La acumulación de capital de la economía española en las últimas décadas ha sido muy intensa,  destacando el esfuerzo inversor español sobre el de la mayoría de los países desarrollados.

Desde una perspectiva regional, este proceso de acumulación se ha producido de forma generalizada. Las dotaciones de capital de los distintos territorios han aumentado sustancialmente, sobre todo en el último ciclo de crecimiento. Sin embargo, los ritmos de acumulación han sido distintos, así como la composición del capital que se ha ido acumulando año tras año en cada comunidad autónoma.

Todos los territorios no han dirigido su esfuerzo inversor hacia los mismos activos, lo que ha dado lugar a diferencias en la composición del capital acumulado en cada comunidad autónoma. El análisis de estas diferencias territoriales resulta muy importante, ya que son precisamente los tipos de dotaciones de capital existentes en cada región los que determinan la capacidad de la misma para desarrollar actividades productivas, crear empleo y atraer población.

A lo largo de este cuaderno se analizarán los perfiles regionales de la acumulación de capital en España en el último ciclo de crecimiento, comprendido entre los años 1995 y 2007. Ese último año, las dotaciones de capital neto ascendían a 4,6 billones de euros corrientes. Las comunidades autónomas más dinámicas y de mayor tamaño concentraban una mayor parte de estas dotaciones, encabezadas por Cataluña y la Comunidad de Madrid. Sin embargo, durante los años de expansión todas las comunidades autónomas han incrementado en gran medida sus dotaciones de capital, multiplicándose por más de 1,6 en términos reales.