Álex Iranzo y Gerard Mayà. Contrato de Investigación Avanzada Fundación BBVA – Hospital Clínic Barcelona Joan Rodés – Josep Baselga

Estudio apoyado por la Fundación BBVA a través de un Contrato de Investigación Avanzada Joan Rodés–Josep Baselga

Un equipo de investigadores del Hospital Clínic comprueba que un trastorno del sueño es el precursor de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson

Un equipo de investigadores del Hospital Clínic Barcelona-IDIBAPS ha demostrado que el trastorno aislado de la conducta del sueño con movimientos oculares rápidos (iRBD, por sus siglas en inglés) son un estadio precoz de enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la proteína α-sinucleína, como el Parkinson. Este trabajo, publicado en la revista Lancet Neurology, ha recibido el apoyo de un Contrato de Investigación Avanzada Fundación BBVA – Hospital Clínic Barcelona Joan Rodés – Josep Baselga.

21 noviembre, 2024

Además del Parkinson, enfermedades como la demencia con cuerpos de Lewy (DLB) y la atrofia multisistémica (MSA) podrían originarse o detectarse en etapas iniciales a través del iRBD. La evidencia se ha obtenido a partir del estudio de tejido cerebral post mortem, siendo el primer estudio con más casos donde se confirma esta relación de manera detallada y de forma definitiva.

El estudio lo ha liderado el Dr. Álex Iranzo, jefe de la Unidad de trastornos del sueño del Clínic e investigador del grupo Neurofisiología clínica del IDIBAPS, junto con el Dr. Gerard Mayà, neurólogo e investigador del mismo equipo que en 2022 recibió un Contrato Joan Rodés-Josep Baselga para realizar este estudio. También han participado la Dra. Raquel Sánchez-Valle, directora Médica del Clínic Barcelona y jefa del grupo Enfermedad de Alzheimer y otros trastornos cognitivos del IDIBAPS, e investigadores del Banco de Tejidos Neurológicos del IDIBAPS.

El iRBD es un trastorno del sueño caracterizado por pesadillas y conductas durante el sueño anormales, como gritar o dar puñetazos, asociadas a un sueño REM sin relajación muscular. Este trastorno ya ha sido anteriormente considerado un precursor de enfermedades neurodegenerativas por este mismo grupo de investigadores en una línea de investigación que se remota al 2006. No obstante, hasta ahora, se carecía de evidencias definitivas que pudieran confirmar su vínculo con trastornos mayores como el Parkinson o la demencia con cuerpos de Lewy.

Un biomarcador clave para la detección precoz

El estudio muestra que la identificación temprana del iRBD podría servir como un biomarcador clave para la progresión a α-sinucleinopatías, lo que resulta importante en la detección precoz y en la intervención clínica.

Para ello, se examinaron en detalle los cerebros y médulas espinales post mortem de 20 pacientes diagnosticados con iRBD, cuyos tejidos fueron donados para su análisis al Banco de Tejidos Neurológicos del IDIBAPS. Los hallazgos presentan un vínculo claro entre el iRBD y la acumulación de α-sinucleína en varias áreas del cerebro, lo que afirma que es un signo muy precoz de neurodegeneración.

Regiones cerebrales críticas para la regulación del sueño

Uno de los hallazgos más reveladores del estudio fue la identificación de depósitos de α-sinucleína en regiones cerebrales críticas para la regulación del sueño REM, incluyendo el complejo coeruleus-subcoeruleus, el núcleo reticulado gigantocelular, el tegmento laterodorsal y la amígdala. Estas áreas son responsables de controlar la atonía o relajación muscular durante el sueño REM, y se sabe que su disfunción está relacionada con el desarrollo de los movimientos involuntarios típicos durante el sueño del iRBD.

En los pacientes que no habían desarrollado síntomas de demencia o parkinsonismo, los depósitos de α-sinucleína se encontraban localizados en el tronco encefálico y el sistema límbico. Sin embargo, en los pacientes que habían desarrollado Parkinson o demencia con cuerpos de Lewy, los depósitos de α-sinucleína eran mucho más extensos, lo que sugiere una progresión de la enfermedad hacia un daño neuronal más extendido.

“Estos hallazgos coinciden con estudios previos que han sugerido que el iRBD podría ser una manifestación temprana de sinucleinopatías, pero este estudio proporciona la evidencia neuropatológica más sólida hasta la fecha”, explica Gerard Mayà. Además, los investigadores encontraron que los depósitos de α-sinucleína no solo estaban presentes en las neuronas, sino también en las células gliales (astrocitos y oligodendrocitos), lo que sugiere que la glía también juega un papel clave en la progresión de la enfermedad.

Otra de las observaciones del estudio es la identificación de una serie de patologías coexistentes que afectan a la mayoría de personas con iRBD. “En particular, observamos una alta prevalencia de cambios neuropatológicos típicos de la enfermedad de Alzheimer. Los 20 pacientes con iRBD tenían α-sinucleína en el cerebro. Pero el 70% presentaron estas características patológicas asociadas a Alzheimer, lo que podría sugerir que el iRBD podría estar vinculado a un mayor riesgo de desarrollar también Alzheimer, aunque su implicación todavía no está clara”, apunta Mayà.

Implicaciones para el desarrollo de nuevos tratamientos

Los hallazgos de este estudio tienen importantes implicaciones para el futuro diagnóstico y tratamiento de personas con iRBD y estas enfermedades neurodegenerativas. En primer lugar, el estudio proporciona pruebas de que los depósitos de α-sinucleína en las estructuras cerebrales involucradas en el sueño REM podrían servir como biomarcadores tempranos para identificar a individuos en riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson y la demencia con cuerpos de Lewy.

Además, la identificación de múltiples patologías coexistentes abre nuevas oportunidades para diseñar terapias dirigidas no solo a la α-sinucleína, sino también a otras proteínas patológicas, como el β-amiloide y la tau, que podrían estar influyendo en la progresión hacia el parkinsonismo y la demencia. El estudio sugiere que los ensayos clínicos centrados en tratar de forma combinada las diferentes proteínas patológicas podrían ser una estrategia prometedora para prevenir o retrasar la aparición de Parkinson y demencia en personas con iRBD.