NOTCIA U-Ranking 2020 incluye un índice sintético de empleabilidad

Las universidades públicas encabezan la generación de conocimiento y las privadas lideran resultados docentes e inserción laboral

El Sistema Universitario Español (SUE) se caracteriza por la diversidad entre las universidades en cuanto a resultados docentes y en investigación e innovación. U-Ranking considera esa diversidad de especializaciones y resultados al construir un índice sintético que clasifica a las instituciones en función de su rendimiento global, y también confecciona un ranking de rendimiento docente y otro de actividad investigadora e innovadora. La orientación a la investigación es mucho más nítida en las universidades públicas, que también encabezan la clasificación global, pero en los resultados docentes destacan las privadas.

30 junio, 2020

Informe

U-Ranking 2020

Presentación

U-Ranking 2020

En esta edición, además, U-Ranking incluye un estudio detallado de la empleabilidad de los titulados y sus resultados de inserción laboral por ramas de enseñanza y universidades. En este aspecto la diversidad es notable y aunque la variable más relevante para la empleabilidad es el tipo de estudios cursados, la titularidad de los centros importa también en la inserción. Los egresados de las universidades privadas presentan mejores indicadores medios de afiliación a la Seguridad Social, bases de cotización y porcentaje de contratados en puestos que requieren titulación universitaria.

En todas las ramas, excepto en Ciencias de la Salud, las universidades privadas superan a las públicas en los promedios de los indicadores disponibles de inserción laboral. Las ventajas son importantes, sobre todo, en Ciencias Sociales y Jurídicas, la especialización que atrae más alumnos y en la que las universidades privadas concentran el 62% de sus egresados. Sin embargo, las 5 titulaciones con mejor inserción son Medicina, Podología, Óptica y Optometría, Farmacia y Enfermería, que pertenecen al área de Salud, en la que las fortalezas de las universidades públicas son notables. El ranking de empleabilidad por titulaciones continúa hasta el puesto número 15 con estudios relacionados con las ingenierías. Por el contrario, cierran esta clasificación los estudios de Turismo, Gestión y Administración pública y Bellas Artes.

La octava edición de U-Ranking, elaborada por la Fundación BBVA y el Ivie, presenta mejoras metodológicas que confirman la robustez de sus resultados y permiten ampliar el número de universidades privadas analizadas. El proyecto ha sido dirigido por los profesores Francisco Pérez, director de Investigación del Ivie, y Joaquín Aldás, profesor investigador del Ivie —ambos catedráticos de la Universitat de València— en colaboración con Rodrigo Aragón, Inés Rosell e Irene Zaera técnicos de investigación del Instituto y Francisco Goerlich, Catedrático de la Universitat de València e investigador del Ivie. U-Ranking 2020 analiza 70 universidades españolas, 48 públicas y 22 privadas, mediante el seguimiento de 20 indicadores distintos y la construcción de diversos índices sintéticos.

A partir de la herramienta incluida en la web www.u-ranking.es el usuario puede construir su propio ranking como base para elegir estudios entre los más de 3.300 grados oficiales evaluados de 70 universidades que representan el 97% del sistema universitario español. La herramienta web ofrece las notas de corte del curso 2019-2020 y los precios públicos por crédito matriculado de los grados oficiales que se analizan. Se incorpora además información adicional sobre los resultados de inserción laboral de los cerca 1.800 grados para los que hay datos disponibles.

Rendimiento global de las universidades españolas

U-Ranking se distingue por ordenar a las universidades evaluando tanto las actividades docentes como las de investigación e innovación. Tras las distintas posiciones de las universidades en los rankings se ocultan dos elementos clave que, en buena medida, las instituciones pueden controlar mediante una gestión adecuada: el primero, la especialización de cada institución, tanto en docencia y en investigación como en unos u otros campos de estudio; el segundo, la calidad de sus resultados docentes e investigadores por ramas y titulaciones. Las mejores universidades suman ventajas especializándose en áreas en las que son capaces de obtener buenos resultados, de manera que su especialización las refuerza.

