En este documento de trabajo se ofrece un modelo de relación contractual para la producción conjunta entre trabajadores y accionistas cuando no existe la posibilidad de comprobar la inversión en conocimiento que se ha realizado, y tampoco hay modo de rentabilizar el capital humano específico generado, que es ya una parte indivisible de los trabajadores.

El modelo proporciona las condiciones necesarias para que los trabajadores se conviertan en grupos de interés de la empresa, además de las condiciones bajo las cuales les resulte favorable a los accionistas dar más poder a los trabajadores y/o aumentar su empleabilidad como una vía para motivarlos a que inviertan en conocimiento. Se destacan los problemas que surgen con la puesta en práctica de sistemas bilaterales y trilaterales de gobierno corporativo para el modelo de empresa intensiva en conocimiento, que sustituyen a los sistemas jerárquicos de la empresa intensiva en capital físico y orientada exclusivamente a los accionistas.