleabilidad del mercado laboral. En ambos sentidos, las nuevas titulaciones muestran resultados positivos. En el primer caso, el análisis de U-Ranking 2021 demuestra que las universidades privadas están aprovechando el despliegue de su nueva oferta para ganar cuota de mercado. Asimismo, los grados de nueva creación de las públicas presenciales son más demandados: tienen más solicitudes de ingreso en primera opción en relación con las plazas ofertadas -16 puntos porcentuales más- que los grados preexistentes. En la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas las solicitudes de preinscripción en relación a las plazas son en los títulos nuevos casi el doble que en los grados antiguos. Si se evalúa el ajuste de los alumnos matriculados en una titulación a la que era su primera opción, en el conjunto del sistema universitario público (no hay datos de las universidades privadas), los nuevos títulos logran un 7% más de estudiantes ajustados a sus preferencias que el resto de títulos. La mejora en este sentido de las nuevas titulaciones de la rama de Ciencias es de 10 puntos porcentuals y en la de Ciencias Sociales y Jurídicas también. Por lo tanto, puede concluirse que el rediseño de la oferta de títulos ha conectado con el interés de los estudiantes en mayor medida que los títulos preexistentes.
Otro análisis interesante es el del ajuste de las nuevas titulaciones al mercado laboral. Según el informe, las familias de grados que más han modificado su oferta responden a dos estímulos distintos: en unos casos buscan la mejora de sus bajos niveles de empleabilidad (caso de las familias de Derecho, Ciencias Sociales o Estudios artísticos, situadas en el cuadrante IV del grafico), y en otros aprovechar una amplia demanda laboral de esa especialización, lo que les permite expandirse y adaptarse (Informática, Matemáticas, Economía y Empresa, etc. situadas en el cuadrate I). Otras familias con menor incremento de la oferta se han mostrado más pasivas, por motivos diferentes. En el caso de familias con alta empleabilidad situadas en el cuadrante II, como Medicina, porque no han visto la necesidad de adaptar sus perfiles o han tenido regulada la oferta; y en otras, situadas en el cuadrante III, como Filología o Geografía, porque no han identificado en los nuevos grados oportunidades de mejora de la baja empleabilidad de sus titulados.
Diferencias por ramas de enseñanza
La proliferación de nuevos grados y dobles grados se produce en todas las ramas de enseñanza, pero con especial intensidad en la rama de Ciencias Jurídicas y Sociales, cuyos títulos crecen un 60%. Por el contrario, las ramas de Ciencias y Ciencias de la Salud son las que menos porcentajes de titulaciones nuevas ofrecen. Si desagregamos las 5 ramas en 26 campos disciplinares y profesionales (familias de grados), en todas las ramas hay algunas que destacan como ejemplos de transformaciones intensas de sus ofertas formativas. En este sentido, son importantes los cambios experimentados por dos familias de la rama de Ciencias Sociales (Estudios sociales y de la administración y Derecho, que han doblado su oferta), una familia de la rama de Artes y Humanidades (Estudios artísticos, con un incremento del 103%), dos familias de Ciencias (Física y Matemáticas, con un aumento del 95% y 72%, respectivamente), dos de la rama de Ingeniería y arquitectura (Informática y telecomunicaciones e Ingeniería industrial, que han aumentado su oferta un 61% y 65%) y dos familias de Ciencias de la Salud (Farmacia y Psicología, con un crecimiento del 70% en ambos casos).
Tras estas cifras, en algunos casos, hay profundas renovaciones de los perfiles de las titulaciones de algunas familias, para adaptar la formación a cambios que las profesiones están experimentando o van a experimentar como consecuencia del avance de la ciencia y la tecnología. Un ejemplo es la familia de Estudios Artísticos, sacudida con fuerza por el vendaval que representa la digitalización y sumergida en un proceso transformador muy interesante. En el curso 2020-2021 se ofertan 27 nuevos grados asociados a la Animación y Multimedia que no existían hace una década. También en el campo de la animación, pero desde un enfoque más tecnológico, existen 20 nuevos grados relacionados con los contenidos digitales y el desarrollo de videojuegos. Asimismo, la familia de Economía y Empresa está incorporando cambios importantes, como por ejemplo, en las titulaciones centradas en el análisis y la inteligencia de negocios, que se han multiplicado por cinco. En este sentido, desde el perfil de las ingenierías, los grados relacionados con la ciencia de datos han pasado de 3 grados a 36 en este periodo. Otras titulaciones que registran aumentos destacados son la ingeniería en biomedicina, que ya ofrece 34 grados, frente a los 7 del curso 2010-2011, la mecatrónica, una disciplina que combina ingeniería mecánica, electrónica y robótica, que ha pasado de 2 a 15 grados disponibles, y la gastronomía, una titulación de nueva creación, ya que no se impartía ningún grado hace una década y ahora se ofertan 10.
