En esta edición se ha reconocido con el Premio Especial el trabajo llevado a cabo a lo largo de quince años por el profesorado del área de ciencias, junto a sus alumnos, en el estudio de la calidad de las aguas del río Guadalquivir a su paso por Sevilla. En Educación Infantil se ha premiado una webquest basada en la metodología constructivista que consigue el desarrollo de todas las competencias del alumnado e investiga cómo es la vida en la sabana, tundra-polo, selva y desierto.

La primera experiencia premiada en Educación Primaria reconoce el esfuerzo de una comunidad educativa en la elaboración de un largometraje sobre Astronomía. Las actividades permiten crear y desarrollar estrategias para alcanzar competencias básicas del alumnado. La segunda es la creación y puesta en práctica del programa ‘ELIGe’©, que ayuda a los alumnos con TEA a la elección de actividades cotidianas, y a la comprensión y expresión de emociones básicas.

En Ciencia y Tecnología, se ha premiado el ‘Proyecto bambú’, bosquete con variedades de esta planta para trabajar, desde diferentes ámbitos educativos, con alumnos de conductas disruptivas y gran desfase curricular. En Humanidades y Ciencias Sociales, se ha reconocido el valor de una experiencia que transmite al alumnado la idea de que la lengua es la herramienta que permite proyectar una imagen de lo que somos, queremos y anhelamos.

En Otras Materias y Áreas Curriculares se ha galardonado un trabajo cuyo objetivo es la enseñanza al alumnado del trabajo autónomo y el desarrollo de la competencia comunicativa. A través de investigaciones y creaciones de nuestra cultura, se fomenta la adquisición del espíritu crítico y la participación activa en la sociedad.

En la modalidad de Trabajos de Aplicación de Conocimientos en Distintos Ámbitos Personales o Sociales, se ha galardonado un proyecto de Formación Profesional que aborda tres objetivos: la integración curricular del desarrollo de proyectos de empresa y simulaciones de entornos reales de trabajo; el cambio en la dinámica del aula con el uso intensivo de la web 2.0; y el cambio en el rol del alumno, que pasa de receptor a creador de conocimiento, de individuo a colaborador y de alumno a emprendedor.