En este documento de trabajo se demuestra que los modelos en los que las preferencias de los individuos no dependen solamente de sus asignaciones materiales, sino también del bienestar de otras personas, pueden producir efectos grandes y comprobables empíricamente. Nuestro modelo estudia la asignación a las empresas de trabajadores con productividades heterogéneas.

Se demuestra que incluso una desviación pequeña respecto de preferencias puramente egoístas conduce a una gran segregación de los trabajadores entre empresas por niveles de habilidad. Este resultado es cierto para una clase amplia de preferencias sociales y para gran variedad de distribuciones de las mismas. Es decir, los trabajadores con capacidades distintas tienden a trabajar en empresas distintas, siempre que les preocupe algo más los salarios de los trabajadores cercanos que los de los lejanos.