El viaje alrededor del mundo de Alejandro Malaspina. Las Corbetas del Rey

Regreso a Cádiz

Cinco días duró el recorrido por el islario. Ninguna novedad navegando entre bancos de coral. Continuas mediciones de longitudes y latitudes que determinan la posición en todo momento.

Las mismas canoas con repetidos indígenas contaminados por la civilización occidental, acostumbrados al trueque, habituados a cambiar sus bienes por afilados cuchillos, por pedazos de bayeta y cuentas de colores. Abandonan el archipiélago. Las aguas del Pacífico los conducen al litoral peruano. El sol y los chubascos se suceden rítmicamente. El vuelo de procelarias y pamperos precede al mal tiempo, mientras que el aleteo de rabijuncos y el nadar de las ballenas anuncian bonanza, alegrando el espíritu. Descendió la temperatura. Hace frío. Un ponche caliente le vendría de perlas a la guardia nocturna. En adelante no faltará. Veintidós de julio. La costa se muestra franca, la brisa sopla con fuerza. Es noche de luna llena, y en este litoral abundan los lobos marinos. Por la mañana, oculta entre la niebla, se adivina la figura de El Callao. Esperan atracar al atardecer. Son poco menos de las nueve cuando tocan puerto, empujados por la marejada y las corrientes. Bastaron unos días para desaparejar las corbetas. La expedición afronta una larga espera, alojados en el conocido retiro de la Magdalena. Volverán a navegar en octubre, pasada la estación lluviosa. Hay muchos tripulantes enfermos. Unos sufren del pecho, otros están agotados, bastantes cogieron venéreas y no faltan individuos con disentería. Serán atendidos en un centro privado, porque la asistencia pública no es recomendable. En el limeño Hospital Real de San Andrés triunfa el desaseo, abunda el desorden, cunde la ineficacia, predomina la impericia de los facultativos. Nadie diría que aquí curan a los pacientes, más bien los mortifican. Lo afirma Malaspina.

El científico Tadeo Haenke no permanece en Lima. Se marcha a Buenos Aires. Conoce el trayecto. Su intención es explorar las regiones de Huancavelica, Cuzco y Potosí. Una extensión de terreno considerable. Tiempo tiene hasta noviembre del próximo año para andar el camino y regresar a España por su cuenta y riesgo. Es una triquiñuela, no piensa volver a Europa. Fijará su residencia en Cochabamba, donde morirá repentinamente dentro de veinte años; envenenado, al decir de sus amigos. El botánico Luis Neé sí cumplirá su palabra. Desembarcará en Talcahuano para recorrer la cordillera andina hasta Santiago, pasando luego a Buenos Aires y reincorporarse al grupo en Montevideo. El correo de agosto trae pésimas noticias. España ha declarado la guerra a Francia. La contienda los coge desprevenidos. La capacidad militar de las corbetas es limitada y su estrategia bélica será defensiva. En adelante navegarán por separado evitando el riesgo de un encuentro simultáneo con la marina francesa. La tarde del 16 de octubre abandonan el puerto. Navegan a su aire, con independencia. La Atrevida muestra su velocidad punta distanciándose más de una legua. Durante unos días se pierden de vista. El trayecto es un ir y venir aprovechando los vientos y acomodándose a las corrientes. El 8 de noviembre la Descubierta alcanza el fondeadero de Talcahuano. La tarde anterior lo hizo la Atrevida. Permanecen en la bahía un mes escaso. Les ocupan las habituales tareas: el agua, la leña, los víveres, mirar el cielo, inspeccionar el mar, el cuidado de los enfermos. Los naturalistas partieron, una preocupación menos. El 2 de diciembre la Descubierta verifica la salida. Un día después lo hace la Atrevida. Pasarán el año nuevo navegando. Mediado el mes de febrero de 1794, se reencuentran en aguas del Río de la Plata.

