La Hipertensión arterial afecta aproximadamente a seis millones de personas en España y constituye, por tanto, un auténtico problema sociosanitario tanto por la enorme prevalencia como por las graves consecuencias que se pueden derivar de ella.
Se considera hipertenso a todo sujeto que de forma persistente mantenga cifras iguales o superiores a 140/90 mmHg. Cifras inmediatamente inferiores también pueden ser susceptibles de atención e incluso de tratamiento en determinados enfermos.
La relación entre las tasas de la presión arterial (PA) y las complicaciones cardiovasculares es directa y continua. Cuanto más alta sea la PA, mayor será la probabilidad de desarrollar un infarto de miocardio, una insuficiencia cardíaca, un accidente cerebrovascular o una insuficiencia renal.
Las cifras de la PA aumentan con la edad, y en las mujeres, sobre todo, con la llegada de la menopausia.
En los pacientes con Hipertensión arterial son recomendables una serie de medidas generales que incluyen: dieta pobre en sal, moderación del consumo de bebidas alcohólicas, realización de ejercicio físico aeróbico de manera regular y pérdida de peso (cuando el Índice de masa corporal sea superior al 25%). Estas medidas disminuyen, por sí mismas, las cifras y potencian además la acción de los Fármacos.