En estos campos en los que el dinamismo de la oferta es mayor se concentran buena parte de las más de 190 titulaciones que son nuevas desde la perspectiva del conjunto del SUE y no solo de una determinada universidad. De esas ofertas innovadoras, que representan cerca del 13% de las nuevas titulaciones, el 20% son dobles grados y el 80% nuevos grados. Un 56% son ofertadas por universidades públicas y el resto en las privadas. Madrid y Cataluña concentran, casi a partes iguales, cerca del 70% de la oferta de estas titulaciones innovadoras. Una gran parte de las nuevas ofertas del SUE se relaciona con la renovación de la formación en las diferentes ramas para asimilar los cambios que supone la digitalización, desde múltiples perspectivas, combinando el uso de datos masivos con el desarrollo de actividades creativas y el diseño, la comunicación, la gestión y analítica de negocios, las nuevas ingenierías, etc.
Diferencias por universidades
El informe U-Ranking 2021 incluye un análisis de la evolución de los títulos en cada universidad. En general, se observa una enorme diversidad entre universidades, tanto en el número de titulaciones que ofrecen como en la intensidad con la que la oferta de cada se renueva. Las universidades jóvenes modifican su mapa de titulaciones para desplegar oferta, mientras que las consolidadas la redefinen con nuevos grados, pero también con dobles grados. En 9 universidades privadas de nueva creación el 100% de su actual oferta es nueva. En algunas universidades grandes y consolidadas la nueva oferta no supera el 20% (Valencia, La Laguna, Zaragoza, UNED o La Rioja).
Variables que influyen en la incorporación de nuevos grados
Tras describir la intensidad de los cambios en la oferta de titulaciones en el SUE, el informe U-Ranking 2021 analiza conjuntamente algunas variables que parecen influir en esa evolución, para evaluar la significatividad de las mismas. El análisis estadístico confirma que la titularidad privada de la universidad aumenta la intensidad de la introducción de nuevos títulos, debido a la juventud de buena parte de estas universidades. En segundo lugar, las universidades que tienen mejores indicadores generales de rendimiento, según los resultados obtenidos en U-Ranking, se muestran más activas en la revisión y creación de nuevos grados. Una tercera característica de las universidades que apuestan en mayor medida por la creación de nuevas titulaciones es que disponen de una plantilla más flexible, con menor porcentaje de personal estable (doctores), pero la relación de causalidad puede ir en ambas direcciones. Por último, los problemas de empleabilidad entre los titulados también estimulan los cambios, pues replantear los grados es una opción para dar solución a los mismos.
En suma, los cambios en la oferta de grados han sido intensos y han supuesto una importante diversificación de las titulaciones que han aprovechado las universidades privadas para expandirse y, parte de las públicas, para renovarse. En conjunto, la renovación de la oferta está permitiendo mejorar el ajuste a las demandas de los estudiantes y a las señales del mercado laboral. Pero en el proceso de cambio de las titulaciones estas características positivas van acompañadas de otras dos que no lo son: se extinguen muchas menos titulaciones de las que se crean y sobreviven muchas con muy pocos alumnos, sobre todo en las universidades privadas, pero también en las públicas. Mantener titulaciones con muy escasa demanda es costoso y difícil de justificar, pues no se pondría en peligro la formación en ningún campo del conocimiento por el cierre de las mismas.
Los autores del informe recomiendan el seguimiento de la evolución de la oferta de grados mediante indicadores como los utilizados en U-Ranking 2021, prestando atención al ajuste de la oferta a la demanda de estudios y a la empleabilidad de las nuevas titulaciones. Recomiendan también a las autoridades universitarias una reflexión sobre las consecuencias de mantener tantas microtitulaciones activas.