Al considerar conjuntamente los resultados en todos esos ámbitos de 70 universidades españolas para construir U-Ranking, nueve de las diez situadas en la cabeza de la clasificación son públicas. Son las que más destacan por combinar todas las actividades con buenos resultados. La primera es la U. Pompeu Fabra, seguida por la U.Carlos III de Madrid, la U. Autònoma de Barcelona, la U. Politècnica de Catalunya y la U. Politècnica de València. La primera universidad privada es la U. de Navarra, formando parte de un grupo que completa las diez primeras posiciones con la U. Autónoma de Madrid, la U. de Cantabria, la U. de Barcelona y la U. Rovira y Virgili.

Si se consideran por separado dos grandes ámbitos de actividad, la docencia por un lado y la generación de conocimiento mediante la investigación y la innovación por otro, los resultados de los correspondientes rankings no son los mismos. El dominio de las universidades públicas todavía se refuerza más en el ámbito de la generación de nuevo conocimiento, pero en las actividades docentes los resultados de las universidades privadas son claramente mejores. Las diez universidades que encabezan el ranking de investigación e innovación son todas públicas, las nueve mencionadas en el párrafo anterior más la U. Politécnica de Madrid. La primera universidad privada aparece en el puesto 13 y solo tres privadas (de 30) obtienen resultados en investigación por encima de la media del SUE. En cambio, en las 14 universidades que forman los dos grupos que encabezan el ranking de docencia aparecen diez privadas –Mondragon Unibertsitatea, U. de Navarra, U. Europea de Madrid, U. Internacional de la Rioja, U. Ramon Llull, U. de Deusto, U. Nebrija, U. Pontificia de Comillas y U. San Pablo-CEU, junto a cuatro de las públicas que también encabezan el ranking general.

En suma, las universidades públicas superan la media en investigación –aunque dentro de ese ámbito los rendimientos son muy heterogéneos en el SUE- mientras que las universidades privadas, muy alejadas de la media en investigación, superan la media en rendimiento docente, una actividad en la que hay mucha más homogeneidad de resultados en el conjunto del SUE.

Diferencias regionales

El rendimiento docente e investigador de los distintos sistemas universitarios regionales no es tan dispar como el de las universidades, entre las cuales los indicadores sintéticos de las de cabeza triplican los resultados de las de cola. Pero, aunque menores, las diferencias regionales también son importantes, si bien hay que tener presente que esos indicadores sintetizan el comportamiento de sistemas universitarios de muy distinto tamaño, con más de 10 universidades analizadas en Comunidad de Madrid y Cataluña y solo una institución en siete comunidades autónomas. También son distintos los sistemas regionales en cuanto al peso de las universidades privadas, muy concentradas en las comunidades más grandes, en especial en Madrid.

Considerando solo las universidades presenciales porque las que forman a distancia no tienen una adscripción regional clara de su alumnado, como en anteriores ediciones de U-Ranking, la clasificación de los sistemas universitarios regionales la encabeza Cataluña (11 universidades presenciales), seguida de Cantabria (solo una), Navarra (2), Comunitat Valenciana (8) y La Rioja (1). La Comunidad de Madrid (con 12 universidades) cierra la lista de las regiones con rendimiento universitario por encima de la media. Veinte puntos por debajo del promedio nacional se encuentran los sistemas universitarios de Extremadura, Castilla-La Mancha y Canarias.

Formación, empleabilidad e inserción laboral

Los resultados de la octava edición de U-Ranking indican que, en general, la relación entre resultados docentes y de investigación e innovación de las universidades es compleja. Por un lado, no se puede suponer que hacer buena investigación garantiza una buena docencia, ni tampoco que transmitir conocimiento y generarlo son la misma cosa. España tiene planteados retos en ambos terrenos. Por una parte, en cuanto a participar más en la generación del nuevo conocimiento, el reto es mejorar sus resultados de investigación e innovación, en el que solo una parte del sistema universitario participa con intensidad y relevancia internacional. Por otra, lograr mejores resultados formativos desde la perspectiva de la empleabilidad es un reto también importante para rentabilizar la inversión en capital humano que la sociedad española realiza y disponer de recursos preparados para intensificar el uso productivo del conocimiento.

