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Simon White explica en la Fundación BBVA cómo abordar el misterio de la energía oscura en universos simulados

La investigación de uno de los misterios más acuciantes de toda la ciencia moderna, la naturaleza de la energía oscura, entra ahora en su época dorada. Los astrofísicos atacan el problema en dos bandos: los que intentan recabar datos, con ambiciosos programas internacionales de observación que están empezando ahora, y los que preparan las teorías con las que interpretar esos datos, cuando lleguen. Simon White, director del Instituto Max-Planck de Astronomía en Garching, Munich (Alemania), pertenece al segundo grupo. Su trabajo consiste en crear universos virtuales que evolucionen como el real, pero en las computadoras, y usarlos para buscar pistas sobre la energía oscura. Lo explica esta tarde en su conferencia en la Fundación BBVA, en Madrid.

18 noviembre, 2013

White participa en la tercera edición del ciclo de conferencias de cosmología y astrofísica La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos, que ha traído a Madrid desde 2011 a algunos de los principales investigadores mundiales en esta área.

La energía oscura constituye el 68% de todo lo que hay en el cosmos, es decir, es su ingrediente más abundante, pero nadie sabe qué es. Desde que se constató su existencia, en 1998, con la observación de que el universo se expande cada vez más rápidamente –un hallazgo premiado con el Nobel en 2011-, la comunidad astrofísica se pregunta sobre su naturaleza.

“Lo único que sabemos, hoy por hoy, es que la energía oscura está provocando esta expansión acelerada del cosmos, nada más”, dice White. “Es nuestro reto principal, pero necesitamos nuevas ideas”.