En las últimas décadas, la industria ha ido perdiendo peso en beneficio de los servicios. Tras el estallido de la crisis financiera de 2008, se produjo un cambio de percepción en la importancia de la política industrial dado que los países más industrializados presentaron una mayor resiliencia. La renovada apuesta por la industria ha ido a más con los problemas de abastecimiento que tuvieron lugar tras la pandemia y la necesidad de disponer de una mayor autonomía estratégica.

Actualmente no se está consiguiendo la reindustrialización deseada y la industria española se encuentra con problemas para ganar competitividad y dimensión. A esto hay que añadirle la elevada intensidad y dependencia energética, implicando mayores retos de adaptación a las exigencias del cambio climático, y los retos de la digitalización, cuyo impacto es fundamental para entender el fraccionamiento de las cadenas de producción y la deslocalización de actividades.

En este contexto, el objetivo de esta publicación es realizar un diagnóstico de la industria manufacturera española por ramas de actividad centrándose en dos retos, la transformación digital y la energética: la necesidad de abordar la transición digital para ganar competitividad y mejorar la productividad, así como para avanzar en la transición energética con el fin de mejorar la eficiencia y reducir la dependencia y vulnerabilidad energéticas, basándose en el despliegue de las energías renovables.

Esta monografía aporta un diagnóstico preciso de la situación de la industria manufacturera con un amplio nivel de desagregación sectorial, la información estadística a nivel macroeconómico y también a nivel empresa.

La publicación puede resultar de gran interés no solo a investigadores, economistas y expertos independientes especializados en el sector industrial, sino al público en general, la administración pública y los gestores de la política digital y energética en particular, dado que los resultados obtenidos pueden ser relevantes para el diseño de políticas públicas.