Puerto de Montevideo, 10 de junio. Llegaron desde Buenos Aires los caudales que las corbetas deben transportar a la península. Hoy mismo pueden hacerse a la mar, pero aún tardan una decena de días. Neé ha vuelto con el herbario repleto y los bolsillos llenos de piedras. Lo atrapó el gusanillo de la litología. Haenke manda saludos desde Cuzco. Celebra sus progresos, esconde su secreto. Los demás anduvieron ocupados en tareas conocidas, repetidas mil veces. Llevan cuatro meses esperando la formación del convoy que escoltarán hasta la bahía gaditana. Unos barcos son locales y otros vinieron desde Lima protegidos por la fragata Gertrudis, que también los acompañará en el viaje de vuelta a la península. Vista de lejos, la agrupación resulta formidable. En la cercanía el sueño se desvanece. Son un puñado de endebles navíos mercantes defendidos por una fragata de guerra y dos corbetas modificadas con escaso armamento. Poca munición, pocos hombres y mucha madera que defender. Navegarán integrando tres divisiones, para impresionar. En caso de combate la consigna es inequívoca: huir mientras se distrae al enemigo. Meras conjeturas. No hay de qué preocuparse. Resulta casi imposible que aparezcan los navíos franceses. Es más fácil que una tempestad hunda la flota a que lo hagan los cañones enemigos. El 21 de junio, festividad de san Luis Gonzaga, zarpa el pintoresco convoy. Tres meses dura el viaje. Sobró la pólvora. Llegaron a Cádiz sin disparar un cañonazo. Clareando la mañana del 21 de septiembre, la Tacita de Plata recibe a los viajeros con su habitual resplandor matinal. La bahía gaditana está repleta de embarcaciones. Con la ayuda del terral, las corbetas unen sus mástiles a tantos como apuntan hacia el cielo. El muelle no está concurrido para la ocasión. Todo el mundo conoce la fecha de partida pero ignoran cuándo vuelves. Para el comandante Malaspina terminan cinco años dedicados a examinar «el bienestar de la humanidad », durante los cuales ha sido muy dichoso. Lo leemos en la carta que Alejandro aún no ha escrito a su amigo Paolo Greppi.

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Detalle del volcán Chimborazo y la corbeta Atrevida. © Museo Naval, Madrid.
Plano y vista del puerto y la bahía de Cádiz. © Museo Naval, Madrid.
Carlos III. © Museo Naval, Madrid.
Alejandro Malaspina. © Museo Naval, Madrid.
Mapamundi. © Museo Naval, Madrid.
Las Tetas de Biobío. © Museo Naval, Madrid.
Apresto, armamento y pertrechos de las corbetas Descubierta y Atrevida. © Museo de América, Madrid.
Preparación de la expedición. © Museo Naval, Madrid.
José Bustamante y Guerra. © Museo Naval, Madrid.
Dionisio Alcalá Galiano. © Museo Naval, Madrid.
Antonio Pineda. © Museo Naval, Madrid.
Luis Neé. © Museo Naval, Madrid.
Caja de instrumentos de dibujo perteneciente a Felipe Bauzá. © Museo Naval, Madrid.
Herbario de Luis Neé (3 fotos). © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Reloj de longitudes. © Museo Naval, Madrid.
Sextante. © Museo Naval, Madrid.
Arsenal de la Carraca. © Museo Naval, Madrid.
Maqueta de la corbeta Descubierta. © Museo Naval, Madrid.
Cecropia. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Animales acuáticos. © Museo de América, Madrid.
Manuscrito de Tadeo Haenke. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Palmera de Tipuani. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Costa noroeste. © Museo Naval, Madrid.
La Descubierta en la isla de San Ambrosio. © Museo Naval, Madrid.
Fondeadero de El Realejo y volcán El Viejo. © Museo de América, Madrid.
Pez ballesta. © Museo Naval, Madrid.
Tortuga y pez. © Museo Naval, Madrid.
Gusano del pan. © Museo Naval, Madrid.
Molusco cefalópodo. © Museo Naval, Madrid.
Gaviotín. © Museo Naval, Madrid.
Plano de Montevideo. © Museo Naval, Madrid.
Martín pescador. © Museo Naval, Madrid.
