PublicaciónCuadernos de Capital y Crecimiento
Las dotaciones en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en España
Según muchos autores es muy probable que la irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) terminen teniendo consecuencias, al menos, tan importantes como las que tuvieron otras revoluciones tecnológicas del pasado como, por ejemplo, el descubrimiento de la máquina de vapor o la implantación de la electricidad.
Las TIC están modificando múltiples aspectos de la vida en sociedad: los hábitos de vida, las pautas de consumo, las relaciones entre individuos, entre empresas, o con las AA.PP., la organización de la producción, o la distribución de productos, de información y de conocimientos. A la velocidad con la que los cambios han tenido lugar, debe añadirse la extensión de su difusión por todo el planeta. El fenómeno de la globalización es, en gran medida, hijo de la revolución de las TIC. Sin ellas, el mundo continuaría teniendo más compartimientos estancos y serían más imitadas las conexiones entre los individuos, las empresas y áreas geográficas.
Las TIC también están contribuyendo a la capacidad de generar renta y riqueza. En el fuerte repunte de la productividad vivido por la economía estadounidense desde comienzos de la década de los noventa, se identificó pronto, como fuerza motora, la extraordinaria vitalidad mostrada por el sector productor de bienes TIC. Rápidamente se extendieron también sus efectos beneficiosos a los sectores productores de otros bienes que utilizaban, de forma intensiva, las nuevas tecnologías. Sin embargo, en esas mismas fechas la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) estaban atravesando una etapa de desaceleración, de la que se responsabilizó a la escasa penetración relativa de las TIC. Ello llevó a la Comisión Europea a impulsar, en las cumbres de Lisboa de 2000 y de Barcelona de 2002, iniciativas destinadas a conocer la magnitud del atraso con la finalidad última de convertir a Europa en la región más competitiva del planeta.
Con el fin de valorar el impacto de las TIC sobre la estructura productiva de la economía española, era necesario estimar previamente las dotaciones del capital TIC de las que dispone. La Fundación BBVA y el Ivie abordaron esta tarea, presentando los principales resultados en este cuaderno.