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Nuno Freitas: “Enseñar matemáticas a otra persona es gratificante en sí mismo”

Nuno Freitas, el joven matemático portugués galardonado el pasado año con el premio José Luis Rubio de Francia de la Real Sociedad Matemática Española (RSME), disfruta “el desafío constante” que supone investigar en matemáticas, y la sensación de que su trabajo “no es una repetición”. No solo eso: “realmente me gusta el estilo de vida que me permite llevar”, afirma.

28 junio, 2016

Freitas pronuncia el próximo miércoles 29 de junio, a las 19.30 horas, una conferencia magistral en la Fundación BBVA en Madrid sobre el trabajo que le hizo merecedor del premio y sobre su investigación actual, que parte de uno de los más famosos problemas de la historia de las matemáticas, el último teorema de Fermat.

La historia de este problema empieza en el siglo XVII, cuando Pierre de Fermat enunció en el margen de un libro un teorema y añadió que había encontrado una “demostración realmente admirable que no cabe en este estrecho margen”. Nunca se sabrá si la presunta demostración realmente lo era; la que se conoce hoy, que ocupa casi cien páginas, se publicó en 1995 y exigió de su autor más de siete años de dedicación absoluta. Nuno Freitas siguió explorando este teorema y hace unos años demostró que también es cierto para otro tipo de números.

Por eso fue distinguido con el Premio José Luis Rubio de Francia de la RSME, recibiendo además una ayuda de la Fundación BBVA para desarrollar su investigación durante tres años a través del Proyecto “RSME-Fundación BBVA José Luis Rubio de Francia”. Hoy Nuno Freitas, que se doctoró en la Universidad de Barcelona en 2012, es investigador postdoctoral en la Universidad de Columbia Británica en Vancouver (Canadá) tras haber completado otras dos estancias postdoctorales en Alemania, en la Universidad de Bayreuth y en el Instituto Max Planck de Matemáticas.

Su trabajo es básico, y difícil de entender para los no matemáticos. Pero Freitas explica porqué es para él tan placentero: “lo que más le gusta de la vida que hago como investigador en matemáticas es que tengo mucho control sobre a qué dedicar mi atención y sobre cómo usar mi tiempo; suelo tener colaboradores, porque me gusta hacer de esto una actividad social, y esto me da la oportunidad de viajar para encontrarme con ellos”.

“Otra cosa magnífica”, prosigue Nuno, “es que cuando el trabajo lleva más tiempo de lo que estimamos en un principio solo nos vemos afectados uno o dos de mis colaboradores y yo. Eso me da sensación de libertad. Y desde luego hay que enseñar, lo que quita mucho tiempo para investigar, pero enseñar matemáticas a otra persona es una actividad gratificante en sí misma”