Pedro Álvarez de Miranda explica la relación entre ideas y palabras en el liberalismo y el romanticismo europeos
Pedro Álvarez de Miranda, catedrático de Lengua Española de la Universidad Autónoma de Madrid y bibliotecario de la Real Academia Española (RAE), ha impartido la tercera conferencia del ciclo ‘Historia de las Ideas (IV)’, en la que ha repasado cómo los nuevos conceptos surgidos en la primera mitad del siglo XIX en Europa se imbrican en nuevos vocablos y en un nuevo enfoque semántico de la realidad social y cultural. El vídeo de la conferencia está disponible sobre estas líneas.
20 enero, 2021
Bajo el título “Liberalismo y Romanticismo: las palabras y las ideas”, el catedrático ha destacado que la aparición, en parte cronológicamente superpuesta, del liberalismo y del Romanticismo fue un hecho fundamental de la España y la Europa de la primera mitad del siglo XIX, con influencias, también, de y hacia el continente americano.
El enfoque de cómo las nuevas ideas se incardinan en nuevas palabras o en nuevas acepciones de vocablos previamente existentes, según ha explicado Álvarez de Miranda, es sin duda una vía interesante para abordar el estudio de aquellas. Así, el cambio semántico que en torno a las Cortes de Cádiz experimentó el adjetivo liberal —una novedad en la que se ha llegado a ver una primacía hispánica— y la aparición —vacilante, no exenta de tanteos que se remontan al XVIII— del adjetivo romántico han sido los ejes en torno a los que ha girado la conferencia. “Lo específico de mi conferencia es que más que un historiador de las ideas soy un historiador de las palabras”, ha señalado el catedrático. “España tiene un papel muy importante en la adquisición del sentido político de la palabra ‘liberal’, pues se adelanta a otros idiomas; y, así, ‘liberalismo’ se documenta antes en español que en francés o en inglés”.
Naturalmente, ha incidido Álvarez de Miranda, aquellas novedades dieron pie al desarrollo de las correspondientes familias léxicas, en las que los sustantivos liberalismo y romanticismo —posteriores, como es obvio, a los adjetivos de que proceden— ocuparon lugar central. El conferenciante ha examinado tal floración neológica no solo en España y en la lengua española, sino, paralelamente, en las diversas lenguas. “Todo movimiento ideológico suele traducirse en un reciclaje de palabras antiguas o en la aparición de neologismos. De hecho, ‘liberal’ era una vieja palabra que ya existía en español y significaba ‘generoso’; en el XIX se carga de sentido político. Este enfoque presenta la ventaja de que es un terreno en el que podemos colaborar filólogos e historiadores, con aportaciones que se iluminan mutuamente”.
Quien fuera director del Diccionario de la lengua española de la RAE de 2014 ha rastreado la paulatina consolidación del significado político de ‘liberal’ no solo en las distintas ediciones de esta obra a lo largo del siglo XIX sino en diccionarios compilados por estudiosos que, a menudo, se adelantaron a la RAE, como el Diccionario nacional o gran diccionario clásico de la lengua española (1847) de Ramón Joaquín Domínguez, o el Nuevo diccionario de la lengua castellana (1846) de Vicente Salvá.
Se ha referido, asimismo, a “la aparición de pequeños diccionarios burlescos, que adoptaban un tono jocoso y beligerante. Son verdaderos panfletos que se lanzan entre sí liberales y reaccionarios. Se trata de repertorios de palabras definidas y comentadas no con la imparcialidad del lexicógrafo sino con el fin de ridiculizar al adversario. El primero aparece en Cádiz en 1811 con el título de ‘Diccionario razonado manual para inteligencia de ciertos escritores que por equivocación han nacido en España. Obra útil y necesaria en nuestros días’. A esta obra antiliberal y anónima le sigue inmediatamente una réplica del bando liberal titulado ‘Diccionario crítico-burlesco del que se titula Diccionario razonado manual para inteligencia de ciertos escritores que por equivocación han nacido en España’. Este último tuvo muchas ediciones”. Y es que, hizo hincapié el ponente, “es característico de esta época el que la guerra de ideas se convierta en una guerra de palabras, como tuvo ocasión de lamentar Mariano José de Larra”. Tanto que Fernando VII “llegó a optar por una solución tan ingenua como dictar un decreto prohibiendo que se usaran las palabras ‘liberales’ y ‘serviles’”, que es como los primeros denominaban despectivamente a sus oponentes políticos.
Álvarez Miranda ha trazado un recorrido por las fuentes que muestran la aparición de los términos ‘liberal’ y ‘romántico’ en francés e inglés, pero más allá de los préstamos léxicos y de los variados ismos (galicismos, anglicismos, etc.), ha destacado la existencia de un fondo de europeísmos compartidos: “Es Giacomo Leopardi quien primero usa el término ‘europeísmo’ en sentido lingüístico, al abogar por no obsesionarse por qué idioma aporta un concepto nuevo y reparar, en cambio, en que estamos usando ‘europeísmos’. Me parece una idea muy bonita. Europa se ha convertido en un territorio común con un léxico común, dado que las raíces griegas y latinas permiten entender el sentido de muchas palabras en otros idiomas: tenemos un sustrato léxico común que es también un sustrato de ideas comunes y una cultura política común”.
Esta ha sido la tercera conferencia de la cuarta edición del ciclo ‘Historia de las Ideas’, un programa que comenzó en febrero del año 2017, como una colaboración entre la Fundación BBVA y la Real Academia de la Historia, coordinado por su directora, la profesora Carmen Iglesias, para ofrecer un viaje guiado por los orígenes y la evolución del pensamiento moderno.
Biografía del conferenciante
Pedro Álvarez de Miranda es catedrático de Lengua Española de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de número de la Real Academia Española (RAE), en la que desempeña actualmente el cargo de bibliotecario y en la que ha sido director de la Escuela de Lexicografía Hispánica. Dirigió la 23.ª edición (2014) del Diccionario de la lengua española de la RAE. Su libro Palabras e ideas: el léxico de la Ilustración temprana en España (1680-1760) obtuvo el Premio Rivadeneira en 1992.
Es autor de más de dos centenares de trabajos sobre temas lingüísticos, literarios y de historia cultural. Muchos de ellos versan sobre la historia del léxico y la lexicografía española, con especial atención al siglo XVIII español. El libro Los diccionarios del español moderno (2011) recoge sus trabajos sobre lexicografía española de los siglos XVIII al XX.
Ha sido presidente (2006-2014) de la Sociedad Española de Estudios del siglo XVIII y vicepresidente de la Asociación Internacional de Hispanistas. Es vocal de la Junta Directiva de la Asociación de Historia de la Lengua Española. Pertenece al Patronato de la Fundación Ramón Menéndez Pidal. Ha publicado asimismo los libros Más que palabras y El género y la lengua.