La empleabilidad de un titulado se potencia mediante la adquisición de conocimientos, competencias, habilidades y capacidades, que facilitan el aprovechamiento de su formación para ejercer adecuadamente la profesión para la que un título habilita. La inserción laboral de los titulados depende de la contribución de las universidades a su empleabilidad y de otros factores que la universidad no controla directamente, como el entorno sociolaboral de los egresados, la localización de la universidad o el momento del ciclo económico. Dada la importancia de la especialización de los estudios para mejorar las oportunidades de empleo, las universidades pueden ser comparadas observando el nivel de inserción logrado (porcentaje de egresados que está afiliado a la seguridad social) y la calidad de la inserción de sus egresados (porcentaje que cotiza en un grupo de titulados y bases medias de cotización) en las diferentes ramas y titulaciones.

Un resultado general es que, con datos de la situación en 2018 de los egresados cuatro años antes (curso 2013-2014), en casi todas las ramas, las universidades privadas superan a las públicas en los valores promedio de los indicadores disponibles de inserción laboral. Las ventajas son importantes, sobre todo, en Ciencias Sociales y Jurídicas, pero también es notable en Ingeniería y Arquitectura, y en Artes y Humanidades, si bien esta última especialización pesa muy poco en estas universidades y su inserción es problemática en todas. En las universidades públicas los resultados de inserción laboral solo son mejores que en las privadas en Ciencias de la Salud.

Las ventajas en la inserción de las universidades privadas son, en general, mayores al año del egreso pero la diferencia se va diluyendo con el paso del tiempo. Aun así, a los cuatro años, la tasa de afiliación de los egresados de universidades privadas es 4,5 puntos porcentuales superior (al año de titularse eran de 14 pp), el porcentaje de cotizantes en grupos compatibles con una titulación universitaria es 15,4 puntos superior (al año, 20,8 pp) y sus bases medias anuales de cotización son 3.547 euros más elevadas (frente a 4.895 euros el primer año).

Las claves del éxito en la empleabilidad de las privadas estriba en una atención más personalizada a los egresados, acompañándolos en la búsqueda de empleo, unas redes de antiguos alumnos más densas y activas, y una concentración de la oferta en títulos más empleables, al no asumir la función de servicio público de atender todas las ramas del conocimiento. Además, la concentración de la oferta privada en áreas geográficas más prósperas acaba implicando mayor oferta de empleo y bases de cotización superiores. Una extracción social más alta de las familias de los egresados (que han tenido que poder pagar matrículas más elevadas y cuentan con ventajas relacionales en un mercado de trabajo donde la recomendación de amigos y familiares sigue siendo un activo clave en la búsqueda de empleo) es también una causa potencial de estas diferencias.

Influencia del ciclo económico en la inserción

España tiene dificultades desde hace décadas para generar el capital humano que el tejido productivo demanda y, al mismo tiempo, la economía española aprovecha solo parcialmente el talento que se genera. Esta dificultad se acentúa durante las crisis, porque en lugar de crearse empleo se destruye. El desajuste permanente entre oferta y demanda de capital humano afecta también a los universitarios y es consecuencia tanto de la limitada adaptación de la oferta de estudios superiores a la demanda de titulados de las empresas; pero también es resultado de la baja intensidad en conocimiento del empleo generado por muchas empresas.

En la edición de U-Ranking 2017 se realizó un primer análisis de la empleabilidad basado en los datos de inserción correspondientes a la cohorte que se tituló en el curso 2009-2010, cuyos cuatro años posteriores al egreso coincidieron con lo más duro de la gran recesión. En cambio, la cohorte analizada en este estudio es la de los egresados en 2013-2014, que han podido disfrutar de cuatro años de recuperación y crecimiento antes de la llegada de la crisis actual. Ese distinto contexto se ve reflejado en los indicadores de inserción. La cohorte que ha disfrutado tras su egreso de una mejor situación económica general tiene una tasa de afiliación 28 puntos superior, el porcentaje de afiliados cotizando en grupos de titulados es casi 11 puntos mayor y sus bases medias de cotización anuales son superiores en 3.251 euros corrientes, confirmando el fuerte impacto del ciclo económico sobre la inserción laboral.

