Esta obra afronta las consecuencias económicas de la quinta y última ampliación de la Unión Europea (que ha culminado el pasado mes de enero, con la incorporación de Bulgaria y Rumanía) para los actuales países miembros y, en particular, para España.

A partir de un estudio exhaustivo de las fuentes estadísticas más relevantes, este libro trata una serie de cuestiones cruciales, estrechamente relacionadas entre sí, para la capacidad competitiva de la economía española frente al empuje de los Nuevos Estados Miembros (NEM), tales como la orientación de los intercambios comerciales con el exterior, los ajustes en los flujos de inversión, el destino geográfico de la inversión directa extranjera y, sobre todo, los cambios en los patrones de concentración espacial y de especialización de la producción y los servicios, resultado de las estrategias de deslocalización seguidas por las empresas multinacionales.

El análisis que se ofrece señala el camino que ha de recorrer la economía española: su relativa semejanza con las estructuras productivas de los NEM genera una mayor presión competitiva sobre las exportaciones españolas a la UE-15, que implica la pérdida relativa de ventajas de costes y la necesidad de buscar la mejora de la competitividad mediante incrementos en la productividad, la ampliación de la diferenciación y mejoras en la calidad del capital humano y tecnológico.