ESENCIALES Nº 23: DIFERENCIAS REGIONALES EN LA SITUACIÓN LABORAL Y EDUCATIVA DE LOS JÓVENES ESPAÑOLES
La tasa de abandono escolar temprano en España es un 80% superior a la media europea, pese a que siete autonomías ya han conseguido reducirla al objetivo marcado para 2020
La recuperación económica está afectando con distinta intensidad a la situación laboral y educativa de los jóvenes españoles, en función de la comunidad autónoma en la que residen. Siete autonomías han conseguido reducir la tasa de abandono educativo temprano por debajo del 15% que marca la Unión Europea como objetivo para España en 2020 y el País Vasco y Cantabria han logrado incluso recortarla por debajo del objetivo del 10% fijado para el resto de la UE. Sin embargo, la media nacional aún se sitúa en el 18,3%, muy por encima de la media europea. Además, en España el porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan también es superior al promedio europeo y la tasa de paro entre los menores de 25 años duplica la de la UE.
26 enero, 2018
La situación laboral y educativa de los jóvenes es objeto de especial atención por parte de gobiernos e instituciones, ya que afecta a cuestiones tan importantes como la desigualdad, el modelo educativo, la sostenibilidad de las pensiones, la productividad, etc. Según su situación laboral y nivel de estudios, los jóvenes se pueden clasificar en cuatro grupos: los que solo estudian, los que solo trabajan, los que compaginan estudios y trabajo, y los que ni estudian ni trabajan. Este último grupo, junto con la tasa de abandono escolar temprano (porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 años que no han completado estudios posobligatorios y no están realizando ningún tipo de formación), preocupa especialmente a la Comisión Europea, tal y como refleja la Estrategia Europa 2020, que establece unos objetivos para reducir el abandono escolar temprano a tasas por debajo del 10% en la UE y del 15% en España.
España ha experimentado en los últimos años una evolución favorable en estas dimensiones, coincidiendo con la salida de la recesión. Así, frente a valores máximos durante la crisis —55,5% de tasa de paro juvenil en 2013, 31,7% de tasa de abandono escolar temprano en 2008 y 24% de jóvenes que ni estudiaban ni trabajaban en 2013— en 2017 estos porcentajes han caído al 38,6%, 18,3% y 17,1%, respectivamente.
Al realizar una comparativa entre España y la UE de la evolución de los indicadores laborales de los jóvenes, se observa que, pese a la reducción del abandono escolar temprano en España, especialmente desde 2013, la tasa sigue siendo un 80% superior en 2016 (último año comparable, 19% vs 10,7%). El desempleo entre los menores de 25 años también ha registrado una acentuada reducción desde 2013, pero todavía se encuentra en tasas que duplican la media europea (38,6%, frente a 17,1%).
Por su parte, dentro del colectivo de jóvenes entre 18 y 24 años, aquellos que ni estudian ni trabajan representaban en España un 19,1% en 2016, casi 4 puntos por encima de la media europea, aunque en 2017 ha caído al 17,1%. En este grupo se incluyen tanto los que buscan empleo de forma activa (parados), como los que no lo hacen (inactivos). En la UE, el porcentaje de parados es muy similar al de inactivos, mientras que en España los inactivos se han mantenido estables y los parados han seguido un patrón similar al de la tasa de paro, aumentando con la crisis hasta 2013 (17,8%) para posteriormente disminuir hasta el 11,2% de 2017.
Para analizar la evolución reciente de los indicadores laborales de los jóvenes por regiones se presentan los datos de tres cortes temporales: 2007 (último año con valores pre-crisis), 2013 (último año antes de la recuperación) y 2017 (último disponible). La tasa de paro juvenil llegó a sobrepasar en 2013 el 60% en Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha y Extremadura, y la región con menor tasa de paro juvenil (Baleares, 45,2%) casi duplicaba el valor de la UE (23,7%). En 2007 la situación era muy diferente, con Navarra (11,8%), Cataluña (13,4%), Aragón (13,7%), Cantabria (13,8%), Baleares (15,2%) y Castilla-La Mancha (15,8%) con valores por debajo de la media de la UE (15,9%), y un promedio nacional (18,1%) tres veces inferior al de 2013. En 2017, pese a la recuperación experimentada, las regiones con menor paro juvenil, País Vasco (27,3%) y La Rioja (29,6%), superan en más de diez puntos porcentuales a la UE (17,1%). En el extremo opuesto se sitúan Andalucía (49%) y Extremadura (48,6%), que casi triplican la tasa de paro juvenil europea.
La crisis contribuyó a mitigar el problema del abandono escolar temprano al verse reducidas las opciones laborales de los más jóvenes, lo que hace más atractiva la alternativa de continuar estudiando. En 2017, el abandono se sitúa en el 18,3% en España y, si continúa al mismo ritmo de descenso, podría acercarse e incluso alcanzar el objetivo del 15% de la Estrategia Europa 2020 para España. Además, existen ya siete regiones con tasas de abandono por debajo del 15%: País Vasco, Cantabria, Navarra, La Rioja, Madrid, Asturias y Galicia, mientras que Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Murcia, Andalucía y Baleares superan el 20%. País Vasco y Cantabria, por debajo del 10%, habrían alcanzado a su vez el objetivo de la Estrategia Europa 2020 fijado para el conjunto de la UE.
En cuanto al porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan, este se sitúa por debajo de la media de la Unión Europea en País Vasco, La Rioja, Cantabria, Castilla y León, Aragón, Madrid, Navarra y Galicia. Por el contrario, en las comunidades autónomas de Andalucía y Extremadura se registran los mayores porcentajes, por encima del 20%. Además, en 2017 todavía no se ha conseguido recuperar los niveles previos a la crisis (2007), excepto en La Rioja y País Vasco.
Baleares es la autonomía con mayor tasa de abandono escolar, casi 20 puntos por encima del País Vasco, que obtiene los mejores resultados
Pese a la recuperación generalizada observada desde 2013, queda todavía mucho camino por recorrer para mejorar la situación de los más jóvenes, por lo que siguen siendo necesarias políticas activas para reducir el paro juvenil, especialmente el de larga duración entre los menos cualificados. También sería recomendable mejorar la colaboración entre empresas y universidades y un desarrollo más amplio de la formación profesional dual. El abandono escolar temprano debe ser combatido a través de acciones que permitan reincorporar en el proceso educativo a los jóvenes que salen de él, reducir la repetición de curso y concienciar de las ventajas a largo plazo asociadas con alcanzar estudios posobligatorios. Las previsiones dibujan un futuro donde el bienestar de una creciente población dependiente estará condicionado por la situación de los jóvenes. Cuanto menores sean la tasa de paro juvenil, la tasa de abandono escolar temprano y los jóvenes que ni estudian ni trabajan, mayor será el nivel de bienestar de toda la sociedad.
Para ampliar esta información puede consultarse: La formación y el empleo de los jóvenes españoles: trayectoria reciente y escenarios futuros (Fundación BBVA 2015).