Los problemas de empleo han vuelto a intensificarse en 2020 a causa de la pandemia, siendo probable que incidan de nuevo en la inserción de los titulados más recientes y lo hagan de manera diferenciada por titulaciones. Dados algunos de los rasgos de esta crisis, las dos ramas que mejores perfiles de inserción presentan –Ciencias de la Salud e Ingenierías- podrían ver reforzadas sus oportunidades de empleo como consecuencia de las mayores demandas relacionadas con la salud y la aceleración de los procesos de digitalización que se vienen observando. En cambio, en otras ramas con mayores problemas de inserción podrían pesar más todavía las dificultades que padecen al combinarse con las derivadas de una fase baja del ciclo económico. De cualquier forma, para evaluar estas hipótesis habrá que esperar a que los datos permitan hacerlo.

Diferencias de inserción por ramas de conocimiento y titulación

En todo caso, la variable más relevante para la empleabilidad es el tipo de estudios cursados. Así lo confirman las sustanciales diferencias entre titulaciones en cualquiera de los indicadores de inserción en 2018, en años anteriores y también otras monografías del Programa de investigaciones económicas Fundación BBVA-Ivie. Y es que existen importantes diferencias en la empleabilidad de los egresados en función de la rama de enseñanza del título en que se graduaron. Los titulados en Ingenierías y Arquitectura y en Ciencias de la Salud presentan mejores tasas de afiliación, mayor ajuste entre su nivel formativo y el empleo y mayores bases de cotización medias a los 4 años de obtener el título. Por el contrario, los titulados en el área de Artes y Humanidades registran las menores tasas de afiliación medias, los de Ciencias Sociales y Jurídicas están, en general, más sobrecualificados en los puestos que ocupan y los de Ciencias tienen la base media de cotización más baja.

El análisis por ramas de enseñanza, al resumir los resultados en cinco grandes grupos, ofrece una buena visión de conjunto, pero agrega, en muchos casos, titulaciones con características distintas. Sin embargo, un análisis más detallado por campos de estudio – agregación de las titulaciones de grado en 101 grupos – confirma estos resultados. La ordenación de las titulaciones, en función de un índice sintético construido a partir del nivel y la calidad de la inserción, muestra que las titulaciones de Ciencias de la Salud, seguidas de las de Ingeniería y Arquitectura, se sitúan a la cabeza, mientras que ocupan las posiciones menos favorables las de Artes y Humanidades y algunas titulaciones de Ciencias Sociales y Jurídicas. Las 15 titulaciones con mejor inserción, con Medicina, Podología y Óptica y Optometría en los primeros puestos, pertenecen a las áreas de salud o ingeniería.

Las tasas de afiliación de las titulaciones con mejor inserción superan en más de 20 puntos porcentuales a las peores y en estas últimas solo una minoría de los egresados está contratado como universitario, mientras en las titulaciones de cabeza el ajuste nivel formativo-empleo supera el 90%. Como consecuencia de lo anterior, los peor insertados laboralmente cobran salarios más bajos y las bases de cotización de las titulaciones con mejor inserción superan los 30.000 euros anuales, doblando, en algunos casos, los ingresos de las peores. (Anexo1).