Puma. © Museo Naval, Madrid.
Modo de enlazar el ganado. © Museo Naval, Madrid.
Señoras de Montevideo. © Museo Naval, Madrid.
Buenos Aires desde el río. © Museo Naval, Madrid.
Buenos Aires desde el camino de las carretas. © Museo Naval, Madrid.
Algarropa. © Museo Naval, Madrid.
Ganso. © Museo Naval, Madrid.
Patagona. © Museo Naval, Madrid.
Reunión con los patagones. © Museo Naval, Madrid.
Puerto Deseado. © Museo Naval, Madrid.
Carta esférica de las costas de la América meridional. © Museo Naval, Madrid.
Péndulo simple. © Museo Naval, Madrid.
Establecimiento de la Soledad en las islas Malvinas. © Museo Naval, Madrid.
Banca de hielo. © Museo Naval, Madrid.
La corbeta Atrevida entre bloques de hielo. © Museo Naval, Madrid.
Perdicium. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Catiguala y su hijo. © Museo Naval, Madrid.
Santiago de Chile. © Museo Naval, Madrid.
Puente de Calicanto. © Museo Naval, Madrid.
Lapageria rosea. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Tadeo Haenke. Dibujo de V. R. Grüner, reproducido del libro Trabajos científicos y correspondencia de Tadeo Haenke, de M.ª Victoria Ibáñez (ed.), (Madrid: Lunwerg, 1992).
Arnica peruana. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Volcán de Arequipa. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Dos panorámicas del puerto de Valparaíso. © Museo Naval, Madrid.
Tabla de colores. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Isla de San Ambrosio. © Museo Naval, Madrid.
Embarcación de Arica. © Museo de América, Madrid.
Lycopersicon chilense. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Mulata de Lima. © Museo de América, Madrid.
Paseo del Agua en Lima. © Museo Naval, Madrid.
Passiflora. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Plano del fondeadero de El Callao. © Museo Naval, Madrid.
Indio casibo e indio chispeo. © Museo de América, Madrid.
Herbario. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Bignonia. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Martinete coronado. © Museo Naval, Madrid.
José del Pozo. Dibujo en paradero desconocido, reproducido del libro Los pintores de la expedición de Alejandro Malaspina, de Carmen Sotos (Madrid: Real Academia de la Historia, 1982).
La ciudad de Guayaquil. © Museo de América, Madrid.
Charrán. © Museo Naval, Madrid.
El volcán Chimborazo y el río Guayaquil. © Museo de América, Madrid.
Hibiscus tiliaceus. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
La ciudad de Panamá vista desde la isla de Naos. © Museo Naval, Madrid.
Isla y puerto de Taboga. © Museo de América, Madrid.
Pez gallo. © Museo Naval, Madrid.
El Realejo. © Museo Naval, Madrid.
Fondeadero de El Realejo y volcán El Viejo. © Museo de América, Madrid.
Mujeres de El Realejo. © Museo de América, Madrid.
Puerto de Acapulco. © Museo Naval, Madrid.
Tortuga verde. © Museo Naval, Madrid.
Vista de la bahía y puerto de Acapulco. © Museo Naval, Madrid.
Plumeria. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Chaetodon amarillo. © Museo Naval, Madrid.
Pira y sepulcro en puerto Mulgrave. © Museo Naval, Madrid.
Indio de Mulgrave. © Museo de América, Madrid.
Tetrao lagopus, variedad americana. © Museo Naval, Madrid.
India de Mulgrave. © Museo Naval, Madrid.
Puerto del Desengaño. © Museo Naval, Madrid.
Carta esférica de los reconocimientos hechos en 1792 en la costa noroeste. © Museo Naval, Madrid.
Las corbetas Descubierta y Atrevida en la costa noroeste. © Museo de América, Madrid.
Playa y establecimiento de Nutka. © Museo Naval, Madrid.
Baile en la playa de Nutka. © Museo Naval, Madrid.
Vista del canal de Vernacci y una gran cascada. © Museo de América, Madrid.
Macuina. © Museo de América, Madrid.
