PublicaciónCuadernos de Capital y Crecimiento
Las fuentes del crecimiento económico español
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Desde mediados de los noventa la economía europea ha perdido el tren de la productividad guiado por la economía estadounidense. El menor ritmo de crecimiento de la productividad del trabajo, junto a la caída en el número medio de horas trabajadas por empleado, explican el proceso de divergencia real de la Unión Europea con respecto a los mayores niveles de PIB per cápita de Estados Unidos.
En este contexto, la economía española se ha beneficiado de tasas de crecimiento del PIB superiores a la media europea, lo que ha permitido reducir sustancialmente la tasa de paro y converger a su mayor nivel de renta per cápita. Sin embargo, las debilidades de nuestro modelo de crecimiento residen en el menor ritmo de crecimiento de la productividad, lo que plantea interrogantes sobre la evolución futura de la competitividad.
En términos de la productividad total de los factores (PTF), desde mediados de los noventa se ha producido un estancamiento de la posición relativa de la UE-15 con respecto a Estados Unidos y un retroceso de España. De los posibles determinantes estructurales de la evolución de la productividad, España ocupa una posición rezagada tanto en términos de capital tecnológico como de capital humano. En el primer caso, si bien el esfuerzo tecnológico ha permitido acortar las distancias a los valores de la UE-15, la brecha tecnológica sigue siendo muy importante -en 2004, el porcentaje que el capital tecnológico representa respecto al PIB de la economía española (5,35%) es menos de la mitad del existente en la UE-15 (12,27%)-. En términos de capital humano, si bien el proceso de convergencia con la UE-15 es continuo, los niveles actuales siguen siendo más reducidos en España.