Estos resultados ponen de manifiesto la importancia que tiene la elección de los estudios para la inserción laboral. Es cierto que son muchos los elementos que deben tenerse en cuenta a la hora de elegir unos estudios y no todo se reduce a la empleabilidad. La vocación, la disponibilidad de títulos en una zona de residencia determinada, los numerus clausus, la tradición familiar, son, entre otros, condicionantes a tener en cuenta para explicar la elección. Por otra parte, la inserción laboral no es el único objetivo considerado por las universidades al perfilar su misión. La oferta de formación en un amplio rango de campos del conocimiento, la realización de una investigación básica y aplicada de calidad que contribuya al progreso científico y al desarrollo económico del país, la transmisión y difusión de la cultura, la educación en valores de ciudadanía crítica y la preservación del patrimonio material e inmaterial, pueden inducir a las universidades al desarrollo de campos de estudio en los que el mercado de trabajo no realiza una demanda significativa de egresados. Pero es evidente que, si la inserción laboral es un objetivo prioritario, contar con la información aportada en este estudio es relevante para facilitar la tarea de elección de los estudiantes o la de asesoramiento de los orientadores

Las ventajas frente a la inserción de ciertos estudios son mejor aprovechadas por las universidades privadas, gracias a que orientan con más decisión su especialización hacia las titulaciones de cada rama más empleables. En cambio, las universidades públicas atienden más a todo tipo de titulaciones y, con frecuencia, mantienen mayor inercia en su oferta formativa. Esto sucede porque al configurar esa oferta pesa más la especialización e intereses de sus plantillas de profesorado en aspectos como los señalados en el párrafo anterior que un análisis de las oportunidades que ofrecerá el mercado de trabajo a los estudiantes, una vez se gradúen. El reflejo de esa mayor proactividad en la especialización docente de las privadas es que sus mejores resultados globales de inserción se reflejan, rama por rama, en casi todas ellas, y en especial en Ciencias Jurídicas y Sociales, que es el gran campo disciplinar de todas las universidades por número de egresados.

U-Ranking 2020 también construye un indicador sintético que ordena las universidades analizadas en función de su inserción laboral, basado en las tres variables mencionadas de la Seguridad Social. Aunque en los valores promedio de ese indicador se observa que las universidades privadas superan a las públicas, en las primeras posiciones de los rankings de empleabilidad por ramas de enseñanza la importancia de la titularidad es muy cambiante: las universidades públicas predominan en los lugares de cabeza en las áreas de Artes y Humanidades, Ciencias, y Ciencias de la Salud; en cambio, las universidades privadas lo hacen en Ciencias Sociales y Jurídicas, y en Ingeniería y Arquitectura. En Ciencias de la Salud, encabeza el ranking la Universidad de Navarra, mientras que en Ingeniería y Arquitectura destaca Modragon Unibertsitatea. En el caso de las titulaciones de Ciencias, es la Universidad de Valladolid la que obtiene mejores resultados de empleabilidad; mientras que los mejores resultados en Ciencias Sociales son los de la Universidad Isabel I de Castilla, que solo ofrece títulos en esta rama. Por último, Artes y Humanidades está liderada por la Universidad de La Rioja.

Los buenos valores en los indicadores de inserción de las universidades a distancia se deben, en parte, a que la docencia no presencial es muy demandada por estudiantes que buscan compatibilizar sus estudios universitarios con el desempeño de una actividad laboral. Por tanto, parte de ellos ya están insertados en el mercado durante la formación y continúan estándolo al acabar ésta, que es el momento en que se recoge su situación laboral en las estadísticas analizadas. También aparecen en lugares destacados universidades con un reducido tamaño y muy especializadas en ramas de enseñanza con alta empleabilidad. La primera característica facilita un seguimiento más personalizado de los estudiantes egresados y su acompañamiento en la búsqueda de empleo, aumentando la inserción. No debe olvidarse que para muchas universidades privadas su demanda depende de un posicionamiento favorable en aspectos relevantes para el alumnado y en el que se tiene capacidad para competir, y la inserción es uno de ellos, pues otros como la investigación, que exigen mucha más inversión y formación de equipos, quedan en un segundo plano en su especialización. Así pues, tamaño reducido, especialización en titulaciones de alta empleabilidad y modelo docente no presencial, muy demandado por estudiantes ya empleados, se combinan para explicar algunas de las claves del ranking de inserción laboral.