Playa de Nutka. © Museo Naval, Madrid.
Pájaro carpintero. © Museo Naval, Madrid.
Crassulaceae. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Mapache. © Museo Naval, Madrid.
Modo de pelear de los indios de California. © Museo Naval, Madrid.
Población y puerto de Acapulco. © Museo de América, Madrid.
Puerto de Acapulco. © Museo Naval, Madrid.
Indios mexicanos. © Museo de América, Madrid.
Ciudad de Acapulco y fondeadero. © Museo Naval, Madrid.
Cascada de Querétaro. © Museo de América, Madrid.
Indias mexicanas. © Museo Naval, Madrid.
Indias tejiendo. © Museo de América, Madrid.
Plaza Mayor de México. © Museo Naval, Madrid.
Ajolote (dos fotos). © Museo Naval, Madrid.
Dahlia rosea. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Querétaro. © Museo de América, Madrid.
Zaragates de México. © Museo de América, Madrid.
Helecho. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Iguana y lagartija de Panamá y Acapulco. © Museo Naval, Madrid.
Serpiente de coral. © Museo Naval, Madrid.
Insectos. © Museo Naval, Madrid.
Oso hormiguero. © Museo Naval, Madrid.
Agave. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
Usteria scandens. © Archivo del Real Jardín Botánico-CSIC.
México visto desde Guadalupe. © Museo de América, Madrid.
Las goletas Sutil y Mexicana. © Museo Naval, Madrid.
Canal de Salamanca. © Museo Naval, Madrid.
Vista del puerto de Palapa. © Museo de América, Madrid.
Puerto de Sorsogón. © Museo Naval, Madrid.
Volcán de Albay. © Museo Naval, Madrid.
Nativo de la isla de Guam. © Museo Naval, Madrid.
Plaza de San Francisco, en Manila. © Museo Naval, Madrid.
Negra de Manila. © Museo de América, Madrid.
Macao. © Museo Naval, Madrid.
Chino. © Museo de América, Madrid.
Pagoda chinesca. © Museo Naval, Madrid.
Delfín. © Museo de América, Madrid.
Muerte de Antonio Pineda. © Museo Naval, Madrid.
Dugongo. © Museo de América, Madrid.
Zamboanga. © Museo Naval, Madrid.
Hombre y mujer de Nueva Holanda (dos fotos). © Museo Naval, Madrid.
Colonia de Parramata. © Museo Naval, Madrid.
Colonia de Sídney. © Museo Naval, Madrid.
Recibimiento de los oficiales en bahía Botánica. © Museo de América, Madrid.
Baile de las mujeres en Vavao. © Museo Naval, Madrid.
Mujeres mariscando. © Museo de América, Madrid.
Malaspina acompañado de dos nativas. © Museo de América, Madrid.
Mujer tendida en una hamaca. © Museo de América, Madrid.
Aguada de las corbetas en la isla Vavao. © Museo de América, Madrid.
Paso de los Andes de Santiago a Mendoza. © Museo Naval, Madrid.
La corbeta Atrevida entre bancas de hielo. © Museo Naval, Madrid.
Colonia del Sacramento. © Museo Naval, Madrid.
La ciudad de Cádiz contemplada desde el castillo de San Sebastián. © Museo Naval, Madrid.
Alejandro Malaspina. © Museo Naval, Madrid.
Castillo de San Antón. © José Manuel Candales/Museo Militar de A Coruña.
Antonio Valdés. © Museo Naval, Madrid.
Retrato de Carlos IV. © Museo Naval, Madrid.
Castello di Mulazzo. Dibujo de Eugenio Branchi, reproducido del libro L’album della lunigiana di Eugenio Branchi, de Dario Manfredi (ed.), (Pontremoli: Paolo Salvi, 2008).
Alejandro Malaspina. Dibujo de Eugenio Branchi, reproducido del libro L’album della lunigiana di Eugenio Branchi, de Dario Manfredi (ed.), (Pontremoli: Paolo Salvi, 2008).
Indio guagua. © Museo de América, Madrid.
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